El mero color da lugar a verdaderas creaciones artísticas en las uñas

| El arte en uñas, conocido internacionalmente como nail art, es furor en todo el mundo. Se lo pudo ver en su máximo esplendor en los Juegos Olímpicos de Londres, cuando las atletas lucían orgullosas los colores de sus países. Artistas y mujeres audaces se están animando a decorar sus manos de forma original, agregándoles color y textura. Entre las uruguayas, la novedad se asoma con timidez.

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POR GABRIELA CORTIZAS | gcortizas@elpais.com.uy

DE MODA

El arte en uñas no es una costumbre reciente, pero sí una tendencia en ascenso. Se habla de una forma de expresión de unos 5.000 años de antigüedad, época de la que se conocen los primeros registros de decoración en uñas, en ese entonces, con henna (un tinte natural). En la década de 1990 la costumbre fue adoptada y, como es habitual, masificada por los japoneses, quienes les agregaron esmerados detalles y paciencia. Sin embargo, es un accesorio adoptado recientemente por europeos y americanos. En Uruguay, país que adapta tímidamente las tendencias extravagantes, ya se pueden notar cambios en la forma de llevar las uñas, fundamentalmente entre las mujeres. Así lo afirmó a El Empresario Andrea López, de Andrea Nails, quien se encargó de las uñas de Paul Mccartney en su visita Uruguay. «La gente de Uruguay generalmente es muy conservadora, principalmente las jóvenes. Tenés que hacer un esfuerzo descomunal para sacarles las francesitas» (modalidad que implica pintar sólo la parte blanca de la uña), cuenta. La esteticista aseguró que son las personas mayores de 35 años las que suelen animarse a probar cosas nuevas, principalmente después de ver las manos de la propia López.

FORMAS Y COLORES

La vedette de Andrea Nails son las uñas esculpidas -prótesis y extensión de uñas-, cuyo tratamiento ronda los $ 650 y para el que hay que disponer de unas dos horas. La esteticista agrega sin costo el arte en uñas para que las clientas «se animen». La decoración, si es muy complicada, puede llevar otros 45 minutos, pero en general, están entre los 10 y 15.

HÁGALO EN CASA

Micropintura, strass, fimos (goma eva), cintas, glitter y plush. Son muchos los agregados que se les pueden hacer a las uñas naturales o artificiales. Sin embargo, en Uruguay recién se están empezando a importar estos materiales, principalmente, desde Argentina. Cualquiera los puede comprar por Internet. Por ejemplo, unas 200 piedritas de strass tienen un precio en el entorno de los $ 100, al igual que las 100 fetas de fimos con distintos motivos. Las cintas metalizadas salen $ 65 los cinco metros y el plush $ 100 los cinco gramos.

A esto hay que agregarle los esmaltes. Los OPI son reconocidos internacionalmente, pero no se encuentran en cualquier perfumería. Tienen muy buena reputación por su duración y calidad y se pueden conseguir por $ 300.

LA NOVEDAD

Konad (por Korean Nail Art Design) es la herramienta para decorar uñas más difundidas por estos días en la web. Tanto que sus imitaciones con dudosa eficacia no se hicieron esperar. Se trata de un kit con una placa metálica con distintos motivos grabados, un sello para transferir estas imágenes a las uñas y un raspador. En Uruguay, Karen Terrazas es la representante en el país de la marca y vende estos kits por $ 450 en ferias de diseño o a través de Facebook (Konad Nail Art Uruguay). Poco a poco traerán más productos de la marca, contó Terrazas.

ARTE

Muchos definen a la decoración en uñas como un verdadero arte y forma de identificación personal. Este es el caso del diseñador argentino Brian Ojeda -se puede ver su obra en su Facebook-. Su vinculación con los esmaltes comenzó en Coconut, un centro estético en su ciudad natal, Puerto San Martín. Desde ese momento tomó a las uñas como un lienzo -las propias y ajenas- y no paró. Ahora se reparte entre Uruguay y Argentina, y ya ha realizado demostraciones en el país. «Si un amigo tiene una prenda con un estampado hermoso, tratamos de imitarlo en las uñas. Si alguien tiene ganas de decir algo y tenerlo escrito en sus manos, las uñas son una posibilidad. Muchas veces el estilo es una necesidad de comunicar algo, ¿no?», afirmó.

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