Por Gabriela Rocha - grocha@elpais.com.uy
Algunos comerciantes ofrecen descuentos a los clientes que pagan contado y otros incluso financiación propia con tal de no tener que pagar la comisión de las por ellos demonizadas tarjetas de crédito. Los empresarios hoteleros de Punta del Este fueron más lejos y la semana pasada 62 de ellos dejaron de trabajar con MasterCard y American Express, y luego con Visa y OCA, reclamando una rebaja del arancel que, dicen, llega hasta 7%.
El pataleo no es nuevo, ya que en 2003 ocurrió una movida similar y desde otros sectores también se ha machacado sobre el asunto.
Pero ¿es realmente el de las tarjetas un gran negocio? La respuesta es compleja al tratarse de un mercado en el que intervienen varios actores, pero en términos generales, dependerá del volumen de cuentas manejadas.
Las tarjetas internacionales, como Visa o Mastercard, trabajan en sistemas abiertos, en los que intervienen varios jugadores. Por un lado está el banco emisor que asume el riesgo crediticio y otorga la tarjeta a su cliente; por tanto, es quien cobra los aranceles a los comercios y los intereses de la financiación.
Por otro lado se encuentra la marca de tarjeta, que otorga la licencia de emisor al banco y por ello cobra un royalty y un costo transaccional.
En tercer lugar está el procesador -en Uruguay es VisaNet para Visa y First Data para Master- que administra el sistema, o sea, procesa las cuentas de tarjetahabientes y se relaciona con el comercio, desde la adhesión al sistema hasta la liquidación de ventas y pago. Ese procesador cobra al emisor por estos servicios.
Luego están los comercios, que se benefician al ofrecerles financiación a los clientes. Éstos pagan comisiones según su rubro aunque puede llegar a acuerdos particulares con las tarjetas de acuerdo al volumen de transacciones que manejan. Aunque el promedio de ese arancel es del 3% -un porcentaje similar al que se paga en el mundo-, puede llegar en algunos casos al 7%.
Cuando se realiza una compra sin financiación, el comercio recibe generalmente el pago a los siguientes 21 días. Si la transacción es, por ejemplo, en tres cuotas sin intereses, el comercio recibe el pago a los 45 días. Mientras que si la financiación tiene intereses, los plazos de pago son los mismos pero en este caso el costo financiero (interés) de esa transacción se traslada al usuario.
Por último, el cliente debe asumir los costos de mantenimiento de la tarjeta -unos US$ 100 al año si es internacional-, así como de unos $ 25 por el estado de cuenta impreso si es que lo recibe en su domicilio.
Mercado de tarjetas
Las tarjetas manejan un volumen anual de unos US$ 2.000 millones en Uruguay, y son las marcas internacionales (Visa, Master, Cabal, Amex y Diners) quienes manejan el 60% de ese monto y los sistemas locales como OCA, Tarjeta D, Creditel, Pass Card y otros, el 40%.
Dentro del grupo de las internacionales, Visa ocupa el 60%, MasterCard 30%, y los otros sellos como Cabal, Diners y Amex el restante 10%. En tanto, los bancos locales que manejan las cuentas más significativas son el Comercial y el Itaú.
Una cartera de 20.000 cuentas con un volumen mensual de $ 22 millones, se estima que genera ingresos por $ 1.050.000. De ese monto queda 30% para el banco emisor y 70% para la tarjeta en el caso de sellos internacionales.