A sus 33 años, el empresario indio Ritash Agarwal figura en distintas listas de los millonarios jóvenes del mundo, un mérito que le concede su fortuna, estimada en unos US$ 2.100 millones, y que comenzó hace menos de una década. El ascenso del magnate fue meteórico: con 19 años lanzó OYO Rooms, una plataforma tecnológica y cadena hotelera que agrupa alojamientos de bajo costo. Su idea resultó lo suficientemente atractiva como para obtener el respaldo del fondo inversor japonés SoftBank, lo que disparó el valor de OYO desde 2015 y convirtió a su creador en millonario a los 24 años.
Aunque su modelo de negocio se asemeja al de Airbnb, OYO se distingue de esa plataforma al asociarse con hoteles para encargarse de la administración del complejo, facilitando procesos y unificando la experiencia de los alojamientos que engloba. A cambio, cada hotel luce el logo rojo de OYO en su fachada y le abona a la compañía un porcentaje de sus ingresos mensuales.
El origen de OYO (siglas de «Por tu cuenta», en inglés) se remonta a cuando Agarwal tenía 17 años y comenzó a viajar por India para conocer más sobre el mundo emprendedor. Al hospedarse en más de 100 bed and breakfasts, pensiones y hoteles, comprobó que no existía una oferta de habitaciones «accesibles y de buena calidad en la categoría de hoteles económicos sin marca», reseña OYO Rooms en su sitio web.
En esa dirección apuntó el emprendedor, quien por entonces había creado un marketplace llamado Oravel Travel, donde promocionaba estadías en hoteles económicos. Agarwal reorientó el negocio hacia la estandarización y mejora de la oferta de habitaciones económicas bajo una marca unificada por consejo de Bejul Somaia, socio de LightSpeed Ventures, una de las firmas que se convertiría en uno de los primeros inversores de OYO Rooms. Ambos se conocieron en 2013 a través de la beca Thiel, creada por el cofundador de PayPal, Peter Thiel, que otorga US$ 100.000 a emprendedores que abandonaron la universidad para desarrollar un negocio innovador. Agarwal había dejado por el camino su plan de estudiar en el Instituto Indio de Tecnología (IIT-JEE) para lanzarse a la aventura de emprender.

En 2016, OYO Rooms extendió su modelo de negocio al rebautizar con su marca los hoteles a los que prestaba servicio y abrir un sistema de franquicias.
Actualmente, la empresa ostenta una valoración de mercado de US$ 4.600 millones y espera salir a la bolsa este año. Sus operaciones abarcan a más de 35 países y su oferta de hospedajes concentra 174.000 propiedades, entre hoteles, apartamentos y casas.
Agarwal se trazó como objetivo a futuro convertir a OYO en una de las empresas de hospitalidad más grandes del mundo. En ese camino, busca expandir la operación de la compañía en EE.UU., donde tiene más de 300 hoteles distribuidos en 35 estados. Para ello, el año pasado invirtió más de US$ 500 millones en Motel 6, una cadena con 1.500 sucursales en el país.
Filosofía y TV
Para mantener los pies sobre la tierra, el fundador de OYO -que está casado y tiene un hijo- confesó que «a veces» limpia los baños en sus establecimientos. Así lo confesó durante la reciente Semana de la Tecnología de Bombay. «Hay que dejar el miedo, la vergüenza, el orgullo, la arrogancia, todo fuera de la habitación y entrar, porque estos son los mayores enemigos del éxito empresarial», afirmó.
Su filosofía, así como sus logros e historia de vida, han llevado a Agarwal a disertar en eventos, protagonizar su podcast y ser una estrella de la televisión india, como jurado del programa para emprendedores Shark Tank.
Un sinuoso camino hacia el crecimiento
El camino de OYO Rooms en el negocio turístico no ha estado exento de tropiezos y dificultades. La empresa vio desplomarse su cotización y sus ingresos como consecuencia de la pandemia de coronavirus en 2020.
También ha lidiado con acusaciones de mala gestión, fraude e incumplimiento de contrato de parte de algunos socios hoteleros.
A su vez, la empresa está enfrentando una mayor competencia en el segmento de estadías en hoteles económicos en mercados importantes para OYO, como India e China, así como en el negocio de reservas online con plataformas como Airbnb y Booking.
El cambio de estrategia ha permitido a OYO volver al crecimiento. Para ello, se ha centrado en un crecimiento sostenible y rentable, reduciendo su portafolio en India y excluyendo propiedades con un desempeño deficiente, entre otras medidas.
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