Compliance, el nuevo aliado de las empresas uruguayas

El compliance o cumplimiento consiste en la voluntad de acatar no solo las normas impuestas por el Estado, sino también aquellas que las empresas se autoimponen en función de sus principios y valores.

Este es un tema muy trascendente para las organizaciones. Demanda el involucramiento del total de los equipos, una evaluación de los riesgos a los que está expuesta la empresa, la capacitación continua del personal y la mejora constante, entre otros principios. Como resultado, genera múltiples beneficios, como la cooperación y respuesta proactiva con los organismos reguladores, la documentación clara de políticas y procedimientos, y la realización de autoevaluaciones periódicas.

Hoy en día, el compliance es un aliado para las empresas en todo el mundo, porque, entre sus efectos, impacta positivamente en la reputación empresarial y genera ventajas competitivas, coincidieron Nicolás Herrera Alonso, Fernando Jiménez de Aréchaga Sr. y Magdalena Secco, profesionales de Dentons Jiménez de Aréchaga.

La firma trabaja de forma integral para orientar a sus clientes en la implementación de esta materia, a la par de una demanda que crece en el país y el mundo, mientras las organizaciones lo identifican como un requisito estratégico para el desarrollo.

Secco, counsel en la oficina de Montevideo, explicó que muchas veces el compliance se asocia exclusivamente a la prevención del lavado de activos y el financiamiento del terrorismo, pero aclaró que va más allá e incluye áreas como la protección de datos y las políticas sociales y medioambientales. También existen ámbitos en los que en Uruguay no es tan aplicado, como en gobierno corporativo o ética profesional, donde existe oportunidad de desarrollarlo, indicó.

Hoy en día, parte de los servicios de Dentons Jiménez de Aréchaga en este campo consiste en brindar capacitaciones que las empresas solicitan para introducirse en el tema e implementarlo. «Tenemos una demanda creciente por capacitaciones. El tema ha crecido muchísimo y es algo que promocionamos por los beneficios que genera y que por lo general las empresas no conocen», indicó Secco.

El compliance es una materia que ha evolucionado exponencialmente en los últimos 25 años de la mano de la Organización Internacional de Normalización (International Organization for Standardization, ISO), que establece estándares de sistemas de gestión reconocidos por la comunidad internacional para cumplir a rajatabla tanto con las normas vinculantes como con las autoimpuestas. Esto genera que las empresas se conduzcan con ética y honestidad en el desarrollo de su actividad, en un ambiente sano y transparente, lo que da como resultado una mejor imagen, mayor captación de clientes, satisfacción de los empleados y aumento de su rentabilidad, explicó Fernando Jiménez de Aréchaga Sr., asesor estratégico de la firma en Montevideo.

«El cumplimiento es un proceso, para mí, irreversible, porque a medida que el mundo va advirtiendo los beneficios que trae aparejado, cada vez más todas las organizaciones procuran implantar programas robustos de cumplimiento. Se trata de un tema que pasó a ser estratégico», destacó.
 

Estefanía Leal

Dentons Jiménez de Aréchaga tiene una larga experiencia trabajando en base al cumplimiento con tres tipos de sujetos: aquellos obligados a respetar normas vinculadas al compliance (financieros o no financieros); las empresas que no están obligadas pero eligen adoptar programas de este tipo; y las que deciden interiorizarse del tema para acceder a los beneficios que este conlleva, explicó Herrera Alonso, socio de la oficina de Montevideo.

«Uruguay tiene normas fuertes, robustas, que son bien aplicadas por los reguladores, tanto de sujetos obligados financieros como de sujetos obligados no financieros. Podrían existir mejoras sin duda; la mejora continua es algo absolutamente probado como el mejor camino para llegar a la excelencia, y oportunamente se mejora, pero hoy Uruguay tiene una legislación potente, bien aplicada y con reguladores fuertes que hacen su trabajo», concluyó el socio.