Se confirmó lo que todos vaticinaban: China pasó a ser oficialmente la semana pasada la cuarta mayor potencia económica a nivel mundial, tras registrar un crecimiento de 9,9% durante 2005. De esta manera, el gigante asiático saltó dos puestos en el ranking y superó a Gran Bretaña y Francia, aunque aún se sitúa por debajo de Estados Unidos, Japón y Alemania.
Las exportaciones —que representan casi el 40% del PIB— crecieron 28%, llegando a U$S 762 mil millones, y fueron, junto con el consumo doméstico y las inversiones en bienes fijos —que progresaron 25,7%—, las principales responsables de dicho crecimiento, que situó al Producto Interno Bruto (PIB) en U$S 2,248 billones.
Pese a que el crecimiento del PIB en 2005 fue ligeramente menor que el de 2004 (10,1%) y 2003 (10%), las autoridades —que intentan reducir el "boom" de ciertos sectores, como la construcción o industrias en reestructuración, por absorber gran cantidad de energía y recursos— confían en continuar durante 2006 el crecimiento sostenido, apoyado en la demanda doméstica en aumento, el fuerte consumo exterior de productos y las inversiones en infraestructuras tanto urbanas como rurales, así como también en la renovación tecnológica.
China viene creciendo en forma sostenida pese a las medidas introducidas por el gobierno para enfriar la expansión, entre las que se encuentran restricciones al crédito y a la inversión. Esta última, que va desde departamentos hasta centros de arte, contribuyó con casi la mitad del crecimiento de 2005, mientras que el consumo y el comercio totalizaron sendos 33,3% y 17,9%.
El jefe de la oficina de estadísticas, Li Deshui, dijo que era necesario tomar medidas para evitar el riesgo de una sobrecapacidad, que podría conducir a un nuevo surgimiento de préstamos incobrables y a bancarrotas, aunque el gobierno se mostró optimista frente al 2006. "Mirando al 2006, el escenario económico global y la situación interna son alentadores", dijo la autoridad, agregando que pese al "boom" que vive esta economía, el gobierno chino pudo controlar la inflación, la que bajó de 3,9% en 2004 a 1,8% en 2005.
Temas pendientes. Pese a todo lo anterior, las autoridades reconocen que las medidas macroeconómicas adoptadas no están produciendo los resultados esperados y subsisten problemas preocupantes como la "estructura irracional de las inversiones". Otros temas pendientes son la debilidad de la agricultura y el crecimiento insuficiente de los ingresos de la población rural. Estos últimos aumentaron 6,2% en 2005, para situarse en U$S 405, mientras que los salarios de la población urbana llegaron a U$S 1.131, con un incremento del 1,9%. Estas alzas son estimadas como "insuficientes" por las autoridades, que esperan que los cerca de 1.300 millones de habitantes puedan ver crecer sus ingresos en 2006. (El Mercurio, GDA)