La presentación del nuevo Jaguar F-Type en el Salón de París de fines de septiembre fue recibida con alivio y entusiasmo. El coche deportivo de dos plazas es el sucesor de la E-Type 1961, el "más hermoso auto que se ha fabricado en la historia", a juicio del difunto Enzo Ferrari.
Jaguar consiguió su independencia de la estatal Rover en 1984, en una de las privatizaciones de Margaret Thatcher. Un F-Type estaba en desarrollo cuando Ford compró la empresa en 1990, pero estaba corriendo de atrás y el modelo no convencía. Así que Ford lo mató. En 2000 otro prototipo F-Type fue exhibido en el Salón del Automóvil de Detroit, pero Ford carecía de los fondos necesarios. Jaguar se agrupó en breve con Land Rover, una marca que Ford había comprado de BMW, y puso a la venta en 2008.
Tata Motors pagó US$ 2,3 mil millones por Jaguar Land Rover (JLR), en gran parte para hacerse del Range Rover y otros vehículos deportivos utilitarios. Pero Ratan Tata es un entusiasta de Jaguar que entiende el atractivo de las marcas extranjeras en los mercados emergentes. El grupo indio ha dado a los jefes de JLR libertad creativa, así como un multimillonario presupuesto para invertir en nuevos productos. El nuevo Jaguar es uno de los resultados.
El mercado de autos deportivos de lujo es muy pequeño, alrededor del 0,1% de las ventas mundiales de automóviles; pero un coche deportivo puede atraer a compradores más jóvenes y extender su brillo a otros modelos.
Tata ya ha hecho maravillas con Land Rover. Sus ventas aumentaron un 33% en el último ejercicio, llegando a 251.600 unidades. Por su parte, las ganancias antes de impuestos subieron un 35%, alcanzando a £ 1,5 mil millones.
Mientras que el mercado europeo del automóvil en su conjunto lucha con el exceso crónico de capacidad instalada, la empresa india está con su maquinaria trabajando a pleno. THE ECONOMIST