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Europa busca en Asia lo que EE.UU. le niega

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Unión Europea. Foto: Pixabay

Internacional

Unión Europea firma con Japón su acuerdo comercial más ambiocioso de su historia.

La Unión Europea mira a Asia en busca de alternativas al repliegue estadounidense. El bloque comunitario ha firmado con Japón el mayor acuerdo comercial de su historia. Para dejar claro que la alianza trasciende lo comercial, ambos socios han acordado también crear la mayor área mundial de transferencia de datos y un marco estratégico que amplíe la cooperación a dominios como el cambio climático, la migración y la seguridad. Como antítesis a la política de Donald Trump, Bruselas y Tokio pretenden "enviar un mensaje potente para promover el comercio libre, justo y basado en reglas y contrario al proteccionismo".

La breve gira asiática que efectuaron días atrás los líderes de las instituciones europeas concluyó con compromisos que implican a las dos potencias de ese continente: China y Japón. El más tangible es el segundo, que ha permitido cerrar un tratado que elimina la mayor parte de las barreras comerciales para dos bloques que representan casi un tercio de la economía mundial.

En un mensaje diseñado para que se escuchase en Estados Unidos, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, señaló desde Tokio: "en lo que a nosotros respecta, no hay protección en el proteccionismo. Y no hay unidad en el unilateralismo". El primer ministro de Japón, Shinzo Abe dijo que "la firma de este acuerdo muestra al mundo la voluntad política inquebrantable de Japón y de la UE de convertirse en los campeones del intercambio libre y de guiar al mundo en esta dirección mientras se extiende el proteccionismo", añadió Abe. Todos los procesos se han acelerado para enfatizar en este momento que Europa y Japón sí defienden la libertad de flujos comerciales.

La Comisión Europea, con competencias exclusivas en comercio, defiende las ventajas de haber pactado con la cuarta economía mundial. Cuando el tratado entre en vigor —Bruselas confía en que sea en 2019—, las exportaciones a ese país crecerán un 13%, según estimaciones oficiales. Y las empresas europeas se ahorrarán 1.000 millones de euros al año en aranceles de acceso a ese mercado. El arroz, un producto muy sensible para Japón, quedará fuera de la liberalización comercial.

Consciente de que las bondades del libre comercio suscitan dudas en muchos colectivos en Europa, no solo en la Administración Trump, Bruselas resalta el refuerzo de los estándares internacionales (por ejemplo en seguridad alimentaria o automovilística). También defiende que los Estados preservan su capacidad para regular el sector público sin interferencias privadas, uno de los riesgos que generó inquietud durante la negociación con Estados Unidos del ya enterrado TTIP y durante el proceso de aprobación del CETA, el tratado entre Europa y Canadá.

Al contrario que el canadiense, que aún se aplica provisionalmente porque deben ratificarlo todos los Parlamentos nacionales de la UE, el pacto con Japón solo tiene que ser aprobado por las instituciones comunitarias.

Pese a la hostilidad trumpiana, Europa no renuncia a lograr algún tipo de entendimiento con Estados Unidos. La Comisión Europea y la Casa Blanca han confirmado que Trump recibirá en Washington al presidente Juncker el próximo 25 de julio.

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