Tras una década de fiestas "bunga bunga" de Berlusconi y un año de crisis financiera, las empresas italianas se sienten enfermas. Pero una crisis para algunos es una oportunidad para otros. El año pasado fue excelente para comprar compañías italianas. Hay dos factores que las hacen muy baratas. Uno de ellos es la debilidad del euro, que ha perdido un 15% frente al yuan chino, el 19% contra el yen japonés y el 9% frente al dólar desde principios de 2010. La otra es la parálisis casi total de sistema bancario nacional italiano y el hecho de que muchos bancos son reacios a prestar a las empresas locales.
La inversión extranjera directa se ha disparado. Desde el último trimestre de 2009 al tercer trimestre de 2010, Italia atrajo solo U$S 796 millones. En el año siguiente los ingresos de capitales se multiplicaron por ocho, alcanzando U$S 6,6 mil millones. El lujo barato es a menudo la tentación. Italia está llena de empresas económicamente precarias que venden productos muy deseados por sus marcas glamorosas. Algunos cuentan con excelente tecnología. Para los compradores chinos, esto es irresistible. Muchas empresas chinas tienen dinero, pero pocas tienen marcas globales. the economist