Luego del estallido de la crisis económica, la práctica de que una parte del salario se pague con consumos de alimentación y transporte mediante vales impresos que están legalmente autorizados tuvo una expansión importante dadas las dificultades financieras de muchas empresas para abonar con dinero la totalidad de la remuneración de su personal. Estos tickets de consumo se pueden definir como órdenes de compra personalizadas que el trabajador recibe por concepto de remuneración por parte de su empleador, destinadas a adquirir únicamente alimentos o insumos básicos para la elaboración de los mismos. Luego, esta modalidad se extendió al transporte de pasajeros.
OBJETIVOS. La intención primaria de este instrumento es disminuir los costos laborales para las empresas ya que los vales de consumo están exonerados de los aportes patronales —y también del aporte obrero— a la seguridad social. Además, a través del ticket de alimentación el empleador se asegura que sus trabajadores adquieran los elementos básicos de su dieta diaria mientras que, con el vale de transporte, disminuye el ausentismo del personal.
Por su parte, los usuarios de los tickets de consumo mejoran el poder adquisitivo de sus salarios ya que reciben el valor total de la remuneración sin descuento alguno. Sin embargo, esta modalidad implica que el trabajador debe verificar previamente a consumir o adquirir determinados alimentos en un establecimiento si ese comercio acepta dichos tickets como medio de pago. Esto no sucede con el salario abonado en moneda nacional ya que esta tiene curso forzoso en todo el país y, por tanto, no tiene costos de búsqueda asociados.
La implementación del sistema de emisión de vales impresos también ha sido una manera de incentivar el consumo hacia el sector formal ya que los comercios adheridos deben tener sus obligaciones, entre otras, con la DGI y el BPS al día, para ser aceptados como receptores de órdenes de compra.
COSTOS. Las empresas que contratan los servicios de los emisores de tickets de consumo deben pagar una comisión de hasta el 4% por el monto que se paga a los trabajadores. A su vez, los comercios que aceptan este medio de pago tienen determinados costos de transacción que no se presentan al utilizar dinero en efectivo. De acuerdo con los datos proporcionados por Daniel Fernández, vicepresidente de Cambadu (Centro de Almacenes Minoristas, Bares y Afines del Uruguay), las empresas operadoras le cobran a los restaurantes y bares un arancel de 10% aproximadamente y a los almacenes un 8%, impuestos incluidos en ambos casos. La metodología de trabajo está organizada de manera que cada semana los establecimientos comerciales entregan al operador los tickets y reciben el cheque a cobrar a los quince días, es decir que, por este sistema, estarían recibiendo el efectivo a los veintiún días.
OPERADORES. Hay tres operadores de tickets en la plaza local: Accor Services, Ticket Total y Uniticket. También existen otros agentes, especialmente los supermercados, que utilizan esta modalidad para pagar a sus propios empleados y algunos clientes exclusivos. Se estima que el monto total de los tickets que se emiten como medios de pago es de entre $ 40 y $ 50 millones mensuales en el mercado uruguayo.
Uniticket es una firma de capitales nacionales que comenzó a operar en junio de 2003, apuntando al mercado del Interior. Emite un único ticket que puede utilizarse en las áreas de alimentación y transporte.
La empresa Ticket Total ofrece dos tipos de productos: uno para la canasta familiar y otro para restaurantes. Unos 3.000 comercios, tanto pequeñas como grandes superficies, en todo el país están adheridos al sistema de vales que habilita al trabajador a adquirir únicamente alimentos preparados o los insumos básicos para su elaboración. El otro tipo de tickets destinado al consumo dentro de un local cuenta con aproximadamente 2.000 establecimientos afiliados, incluyendo restaurantes, confiterías, "chiviterías" y bares.
"Hay unas 180 empresas que utilizan el servicio de emisión de vales de Ticket Total. La particularidad de nuestros tickets es que se comercializan a través de las instituciones bancarias. Las empresas que remuneran a sus empleados a través de Ticket Total incorporan la operativa con los vales directamente desde la cartera de servicios corporativos que contratan con el banco. También se da el caso de empresarios que se acercan a nuestras oficinas para contratar el servicio y en esos casos nos contactamos con la entidad bancaria con que operan", dijo Alejandro Fernández, gerente comercial de este emprendimiento.
"El mecanismo de Ticket Total incluye un fondo de garantía de los bancos, cuyo objetivo es asistir a los vales en circulación en caso de que surjan problemas en el sector financiero. Por cada ticket que se emite, el banco hace un aporte a dicho fondo a efectos de asegurar el pago a todos los comercios del sistema. Esa garantía corresponde a un grupo de bancos, o sea que participa toda la red de bancos operativos y no uno solo, lo que ofrece mayor respaldo, solidez y seguridad", subrayó Fernández. El ejecutivo puso como ejemplo que, "cuando cuatro bancos locales estaban suspendidos en 2002, los tickets de consumo emitidos por dichas instituciones no tuvieron dificultades de aceptación ni de cobro en el mercado".
El grupo francés Accor Services ofrece tres tipos de productos: el ticket restaurant, el ticket alimentación y el ticket transporte. El primero fue creado en los años cincuenta en Gran Bretaña, mientras que el segundo surgió al ir desapareciendo la costumbre de tener cantinas o restaurantes dentro de las empresas. La falta de restaurantes en las proximidades de los lugares de trabajo determinó que los empleados tuvieron que empezar a llevar su almuerzo consigo. Por este motivo se creó el "ticket alimentación", lanzado en México en 1983 bajo la denominación de "vale despensas", que permite al empleado y su familia adquirir productos de primera necesidad. En los años siguientes este tipo de vale se difundió en América Latina y últimamente en Europa Central.
En Uruguay el "ticket transporte" surgió en febrero de 2003 para solucionar el alto índice de ausentismo del personal hacia fines de mes. Con este sistema, por un lado, los empleados no pueden aducir que sus inasistencias se deben a falta de dinero para pagar el boleto de ómnibus; por otro lado, los empresarios se evitan de efectuar adelantos salariales por este concepto. El "ticket transporte" es una orden de compra válida por tres meses desde su fecha de emisión para adquirir boletos de transporte colectivo tanto capitalino como interdepartamental.
SECTOR PUBLICO. Si bien este sistema se instrumentó en 1995, recién en 2003 el mercado de tickets tuvo un pronunciado crecimiento con la emisión de vales para el sector público. Efectivamente, se emitieron tickets por valor de $ 400 millones correspondiente al incremento salarial de 3%, acordado en dos partidas fijas en febrero y abril de ese año, para una cifra cercana a los 185.000 funcionarios públicos.
Las empresas encargadas de esta emisión fueron Accor Services y Ticket Total. La ventaja que tuvo esta emisión fue que los funcionarios recibieron el monto fijado en los vales, sin ninguna clase de descuentos. La única excepción con el mecanismo establecido para el sector privado es que los funcionarios públicos no acceden a los tickets para restaurantes. Simultáneamente, con dicha emisión, ambas empresas vieron incrementada la cantidad de comercios adheridos dada la amplia difusión del sistema en nuestro país.
TARJETAS MAGNETICAS. Los operadores han desarrollado separadamente una tarjeta de débito electrónica, en la cual el valor de los tickets de consumo es acreditado a una cuenta para cada usuario. Para su manejo, Accor ha hecho un acuerdo tecnológico con OCA Card y Uniticket con Cabal. Aunque esos sistemas están listos para operar, todavía no han sido puestos en práctica, según informaron Fernando Lapchik, gerente general de Cabal y Alvaro De Ferrari, gerente de marketing de OCA.
Si bien las tarjetas electrónicas para los tickets de consumo disminuyen una serie de costos, tanto de los operadores como de los comercios adheridos, ya que se simplifica el trabajo contable y se minimizan los riesgos de extravío, falsificación y robo de los vales impresos, este sistema ha encontrado serias objeciones de parte del comercio minorista. En efecto, el vicepresidente de Cambadu, Daniel Fernández, expresó que "en nuestro país no existe una masa crítica preparada con esa tecnología. Sería flechar la cancha hacia los establecimientos que sí cuentan con esos avances, en desmedro de los pequeños comercios".
A su vez, Alejandro Fernández de Ticket Total coincide con la posición de los almaceneros. "Hace un año y medio que desarrollamos el sistema magnético, pero no lo hemos puesto en funcionamiento porque existen ciertas limitaciones. No todos los comercios tienen lectores ópticos; por lo tanto sería un factor de discriminación hacia los negocios más pequeños, que no tienen esa tecnología. También limita el consumo del trabajador. Si el comercio en donde se abastece habitualmente no puede aceptarle el plástico, el usuario debe forzosamente recurrir a otro establecimiento. Si bien el hecho de tener una tarjeta electrónica es un avance tecnológico importante para Ticket Total, hemos privilegiado el beneficio de los usuarios y los comercios, descartando esta opción", remarcó el ejecutivo.
SINDICATOS. "En general, el movimiento sindical se ha opuesto al sistema de tickets de consumo. No lo ha hecho por la modalidad de la retribución al trabajador en especie, que ha existido desde siempre, sino especialmente por su efecto desregulador ya que este sistema está exonerado de aportes", señaló el economista Daniel Olesker, asesor del Pit/Cnt. Puntualizó que "los ingresos de un trabajador deben generar derechos a la seguridad social; pero esta retribución en especie no se computa en el aguinaldo ni en el monto que le corresponde percibir en caso de ingresar en el seguro de desempleo. Esto no significa que muchos trabajadores no hayan aceptado esta modalidad en algunos convenios firmados para poder mantener sus puestos de trabajo. Incluso, en algunos casos, como en el sector de la salud, hemos logrado que el trabajador optara por pertenecer o no a este sistema. Esta normativa está comprendida dentro del paquete desregulador del gobierno, que incluye la falta de convocatoria a los consejos de salarios y la legitimación de las sociedades unipersonales como contrato de trabajo".