Verdades que pican a medias

Los piojos no saltan ni vuelan. Son buenos rastreadores y se trasladan de un huésped a otro con sus seis patas a gran velocidad. El contagio se da cuando hay contacto cercano con una persona infectada, se comparte ropa de cama, gorros o peines.

Fuera de las personas, no viven más de 24 a 48 horas. Son más activos durante la noche y no sobreviven en animales.

A diferencia de la caspa, que se puede remover fácilmente, los huevos o liendres son difíciles de desprender. Se mimetizan con el color del pelo y suelen fijarse cerca de la raíz para mantener su temperatura corporal.

Cuando las liendres eclosionan nacen las ninfas, "piojos inmaduros" que se reproducen a una velocidad asombrosa. Nueve de cada diez nuevos piojos son hembras. Su ciclo vital es de 30 días.

Los tratamientos se dividen entre mecánicos (peine fino) y químicos (piretrinas naturales, permetrina y malation, entre otros), algunos de ellos irritantes e incluso tóxicos. No es recomendable usarlos de forma profiláctica ni cerca del fuego, por ser inflamables. Hay que repetir el tratamiento a los siete días.

El vinagre no mata los piojos ni las liendres. Diluido con agua, es efectivo para aflojar el poderoso pegamento con el que las liendres se adhieren al pelo. En general, hay que terminar de sacarlas con la mano.

La máquina Lousebuster, que está en Uruguay desde julio 2011, surgió en la Universidad de Utah (Estados Unidos), cuando un científico constató que los piojos no resistían el clima seco. Está aprobada por la FDA americana para niños mayores de 4 años.

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