Un comediante africano en la Gran Manzana: la historia de Trevor Noah

Trevor Noah

NOMBRES

Trevor Noah nació justo cuando terminaba el apartheid en Sudáfrica, y llegó a la fama gracias a sus chistes y shows.

Algunos datos básicos sobre Trevor Noah: nació el 20 de febrero de 1984 en la ciudad sudafricana de Johanesburgo. Su papá es suizo y blanco y su mamá negra y perteneciente a la etnia xhosa. Tiene más de siete millones de seguidores en su cuenta de Instagram, y más de 11 millones en la de Twitter. Conduce desde 2015 el programa The Daily Show With Trevor Noah en la señal Comedy Central. En ese puesto sucedió a Jon Stewart (que ahora tiene un programa en Apple TV). Es, además de conductor televisivo, comediante y se presenta en vivo como humorista de stand up (en Netflix hay dos espectáculos suyos: Afraid Of The Dark e Hijo de Patricia).

Es, para nosotros, una de las pocas figuras sudafricanas que han logrado instalarse en el sistema de celebridades internacional, junto a Charlize Theron, Arnold Vosloo y Sharlto Copley, todos ellos conocidos por papeles en películas de cine.

Cuando se anunció que reemplazaría a Jon Stewart, varios de quienes veían el programa de Stewart por YouTube al no tener Comedy Central en su paquete de señales de televisión para abonados reaccionaron con un “¿Trevor qué?”. Es lo que tiene consumir televisión por internet a través de la plataforma de videos: la fragmentación en tal que uno puede estar muy familiarizado con tal o cual figura de un programa, e ignorar por completo al resto de los que conforman el resto del elenco.

Pero desde 2015 hasta hoy, Noah ha ido construyendo su propio perfil y superado los prejuicios de los antiguos seguidores de Stewart, quien tenía televidentes fieles y había también él logrado convertirse en una figura que trascendía los confines del programa.

Noah lo consiguió apelando a sus particularidades: un acento raro para oídos que se habían acostumbrado a la particular entonación estadounidense de Stewart, sus experiencias de vida en Sudáfrica, su condición étnica y una maleabilidad a la hora de encarar las distintas facetas que el programa le exige como conductor.

Cuando tiene que ser más o menos “serio”, lo es. Cuando tiene que interpretar diferentes personajes que pueden rozar el absurdo, lo hace con solvencia. Y cuando tiene que editorializar, consigue el equilibrio entre lo humorístico y lo relevante del mensaje que el programa y él quieren transmitir.

Respecto de esto último, Noah se ha posicionado como una de las figuras televisivas más notorias el el rubro “comentarista político” junto al británico John Oliver, que está en HBO y los más “mainstream” Stephen Colbert, Jimmy Fallon y Seth Meyers. En parte, tiene que “agradecer” haber entrado a The Daily Show dos años antes que asumiera Donald Trump como presidente de Estados Unidos. Trump le dio kilómetros de tela para cortar, tal como George W. Bush contribuyó a catapultar la notoriedad de Stewart en su momento.

Puede parecer curioso que conductores de televisión de programas de charlas con famosos, sketches y otras trivialidades sean una voz relevante y con cierta influencia en los debates políticos en Estados Unidos. Noah y los demás están lejos de ser pundits (esas figuras que son convocadas por las cadenas televisivas más grandes para hacer comentarios “serios” sobre tal o cual tema), pero si se piensa que en estos días figuras del gobierno uruguayo salen a polemizar con conjuntos carnavaleros, puede ser un poco más fácil hacerse una idea de la notoriedad de Noah y otros.

¿Qué tipo de comediante es Noah? Aunque ya hace tiempo que vive en Estados Unidos, para muchos seguramente siga siendo un “inmigrante”, algo que él aprovecha en sus presentaciones en vivo. “Está bien, pueden caerte mal los inmigrantes, no pasa nada. Pero si te caen mal, no puedes comer sus comidas. Nada de kebab, falafel, arrolladitos primavera u otros bocados. Solo puedes comer... papas”, dice en Afraid Of The Dark.

Más allá de sus observaciones es un gran imitador de acentos. Uno de los segmentos más apreciados de The Daily Show es cuando la transmisión se corta para avisos publicitarios y él se pone a dialogar con el público (el tipo labura desde que entra al estudio hasta que se va).

En uno de esos segmentos alguien le pregunta dónde aprendió a imitar tan bien diferentes acentos y él responde que probablemente sea resultado del fin del apartheid en su país. El año en el cual él nació, los vínculos de pareja entre blancos y negros eran ilegales pero un año después, la ley que criminalizaba esas relaciones fue derogada. Como su padre era blanco y su madre negra, él contó en uno de esos segmentos que ya desde muy temprano se acostumbró a diferentes acentos. “Todos en mi familia tenían diferentes acentos, tanto por parte de madre como de padre, porque se mudaban a menudo y vivieron en diferentes lugares. Cuando yo iba a visitar a parientes, hablaban con acentos diferentes y para mí era más fácil hablarles en el acento de ellos”.

Además, tanto él como sus primos fueron inscritos en un tipo de escuela en la que, por primera vez en la historia de ese país, blancos y negros podían compartir aulas, y donde aprendían un determinado de inglés. “Todos nosotros teníamos un acento diferente al de nuestros padres, y los míos estaban contentos de poder enviarnos a esa escuela. Nos decían: ‘Tienes que ir ahí y aprender el inglés ‘correcto’. Entonces, aprendí ese tipo de inglés. Cuando volvía a casa, mi padre me decía algo con su manera de hablar (que no solo era un tipo de acento, sino también incluía ciertas maneras de expresarse) y yo lo corregía. El me decía ‘Poné volumen, poné volumen’, refieriéndose a la tele. Y yo le respondía ‘Papá, se dice subí el volumen’. Y él se enojaba. ‘No me vengas con eso, mirá que te ‘bajo’ a vos. No te hagás el vivo con ese inglés’. ‘¡Pero si sos vos el que quería que aprendiera a hablar así!’”.

En otra ocasión del programa, Noah viaja desde Nueva York a su antiguo barrio en Soweto, un distrito de Johanesburgo acompañado por un equipo de filmación. En ese programa, Noah va contando cómo era su infancia y llega hasta al barrio donde aún vive su abuela. Al acompañarlo cuando él revisita los lugares en los cuales se crió queda claro que no proviene de una familia adinerada o privilegiada. Más bien, vivía con tantos otros negros o “personas de color” (tal era su clasificación racial en la Sudáfrica del apartheid). En casas pequeñas y precarias (el baño, por ejemplo, quedaba afuera de la casa).

Por esa razón, Noah suena verosímil cuando narra una anécdota en el programa de Stephen Colbert el año pasado, sobre cómo tuvo que volar en clase económica cuando la línea aérea lo dejó sin asiento. “Me mandaron al fondo del avión. Y no tengo problemas en viajar en clase económica, lo hice toda mi vida. Pero avisame, así me preparo. Si me avisás, no pasa nada” (Noah había tuiteado sobre el incidente, lo que generó titulares dada su fama).

Como tantos otros comediantes, también él se ha metido en problemas por algunos chistes que ha hecho. Cuando se oficializó que él conduciría The Daily Show, algunos buscaron en su cuenta de Twitter y encontraron tuits que, en ciertos contextos, podrían considerarse ofensivos. La empresa Comedy Central no retrocedió y Noah fue contratado.

Pero una cosa es la sensibilidad de ciertos grupos o colectivos y otra el rating. Cuando Noah arrancó, muchos de los que se habían acostumbrado a Jon Stewart abandonaron al programa, pero eso ya estaba en el cálculo de Comedy Central. Con el correr de los años, Noah fue obteniendo indicadores más favorables en parte porque atrajo a otro tipo de audiencia.

Sin embargo, el año pasado The Daily Show bajó significativamente en rating y la señal tomó la decisión de hacer una pausa de dos meses en el programa. En setiembre, empero, el programa regresó renovado aunque entre algunos especialistas de publicaciones como Variety y Deadline se rumorea que Noah bien puede tener los días contados.

La pandemia pudo tener algo que ver, mientras otros señalan que luego del fin de la presidencia de Trump, el clima televisivo ha cambiado y los talk shows como los de Noah, donde la política juega un papel importante, no tienen tanto predicamento como antes. Que muchos consuman contenidos a través de YouTube también se aduce como una posible razón para esa merma.

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