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Rosa Montero, audaz y afilada

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Rosa Montero ha descollado en periodismo y en las letras.

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La escritora y periodista madrileña vuelve a sorprender a sus lectores con una obra actual sobre la soledad, el sexo y las relaciones sentimentales.

Rosa Montero ha descollado en periodismo y en las letras.

"Yo creo que todos somos un poco monstruosos, la normalidad no existe", sentencia Rosa Montero. La escritora y periodista española hablaba así de su última invención, el personaje de Soledad que protagoniza la novela La carne, editada por Alfaguara el año pasado. Este libro, definido por la autora como un "thriller emocional", es el resultado de una larga trayectoria en las letras, donde confluye tanto su experiencia como sus lecturas y un afinado talento para bucear en la esquiva naturaleza humana.

Antes que como escritora de notables obras de ficción, la madrileña Rosa Montero fue conocida y reconocida como periodista y es aún hoy una de las firmas más leídas de El País de Madrid. Sin embargo, su obra se ha destacado tanto en novela, como en cuento, ensayo y crónica, géneros que le han valido una extensa lista de premios. El reconocimiento llega al punto de que un colegio de educación primaria inaugurado en 2012 en la ciudad de Parla, ubicado al Sur de la capital española, lleva su nombre.

Su obra, traducida a más de veinte idiomas, ha sido objeto de más de un centenar de estudios académicos y la crítica ha considerado que su impacto en las letras hispanoamericanas es de enorme magnitud.

En junio de este año, en la sección Maneras de vivir del suplemento dominical del periódico El País de Madrid— del que fue redactora-jefa en la década de 1980—, Montero publicó un artículo de opinión en el que cargó contra las empresas multinacionales farmacéuticas y de alimentación, y en contrapartida promovió el uso de la homeopatía. La columna causó una fuerte polémica, porque sugiere que las semillas transgénicas son la causa de algunas enfermedades multisistémicas, acusa a los investigadores de manipular sistemáticamente los resultados de sus estudios para beneficiar a las industrias y señala a los divulgadores científicos como autores de una campaña de desprestigio hacia la homeopatía. La autora debió retractarse de algunos errores cometidos en la redacción del artículo en una columna posterior, aunque continuó defendiendo su punto de vista. Como se verá los intereses de Montero están bastante lejos de la "torre de marfil" en la que muchos literatos prefieren encerrarse.

Los orígenes.

Rosa Montero nació en Madrid el 3 de enero de 1951. Su padre era un banderillero, el hombre encargado de ensartar la banderilla durante la lidia con el toro bravo. Su madre era ama de casa, un hogar modélico para una niña que pronto comenzaría a mostrar su inclinación por las letras. Nadie imaginaría que esa inquieta pequeña terminaría entrevistando a algunos de los personajes más famosos del mundo. La lista es extensa e incluye a Richard Nixon, Olof Palme, Indira Gandhi y Yasser Arafat.

"Recuerdo que yo era muy pequeñita cuando mi padre toreaba en Madrid, que después dejó para dedicarse a una ladrillera. Recuerdo que él ingresaba al cuarto de baño vestido de padre normal y luego, cuando salía, estaba vestido de dios, lleno de brillos, relumbrando alamares", rememoró la autora en una entrevista.

Su afición por las letras, o tal vez habría que decir por las historias, comenzó a los cinco años. A esa edad Rosa enfermó de tuberculosis, mal que la obligaba a permanecer en la cama, por lo que se dedicó a leer infatigablemente y a escribir sus propios cuentos. Algo de eso se refleja en uno de sus notables ensayos referidos a la literatura y la imaginación, La loca de la casa.

Ingresó a la Escuela Superior de Periodismo de Madrid en 1970. En forma paralela a sus estudios, probó suerte en la carrera actoral y participó en algunas obras de grupos independientes. Formó parte del elenco de una pieza que hizo época como Castañuela 70. También tomó cuatro cursos de psicología en la Universidad Complutense, entre 1969 y 1972. Inquieta y con enormes apetitos por conocer más, pronto se lanzó al mundo laboral por la vía del periodismo. Mientras estudiaba comenzó a escribir en varias publicaciones de la época, "trabajar es la mejor forma de aprender periodismo", diría más tarde.

En 1977 entró a formar parte de la plantilla periodística de El País de Madrid, el diario que revolucionó los medios locales sobre el fin del franquismo.

La carrera como escritora comenzó para Rosa Montero con la publicación de Crónica del desamor (1979), una novela de trazas autobiográficas en la que se narra la historia de una joven periodista que deberá cumplir con las exigencias de la revista para la que trabaja, cuidar de su hijo y deambular por la vida nocturna de un convulso Madrid de fines de los setenta. Se ha querido ver en esta obra una suerte de crónica de una generación que se sentía al mismo tiempo poderosa y desorientada, que comenzaba a moverse en la mar gruesa de la libertad después de cuatro décadas de autoritarismo.

Desde entonces su carrera como novelista ha sumado varios títulos más. "Ficción y periodismo, en realidad, son dos géneros opuestos, pero pasas de uno al otro de la misma manera que pasas, sin norma alguna, de un idioma a otro cuando sabes dos lenguas", sostiene.

Una referente.

Mientras su carrera como periodista crecía —llegó a realizar más de dos mil entrevistas— a la par que su trayectoria como escritora de ficción literaria, Rosa Montero se convirtió asimismo en un referente en lengua española para nuevas generaciones. Prueba de ello es la carrera docente que comenzó a desarrollar en su madurez.

Montero ha sido profesora visitante en Wellesley College, Boston (EE.UU.) y en la Universidad de Virginia (EE.UU.). Ha impartido minicursos de escritura creativa en la Universidad de Bingham Young, Utah, (EE.UU.) y en el Miami Dade College, Miami, (EE.UU.) y recibió una beca para dar conferencias de la Queens University de Belfast (Reino Unido). Enseñó literatura y periodismo en la Escuela de Letras y en la Escuela Contemporánea de Humanidades, ambas de Madrid. También ha impartido lecciones magistrales en aperturas de curso y ceremonias de graduación en diversas universidades, entre ellas la de Salamanca, la Complutense de Madrid y la Carlos III.

Avezada polemista, sus ideas propias acerca de la literatura, el feminismo, la política la han colocado aparte de tendencias mayoritarias. Por ejemplo, se ha resistido sistemáticamente a considerar la existencia de una literatura femenina, aspecto defendido por algunos teóricos. "El sexo es un ingrediente más dentro de muchos otros ingredientes que componen la mirada del escritor o la escritora —opina Montero—. Un escritor es lo que es y los libros son lo que son dependiendo de su lengua, cultura, idioma, de la edad, de las lecturas, de su clase social, de la enfermedades que ha tenido o no, de su sexo también, del hecho de ser hombre o mujer".

Rosa Montero, la hija del banderillero, la niña inquieta, la periodista de raza, una autora que se ha hecho un lugar en las letras hispánicas a través de una obra actual y directa.

PARA CONOCER A ROSA MONTERO.

La versatilidad de Rosa Montero para atravesar géneros literarios, cruzar por el thriller, la novela policial, la ciencia ficción, la novela histórica y la crónica sentimental ha quedado demostrada a lo largo de su extensa carrera. En 2005, por ejemplo, sorprendió a sus lectores con una novela de corte histórico, Historia del Rey Transparente, en la que viaja a la Edad Media para meterse en la piel, o más bien bajo la armadura, de Leola, una mujer guerrera que se mueve en tiempos de la guerra de Francia contra el rey de Aragón, en época de cruzadas y de la Santa Inquisición. Unos años más tarde, en 2011, vuelve con otra novela de ecos futuristas y gran deudora de la Blade Runner de Ridley Scott, Lágrimas en la lluvia. El título remite a una célebre línea del parlamento que sobre el final dice el replicante encarnado por Rutger Hauer. Montero crea a Bruna Husky, una replicante-detective que conducirá la trama policial que mueve al relato y volverá a recuperar en otra novela posterior, El peso del corazón. El personaje, demás está decirlo, es asimismo un homenaje al Rick Deckard, el cazador de replicantes rebeldes, de la película basada en una novela de Philip K. Dick, autor por el que Montero ha declarado también su admiración. Sus influencias, sus lecturas, el camino que ha seguido en la escritura creativa han quedado reflejados en un libro inclasificable, mezcla de ficción, autobiografía y ensayo publicado en 2003, La loca de la casa. Su última novela, La carne, ha recibido elogios de la crítica y gran aceptación por parte del público. Esta obra narra la historia de una mujer de mediana edad que, despechada por su pareja, traba relación con una suerte de taxi boy de alto vuelo. Un suceso inesperado hace dar un vuelco a la historia que, según se ha dicho, es la más audaz y personal.

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