Qué son y cómo se curan las verrugas

DR. PABLO PERA PIROTTO

Quién no tiene o ha tenido alguna vez una verruga en su cuerpo? Sin dudas es muy alto el porcentaje de respuestas positivas ya que se trata de afecciones sumamente frecuentes. De todas maneras, es bueno aclarar que muchas veces se le pone el "título" de verruga a lesiones que si bien pueden parecérsele, no lo son en realidad.

Las verrugas son causadas por el virus papiloma humano (HPV), y por lo tanto se pueden contagiar de una persona a otra, así como también en un mismo individuo, de un sector de su cuerpo a otro, sobre todo si se las rasca o manipula.

Se pueden presentar clínicamente de diversas formas, de las que la llamada verruga vulgar es la más frecuente. Como todos conocemos, son prolongaciones algo elevadas, de superficie áspera e irregular. Generalmente aparecen en las manos, sobre todo en el extremo de los dedos, alrededor de las uñas. Otra localización frecuente son las rodillas, aunque también pueden aparecer en cualquier lugar del cuerpo, como por ejemplo la planta de los pies. Allí suelen ser muy rebeldes al tratamiento y dolorosas. El diagnóstico diferencial es con los callos, que característicamente se ubican en zonas de apoyo.

Otro tipo de verrugas son las planas que, como lo indica su nombre, son muy poco elevadas, tienen menor tamaño que las vulgares y una superficie lisa. Tienden a aparecer en forma agrupada, llegando a sumar varias decenas. En los adultos suelen surgir en la zona de la barba en los hombres y en las piernas en las mujeres, en donde el rasurado favorece su diseminación.

Una mención aparte merecen las verrugas genitales, que constituyen un problema cada vez más frecuente. Se trata de la infección de transmisión sexual más común y las lesiones pueden crecer y confluir tomando dimensiones importantes, formando incluso grandes racimos. Pueden aparecer en el sector externo de los genitales de ambos sexos, pero también dentro de la vagina y en el cuello del útero, así como alrededor del ano.

Estas verrugas son sumamente contagiosas, y algunos tipos pueden asociarse a mayor riesgo de contraer cáncer de cuello uterino.

En cuanto al tratamiento, lo primero que hay que mencionar es que, como ocurre con casi todas las enfermedades virales, son autoinvolutivas, es decir, las defensas del propio organismo pueden derrotar a los virus haciendo desaparecer las lesiones. Por eso es común que en los niños una verruga pueda desaparecer sola (o con "ayuda" de remedios o curas caseras) después de algún tiempo. De todas maneras, siempre es conveniente tratarlas médicamente para evitar que se contagien o sigan diseminándose.

Hay una variedad de medicaciones locales que se pueden aplicar para destruir esas células que contienen el virus HPV. Entre ellas, las formuladas en base a ácido salicílico y ácido láctico suelen ser efectivas, siempre y cuando se coloquen con constancia y previo desgaste de la verruga durante un tiempo prolongado.

Otro es el mecanismo de acción de la crema de imiquimod al 5%, de aparición más reciente, pero que ya cuenta con una vasta y positiva experiencia en el tema. En este caso, su acción no es destruir directamente a las células infectadas, sino estimular las defensas locales del organismo para que actúen sobre la verruga y la eliminen.

Entre las opciones terapéuticas que son más "agresivas" pero que logran una resolución más rápida está la criocirugía, que produce una quemadura controlada con nitrógeno líquido. Similar efecto es el de la electrodesecación, que se realiza con el electrobisturí, previa anestesia local de la zona a tratar. Incluso en verrugas grandes y muy rebeldes, que han resistido a todos los tratamientos antedichos, la extirpación mediante cirugía convencional está indicada.

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