MIGUEL BARDESIO
Dedíquese tranquilo a plantar el árbol o tener un hijo, porque lo del libro se arregla hoy con la tecnología. Cameron Kelly iba a pedirle matrimonio a su novia y lo hizo a través de un libro de 105 páginas ("50 razones para que te cases conmigo y 51 motivos para casarme contigo"). Se lo regaló el día de San Valentín y no sabemos si la fulana aceptó, aunque seguro se habrá llevado una sorpresa.
La impresión a demanda o digital está revolucionando la industria editorial del mundo porque permite hacer tiradas cortas de un título (un sólo ejemplar inclusive), a un precio de entre 6 y 50 dólares la unidad; depende de la cantidad de páginas y los colores. Como el del señor Kelly, los libros íntimos, diarios, fotos de viaje, blognovelas, escritos inéditos, textos académicos específicos o incluso reediciones de libros agotados cuentan ahora con una vía rápida a la publicación.
La tecnología ya está en el mundo y también en Uruguay. La imprenta montevideana Central de Impresiones incorporó la máquina y ya ha publicado unos 30 libros a demanda, sobre todo a pedido de sus propios autores, que no habían encontrado eco en una recorrida por editoriales, según dijo el dueño de la empresa, Luis Pintos.
En las máquinas tradicionales de impresión (offset), por lo menos se necesita de una tirada de 500 ejemplares para hacer la edición rentable. Consecuencia: infinidad de libros no pueden publicarse porque el editor no está dispuesto a correr el riesgo con un escritor novel, por ejemplo.
La impresión a demanda cambia las reglas de juego y ha generado, además, la figura de la editorial virtual. Lulu.com , Librosenred.com , Blurb.com , Librosalacarta.com y Editorial Todo Libro son algunas de las empresas que ofrecen la impresión a demanda por Internet, centralizando pedidos a escala mundial. Lulu es el líder, ha publicado ya un millón de títulos en cinco años y entre ellos el de Kelly. Del total, 9.700 pertenecen a autores latinoamericanos.
Es más, este año en Estados Unidos se publicarán 160.000 títulos por la vía tradicional, 10.000 menos que los que prevé imprimir Lulu.com a un ritmo de 12.000 por mes, que es el de los primeros meses de 2007.
El sistema de las editoriales virtuales es así: se envía el libro por Internet y se pone a la venta en la misma página y en un catálogo que incluye Amazon.com y otras librerías virtuales del mundo; el autor fija su porcentaje de ganancia y sólo se imprime por unidad cada vez que un comprador adquiere el título. También puede comprarlos y distribuirlos el propio escritor. Para libros íntimos, el autor compra los ejemplares que necesite.
"En Lulu, todas las decisiones las toma el autor", dijo Ignacio Van Gelderen, director de la empresa para América Latina. Al desaparecer la figura del editor, el sistema tiene la ventaja de hacer accesible la publicación a cualquiera y la contra de que en su catálogo la calidad general se ve resentida. "Hay libros buenos y también de los otros", dijo Van Gelderen.
El problema para Latinoamérica es el envío porque hasta ahora, Lulu.com imprime en Estados Unidos o España, lo que encarece los costos de correo. "Un libro en blanco y negro, de 50 páginas, sale unos 6 o 7 dólares, pero el envío lleva el precio al doble"; dijo Van Gelderen, aunque agregó que se está por incorporar al sistema una máquina en Buenos Aires.
REEDICIONES. En Uruguay, la impresión digital apenas comienza. En octubre del año pasado, Central de Impresiones trajo la primera máquina que hay en el país. Como una impresora, el aparato es capaz de imprimir un libro cada pocos segundos, una vez diseñado.
Luis Sica, gerente de la Editorial Sudamericana en Uruguay, aseguró que su editorial va a utilizar la impresión a demanda para reeditar unos 100 títulos en Argentina. "Son libros de autores fallecidos que no dan para una tirada grande, pero que están agotados y tienen demanda", dijo Sica.
Edmundo Canalda, de la editorial Fin de Siglo, aseguró que la impresión a demanda sería "muy útil" para el mercado uruguayo, por sus dimensiones. "Como editor tengo que tener el doble criterio de medir la calidad de un trabajo, y a la vez, su viabilidad comercial. A veces, me he encontrado con libros de gran calidad, tesis de estudiantes, por ejemplo, pero cuando imagino los potenciales compradores, concluyo que no puedo publicarlos", dijo Canalda y agregó que está analizando ir al sistema a demanda.
Para la industria, la impresión digital resuelve ese problema y para los autores, el primer paso se hace cada vez más sencillo. Sea por la vía de una editorial virtual, que también le hace la distribución a través de los aún incipientes catálogos Webs o yendo a la imprenta, con el manuscrito bajo el brazo.
Editando la obra
DISEÑO. Antes de enviar un texto a una editorial virtual o directamente a la imprenta digital, es bueno tenerlo diseñado. Unos como otros pueden hacer el trabajo, aunque encarecerá el costo.
PRECIO. En Lulu.com, un libro de unas 50 páginas, en blanco y negro cuesta 7 dólares, pero hay que agregarle el costo de envío, otros 7 dólares. Todo a color, de 100 páginas, sale 20 dólares, con tapa blanda. La tapa dura eleva el precio a 45 dólares.
IMPRENTA. En Central de Impresiones (203 19 72), puede hacerse impresión digital, aunque sólo en blanco y negro. La tapa, si es a color, se hace con la tecnología offset. Uno de los dueños de la empresa, Luis Pintos, prefirió no dar precios, aunque es sensiblemente más barato que el mecanismo tradicional.
PRUEBA. La impresión bajo demanda tiene un costo unitario por libro, lo que la hace conveniente para tirajes cortos. Sin embargo, cuando la edición va a superar los 500 o 1000 ejemplares, conviene imprimir en el sistema offset. De hecho, muchos prueban un título lanzando pequeñas cantidades para luego, si funciona, pasarse a la offset.
DISTRIBUCIÓN. Puede ser casera, del autor o a través de las editoriales virtuales, que tienen un catálogo ofrecido a todo el mundo vía Internet. El riesgo es mínimo para las empresas porque primero el comprador lo adquiere y luego se imprime y envía. Las máquinas producen un libro cada 10 segundos.
CONFIANZA. Antes que nada, debe mediar la confianza entre el autor o editor y el imprentero digital. Este último tiene el libro en sus manos y en minutos puede imprimir miles de copias y eventualmente, salir a venderlas a espaldas del autor. Hay que mirar bien.
Autores que lo probaron
Al tipear "Uruguay" en el buscador de la editorial virtual Lulu.com, aparecen 45 obras que refieren al país, sobre todo de autores extranjeros; manuales para inversores y un libro de viajes, por ejemplo, todos escritos en inglés.
En español, hay una novela de Marisa Barragán Cose que promete "una historia de terror en Uruguay en los años oscuros" bajo el título Las condiciones son las siguientes.
El libro del general Óscar Pereira, Recuerdos de un Soldado Oriental del Uruguay, también se puede comprar o descargar gratis.