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Un paraíso celeste y maya

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La Riviera Maya tiene los destinos más paradisíacos de México

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La Riviera Maya tiene los destinos turísticos más atractivos de México. Aquí tres opciones diferentes para visitarla y acercarse a sus playas y la cultura indígena.

Todo es celeste, blanco y verde. Sobre todo verde y sobre todo celeste. Todo es naturaleza y turismo y turistas. Todo está pensado para que quienes visiten el lugar (o los lugares), se vayan queriendo volver. Es que la Riviera Maya es la zona de México que ubicada en el estado de Quintana Roo, cuenta con las mejores playas de la costa. Con una extensión de 120 kilómetros de longitud, recorre todo el litoral, desde la localidad de Isla Blanca, al Norte, y la de Punta Allen, al Sur.

Arenas blancas y finas, aguas turquesas, tibias y transparentes, corales, naturaleza en estado puro, salvaje. Pero también, zonas arqueológicas, selvas, islas, cenotes, centros comerciales, restaurantes de lo más variados y del más alto nivel y hospedajes para todos los gustos: desde hoteles all inclusive (recomendados sobre todo si lo que se busca es la tranquilidad, ver aparte) hasta hosteles de todo tipo de precio, experiencias con locales, comida mexicana a cada paso (eso sí, siempre advierten qué es lo picante).
Aunque para escribir la experiencia de un viaje nunca alcanzan las palabras, estas son tres opciones diferentes para recorrer distintas zonas y poder conocer un poco más de cerca uno de los mejores destinos del caribe mexicano: la Riviera Maya, sus playas, su gente, sus costumbres y también, claro, sus raíces indígenas.

La isla Cozumel es todo y exactamente lo que alguien imagina cuando piensa en una playa paradisíaca.
Con 76 kilómetro de largo y 14 de ancho, es una de las mejores playas del caribe para los fanáticos del snorkel y el buceo, además de que tiene una de las barreras de arrecifes más conocidas a nivel mundial.
En la isla, que está “en frente” a Playa del Carmen y se empezó a poblar a partir de la década del 70, viven aproximadamente 120 mil personas, que, en su mayoría, se dedican al turismo. Es que los turistas que llegamos allí necesitamos que alguien nos reciba y nos baje a tierra, nos explique, nos cuente y nos muestre para poder entender cómo es que aquello se mantiene casi intacto, cómo es que ese lugar parece casi como sacado de algún punto del globo que nos es inaccesible.

La forma más sencilla y económica de llegar a la isla es a través de los ferrys que salen cada una hora desde Playa del Carmen; el primero sale a las seis de la mañana y el último en salir desde Cozumel es a las diez de la noche; el viaje dura aproximadamente una hora.
Las actividades para hacer en la isla son varias, demasiadas, y, si se va por el día, conviene administrar el tiempo y elegir bien qué hacer. Como consejo, la visita al Parque Natural Chankanaab, que recibe su nombre por una laguna, es un paseo que no puede faltar. Es ideal para hacer snorkel (donde se pueden apreciar, además de la naturaleza, las esculturas subterráneas del Cristo y una virgen) y tener un almuerzo con comida mexicana, palmeras, arena blanca y mar.
Pero, si está en Cozumel, por favor, no se vaya sin conocer El Cielo. No es una metáfora pero podría aplicar como si lo fuese. El Cielo es el nombre que recibe una de las playas de la isla. No solo porque aquel banco de arena blanca pareciera no pertenecer a la Tierra, sino porque es el sitio ideal para ver estrellas de mar. Para llegar, sí o sí se requiere de contratar el paseo, o de lo contrario, un vehículo (ships, autos, motos) que alquilan en la isla para poder acceder a la playa. Una vez allí, se puede disfrutar de una de las aguas más cristalinas y tibias de toda la isla, a la vez que se puede disfrutar de tragos y platos típicos en restaurantes que están en la playa. Cozumel también tiene un faro, al que, si le queda tiempo, suba. Desde allí se tiene una vista maravillosa de gran parte de la isla.

El cielo

El cielo es una de las playas más paradisíacas de la zona
El cielo es una de las playas más paradisíacas de la zona

La isla Cozumel es todo y exactamente lo que alguien imagina cuando piensa en una playa paradisíaca.
Con 76 kilómetro de largo y 14 de ancho, es una de las mejores playas del caribe para los fanáticos del snorkel y el buceo, además de que tiene una de las barreras de arrecifes más conocidas a nivel mundial.
En la isla, que está “en frente” a Playa del Carmen y se empezó a poblar a partir de la década del 70, viven aproximadamente 120 mil personas, que, en su mayoría, se dedican al turismo. Es que los turistas que llegamos allí necesitamos que alguien nos reciba y nos baje a tierra, nos explique, nos cuente y nos muestre para poder entender cómo es que aquello se mantiene casi intacto, cómo es que ese lugar parece casi como sacado de algún punto del globo que nos es inaccesible.

La forma más sencilla y económica de llegar a la isla es a través de los ferrys que salen cada una hora desde Playa del Carmen; el primero sale a las seis de la mañana y el último en salir desde Cozumel es a las diez de la noche; el viaje dura aproximadamente una hora.
Las actividades para hacer en la isla son varias, demasiadas, y, si se va por el día, conviene administrar el tiempo y elegir bien qué hacer. Como consejo, la visita al Parque Natural Chankanaab, que recibe su nombre por una laguna, es un paseo que no puede faltar. Es ideal para hacer snorkel (donde se pueden apreciar, además de la naturaleza, las esculturas subterráneas del Cristo y una virgen) y tener un almuerzo con comida mexicana, palmeras, arena blanca y mar.
Pero, si está en Cozumel, por favor, no se vaya sin conocer El Cielo. No es una metáfora pero podría aplicar como si lo fuese. El Cielo es el nombre que recibe una de las playas de la isla. No solo porque aquel banco de arena blanca pareciera no pertenecer a la Tierra, sino porque es el sitio ideal para ver estrellas de mar. Para llegar, sí o sí se requiere de contratar el paseo, o de lo contrario, un vehículo (ships, autos, motos) que alquilan en la isla para poder acceder a la playa. Una vez allí, se puede disfrutar de una de las aguas más cristalinas y tibias de toda la isla, a la vez que se puede disfrutar de tragos y platos típicos en restaurantes que están en la playa. Cozumel también tiene un faro, al que, si le queda tiempo, suba. Desde allí se tiene una vista maravillosa de gran parte de la isla.

Arqueología

En Cobá se encuentra la ruina maya más grande de la zona
En Cobá se encuentra la ruina maya más grande de la zona

A 90 kilómetros al Este de Chichén Itzá y a 40 de Tulúm, hay un tesoro que a veces, entre tanta grandeza de lo que lo rodea, queda chiquito, casi desapercibido. Sin embargo, allí se encuentra uno de los templos mayas más grandes de la zona, y el único, además, al que se puede subir. La zona arqueológica de Cobá, a casi tres horas de Cancún, tiene una superficie de unos 70 kilómetros cuadrados, está próxima a varios lagos de color que le dan su nombre y es la que menos se ha investigado y restaurado de toda la zona. Rodeada por selva, quienes trabajan allí estiman que, justamente por los bosques, aún quedan ocultas varias esculturas. Se estima que en total hay 6.500 esculturas en el área.
A Cobá se puede ingresar todos los días de entre las 8.00 y las 18.00 horas (hay que pagar una entrada de 70 pesos mexicanos por persona, que son aproximadamente 3, 50 dólares). Conviene ir de mañana temprano o por la tarde, porque el calor es intenso y hay mucho por caminar, recorrer y subir.
Entre el 200 y el 800 después de Cristo Cobá fue una de las mayores metrópolis del mundo maya, hasta que su gran rival, Chichén Itzá, extendió su dominio.
Para recorrerla, aunque se puede hacer por cuenta propia, conviene contratar un guía para no perderse detalles. La zona está dividida en tres grupos por épocas. A la primera que se llega, (después de hacer una parte del camino en bicicleta) es a la pirámide que los lugareños llaman “La Iglesia”, un edificio de 25 metros de altura, que está un poco venido a menos por el efecto de la naturaleza sobre ella.
Luego, se puede ver una “cancha” del juego de pelota maya. Y acá, hay que prestarle atención a la explicación del guía, ya que ese juego era, para ellos, una suerte de ritual: se realizaba una vez al año y el capitán del equipo que ganaba el juego era sacrificado. Aunque parezca absurdo, tiene una explicación: para los mayas, las mujeres eran diosas, superiores a los hombres, porque eran las únicas capaces de dar vida. De esta forma, la única manera que un hombre podía ser superior, era muriendo para convertirse en una deidad.
El siguiente es uno de los grupos más importantes de construcciones mayas, entre los que se encuentra una de las pirámides más altas de toda la zona. Con 42 metros de altura y 120 escalones, la Nohoch Mul domina el paisaje del lugar y, además, es a la única de toda la zona maya a la que se puede subir. Y, aunque parados debajo de ella parece demasiado alta como para poder subirla, su ascenso vale la pena. La vista que se tiene desde allí de toda la selva es realmente única.

Una comunidad maya

La comunidad de Ahaochooc la conforman cuatro familias mayas
La comunidad de Ahaochooc la conforman cuatro familias mayas

A cinco kilómetros de las ruinas de Cobá, se encuentra la comunidad maya de Ahaochooc, que está formada por cuatro familias y, si se contrata por excursión, se puede ir a conocer cómo viven, y sus costumbres. Allí, un miembro de la comunidad (Jacinto, en este caso) recibe a los turistas, recorre las casas de cada familia, fabricadas todas con maderas que recogen en el lugar y cortan durante la luna llena para que duren entre 20 y 25 años, y palma para en el techo, que cambian cada cuatro años.
En la zona, además, está el cenote Multum Ha, que se puede visitar. Y, darse un chapuzón 18 metros por debajo de la tierra, es una experiencia que hay que vivir para que el recorrido por Cobá sea completo.

Un lugar para relajarse donde nada es dejado al azar

Bahía Principe es el lugar perfecto para relajarse y no preocuparse de nada
Bahía Principe es el lugar perfecto para relajarse y no preocuparse de nada

Si la idea es descansar, disfrutar de la naturaleza, desconectarse y no preocuparse por nada más, Bahía Principe y sus cuatro hoteles en la Riviera Maya, es el lugar perfecto.

Entre los cuatro hoteles tienen un total de 3.250 habitaciones: Luxury Bahia Principe Akumal, Luxury Bahia Principe Sian Ka’an, Grand Bahia Principe Cobá y Grand Bahia Principe Tulum. Entre ellos, el Sian Ka’an es exclusivo para adultos (incluso sus piletas y playa) y Akumal tiene una parte solo para adultos y otra familiar. Así, Tulum y Cobá son para todo público.

El complejo cuenta con varios restaurantes de especialidad, como el Nikkei Mashua, de fusión de comida peruana y japonesa, el Cozumel, de comida mexicana, el restaurante Le Gourmet, o el Dolce Vita, de cocina italiana tradicional. Los huéspedes pueden disfrutar de las piscinas y playas de todos los hoteles y para eso el complejo cuenta con un sistema de transporte interno.

Hay bares, spa, campo de golf, centros deportivos, gimnasios, programas de entretenimiento (para familias y para adultos), piscinas para bucear y una hacienda, la Doña Isabel, que cuenta con una discoteca y en la que todos los jueves se realiza la cena mexicana, un show de primer nivel que recorre la historia de la cultura mexicana, con juegos, comidas y bebidas típicas.

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