Cabeza de Turco

Opinión |Simplemente lo simple es la ruta

“Y que no te vean venir, esa es la cosa”

Washington Abdala

Todo arrancó con Aldo Solari en mi caso. Alguna vez le leí que aquello que no se entendía, no era mi culpa sino responsabilidad de quien enseñaba mal. Me quitó culpa. Bingo.

En la Universidad, de estudiante, tuve profesores complejos, difíciles, con idioma propio. Hasta que leí a Enrique Tarigo. Listo. La simplicidad del concepto.

En el fútbol, soy de una época de punteros maravillosos, de habilidosos con el balón, pensé que, con sus combas, amagues, movimientos de cintura y diabluras eran Supermán. Llegó Messi y digo: todo lo que pensé estaba mal, la simplicidad de lo perfecto.

La pintura, la gente puede no saber nada de este asunto, pero no hay quien -aunque sea un oso panda- no capte algo de Vincent Van Gogh, el trazo, el color, pero sobre todo la simplicidad del concepto. Todo a partir de una idea pura.

En el tenis los jugadores que logran estar en la cima son tipos con potencias diversas, cadencias distintas, formas de jugar con estilos contrapuestos, pero todos de golpes simples. ¿Que tuvieron de común la trilogía del demonio de Djokovic, Nadal y Federer? Eso, la simplicidad en la resolución del punto final.

Piense rápido dos nombres de líderes políticos que lo asombraron por lo que dijeron o hicieron a lo largo de la historia. La clave: lo simple llega y si es con el corazón mucho más. Los líderes políticos tienen siempre miedo de mostrar sus emociones, (así les va). Pongo algún ejemplo: Martin Luther King y Ricardo Alfonsín.

Hay un reverdecer del minimalismo en estilos arquitectónicos. ¿La razón? El enorme cansancio con lo recargado y parte de una búsqueda de paz en los espacios. Bastante dura es la vida como para vivir en una feria. Lo simple, siempre lo simple se necesita. En literatura: ¿cuáles son los genios? Dante, Shakespeare y Cervantes. ¿Dígame que alguien no entiende una frase de ellos? Todo se entiende. Se capta el sentido, las metáforas, la presentación, no hay engaños literarios, no hay estiradas, no hay excesos, son simples, genialmente simples. Actores y actrices. Cada uno tiene los de su época; yo soy del neorrealismo italiano: todos la rompían. Tengo debilidad por Marcello Mastroianni y Sophia Loren, creo que lograban ser comediantes y actores dramáticos según se lo requiriera el guion. Piensen ustedes y verán que los que les gustan son simples también. En la moda, seguramente hay montones de ejemplos, sugiero el mío: Coco Chanel. ¿Qué introdujo como concepto con sus nuevos diseños, colores y estilo? Lo simple, barrió con lo que era impostura, regaló líneas definidas y practicidad. Resultado: ropa que se asumió como un paso hacia más libertad de una mujer que reclamaba a gritos eso.

Ayer discutimos con uno de mis hijos sobre música. Me puso en un aprieto: ¿Spinetta o Charly? Le dibujé una respuesta, antojadiza, me quedó remordimiento (los padres siempre tenemos que contestar alguna estupidez por el afán de querer responder todo). Hoy voy a aprovechar para rectificarme porque ambos están en la final de la Libertadores. Capaz uno más amoroso y el otro más rítmico, pero los dos límpidos. ¿Ta claro?

Un consejo no pedido, pero va igual: sea todo lo simple que pueda, la vida se lo va a agradecer. El que la entrevera se pierde. Lo complejo no se resuelve fácilmente, pero se lo razona con simplicidad. Luego, se soluciona. Las cosas simples son las ciertas. Amar, sentir y vivir. No la compliquemos mucho más. Es por allí la bocha. Y que no te vean venir…como dice un amigo. Por las dudas.

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