Motos con todos los chiches

| La moda comenzó hace año y medio entre jóvenes: colocar radio a la moto y viajar con música a todo volumen. También hay birrodados con reproductor de DVD.

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Inés Guimaraes

GABRIELA VAZ

"¿Querés ponerle radio a una moto?". El tono de las voces al otro lado del teléfono sugería desconcierto. Casi todos los empleados de talleres y casas de colocación de radios para autos parecían no terminar de entender la pregunta. Casi, porque en algunos comercios la reacción no era de sorpresa: "Ah, sí. Se hace, pero nosotros no". Y sólo en dos lugares, el pedido tuvo buena acogida: "Sí. Contame qué moto tenés y qué radio querés ponerle".

La moda empezó hace un año y medio, cuentan: jóvenes usuarios de motocicletas, sobre todo scooters, comenzaron a instalar radios a sus birrodados, acompañadas de buenos parlantes, y muchos ya han adquirido la costumbre de pasear por la rambla montevideana con su nuevo juguete a todo volumen. "No entiendo muy bien la idea. Si vas a más de 60 (km/h), no escuchás nada", comenta uno de los dueños de los talleres consultados.

El razonamiento no carece de lógica, pero es refutado por una tendencia en ascenso y que echa por tierra el dicho que habla de la inutilidad de una radio de moto. Sólo faltaría que existan modelos con DVD o cenicero... Ya existen.

ENTRETENIDOS. Las motos con radio no son una novedad. Siempre hubo algún ejemplar con emisora, o algún usuario que se empeñara en colocarle una, y siempre se habló de su ineficacia. Por eso es que son también muy raras y que ahora aparezca una suerte de moda de su uso sorprende.

Sin embargo, realizar la instalación es muy fácil. Sólo es necesario que la moto posea una batería de 12 volt. Con esa condición cumplida, cualquier radio de auto puede funcionar también en un birrodado, cuenta Charles, del taller Bikes Ruidosos, ubicado en Garzón 624, uno de los pocos locales que hace esa colocación. "Generalmente vienen ya con la radio, pronta para poner. El ingenio está en dónde instalarla para que quede disimulada y dónde poner los parlantes. También depende del tipo de moto, qué espacio tienen, si cuentan con baúl. En las scooters, los parlantes generalmente se ponen donde irían las rodillas. Siempre se juega un poco con la estética", dice.

Los parlantes son fundamentales, ya que la idea no es escuchar música por auriculares en solitario sino, por el contrario, en un audio abierto, que alcance a un buen número de oídos.

La mayor parte de los clientes que llegan con ese pedido (que se da con más frecuencia desde hace un año y medio, asegura Charles) son jóvenes. Pero no son los únicos.

Hace dos años, Bernardo Pianaroli quedó fascinado con una moto que se exhibía, a la venta, en una casa de 18 de Julio. A sus 55 años, estaba habituado al automóvil, pero nunca había manejado un birrodado. Al verlo tan entusiasmado, su esposa, Marta, sintió curiosidad por la moto y lo acompañó a verla por segunda vez. "¿De verdad te animarías a subirte a esto?", le preguntó, y ante la respuesta afirmativa, decidió regalársela de cumpleaños. "Primero di una vuelta a la manzana, después dos, luego cuatro, y a los tres días nos fuimos hasta Fray Bentos, para ablandarla. Cuando volví me di cuenta que viajar en moto era lindo, pero muy aburrido. Ahí fue que se me ocurrió ponerle una radio", relata Bernardo.

Con la idea de volver esos viajes más entretenidos, el flamante motoquero compró una radio de auto "con buena potencia" y fue hasta su taller para que le realizaran la conexión. A los dos parlantes iniciales luego le agregó dos más, "porque Marta se quejaba de que no escuchaba". Hoy, ese es el elemento menos novedoso de su birrodado. Con el tiempo, Bernardo instaló en su moto una banda de once metros de transmisión ("soy radioaficionado", explica), un televisor portátil ("no me quería perder el noticiero cuando salimos de campamento"), portateléfono, portavaso y hasta un ¡cenicero! "Cada vez que fumaba tenía que estar tirando el cigarro para atrás, así que cortamos un pistón al medio y tiene lugar para dos cigarrillos. Se puede usar en marcha, porque tenemos parabrisas", aclara, divertido de la reacción que genera su obra, pero también acostumbrado a ella.

Sin llegar a tales extremos, el uso del DVD en estos vehículos está un poco más extendido y aumenta junto con la instalación de radios, asegura Sebastián Gentilini, quien "tunea" motos (ver recuadro).

MUY PERSONAL. La dificultad a la hora de encontrar locales encargados de realizar estas instalaciones radica no sólo en el hecho de que son todavía infrecuentes, sino en que se trata de cuestiones "muy personales", aseguran los entendidos, por lo que la mayoría de las veces se trabaja en forma casera. Además, por esa misma razón, puede haber gran variedad en las formas de hacerlo. A un taller ubicado en Tiburcio Gómez y Rivera, por ejemplo, nunca llevaron una radio de auto para instalar, pero sí unos amplificadores que irían conectados a un Mp3. El objetivo era el mismo: emitir música a todo volumen. "Hay muchas formas de lograrlo. Los amplificadores también se pueden conectar a un celular que tenga radio FM", explica el propietario del comercio.

De hecho, con algo de conocimiento de electromecánica es posible realizar la conexión de una radio para motocicleta. Pero si se opta por un trabajo más profesional, el precio de instalación puede variar bastante. "Depende sobre todo, del trabajo que me dé. Si ya venís con la radio, la bandeja y sólo hay que hacer la instalación eléctrica, pueden ser 300 o 400 pesos. Si necesitás que se coloque, se le haga una caja, se disimule, pueden ser 2.000 pesos o más. La idea es que quede bien, que no cambie mucho la estética de la moto, y que incluso si la querés sacar tampoco modifique demasiado su estructura", termina Charles.

El "tuning" también aumenta

"Las motos con radio y con reproductor de DVD ahora están siendo bastante comunes. Se pueden ver acá, en encuentros de motoqueros", dice Sebastián Gentilini, responsable de la página web Kamikaze (https://kamikazetunin.es.tl), que versa y aconseja sobre el tuning de motos en Uruguay.

El término se hizo popular a nivel masivo no hace mucho, pero existe desde hace al menos 40 años: tuning (o tuneo, como más guste), que no es otra cosa que personalizar un vehículo básicamente a través de la estética, con cambios exteriores en la carrocería, pero también algunas modificaciones en el rendimiento.

La aplicación está sobre todo enfocada en automóviles y es más raro verla en motos. Sin embargo, también cada vez con más frecuencia los motociclistas gustan de otorgarle originalidad a sus vehículos: así como crece la instalación de radios y DVDs, aumentan los "tuneados".

"El tuning de motos no es tan frecuente como el de autos, pero ahora está repuntando bastante, se ve cada vez más", explica Gentilini, quien comenzó trabajando en su propia moto hace apenas unos meses, siguió con las de sus amigos y ahora cuenta con página web ofreciendo asesoramiento. Su servicio consta de recrear virtualmente, con ayuda del fotoshop en la computadora, la imagen de la moto "tuneada", tal como la imagina el propietario. Si el resultado gusta, entonces se lleva a la realidad. "Utilizamos pinturas, aerografías, fibra de vidrio. Hay de todo para hacerle a una moto, incluso cambiar los rayos de las llantas de posición, o mejorar sus motores".

Bernardo Pianaroli, motoquero de 57 años, opina que antes de gastar en tuning o radios, es primordial invertir en buenas cubiertas cuando se trata de un vehículo barato, por prevención. "Y después sí, acomodarla a tu gusto".

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