Mario Balotelli: el crack que está loco, loco, loco

| Incendió su casa tirando cohetes, colecciona multas de tránsito, dispara armas de juguete: el personaje, excéntrico y rebelde, opaca a uno de los mejores futbolistas jóvenes que tiene Europa.

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LUIS PRATS

Hace algún tiempo, Mario Balotelli convirtió un gol para el Manchester City, se levantó la camiseta celeste del club inglés y mostró una remera con la inscripción "¿Por qué siempre yo?".

Hubiera sido fácil contestarle:

-Porque un día te pusiste a tirar fuegos artificiales con unos amigos desde la ventana del baño de tu casa y terminaste prendiéndole fuego a toda la vivienda.

-Porque la grúa municipal de la ciudad de Manchester se llevó tu lujosa Maserati decenas de veces, ya que la estacionás en cualquier sitio, lo que te está costando miles de libras en multas.

-Porque, otra vez, te paró la Policía y en el asiento del pasajero tenías 25.000 libras (unos 39.000 dólares) en efectivo. Cuando te preguntaron por qué llevabas tanto dinero, respondiste: "Porque soy rico"."

-Porque una tarde estabas aburrido y comenzaste a lanzar desde una ventana dardos a un grupo de futbolistas juveniles del Manchester City.

-Porque cuando jugabas en el Inter de Milán fuiste a un programa de televisión vestido con la camiseta del Milan, el rival de siempre.

-Porque tu madre adoptiva una vez te pidió que fueras a comprar una tabla de planchar y regresaste con una mesa de ping-pong, un trampolín y dos motos Vespa.

-Porque se te dio por conocer a unos jefes de la camorra napolitana y no tuviste problemas para fotografiarte con ellos.

-Porque a veces te aparecés disfrazado en los entrenamientos.

-Porque cuando vivías en Milán fuiste detenido por la Policía, ya que estabas disparando un arma desde tu auto. Cuando los uniformados comprobaron que era un revólver de juguete, te dejaron ir, pero no te escapaste de salir por ese tema en todos los diarios.

-Porque tuviste una rabieta en plena cancha, cuando quisiste tirar un penal para el Inter en vez de Samuel Eto`o, el ejecutante indicado. El capitán del equipo, Javier Zanetti, te tuvo que llevar a la fuerza lejos del área.

-Porque mientras estabas en el banco de suplentes de la selección italiana, en un partido ante Islas Feroe por la clasificación a la Eurocopa 2012, te pusiste a jugar con tu iPad, sin interesarte por el juego. Cuando el técnico Cesare Prandelli te llamó para entrar a la cancha, respondiste con pereza, provocando el enojo del entrenador.

La lista de anécdotas podría continuar toda la página. El personaje Balotelli, con sus excentricidades, sus desplantes, su rebeldía, se está comiendo al futbolista, uno de los delanteros europeos con mayor calidad y capacidad física. Incluso, su imprevisibilidad fuera de la cancha tiene su equivalente en el campo: es capaz de hacer la jugada que nadie imagina, en el momento menos pensado. Claro que también puede pegarle una patada al rival, sin motivo alguno.

Cuando Uruguay venció a Italia el año pasado en Roma, Balotelli fue el delantero azzurro más duro de marcar, en todos los sentidos. "Soy un genio", dice él, y se reconoce solo "un poco" inferior a Lionel Messi.

MEJOR, EL CAOS. "Si alguna vez Balotelli se dirige a la grada y grita: `Yo o el caos`, (…) exija el caos. Aunque sólo sea porque ese caos, en comparación con Balotelli, es el té de las cinco en la campiña inglesa", escribió Manuel Jabois en El Mundo de Madrid. El técnico italiano Fabio Capello comentó una vez: "Italia tiene dos grandes talentos, pero están locos". Se refería a Balotelli y Mario Cassano, otro delantero de inestable personalidad.

La historia de Mario tiene su cara complicada. No justifican sus extravagancias, pero terminan de pintar a un personaje con tonalidades que van más allá del blanco y negro. Nació en 1990 en Palermo, hijo de dos inmigrantes ghaneses, que lo abandonaron porque no tenían dinero para pagarle los medicamentos que demandaba la grave afección intestinal que sufría. Lo adoptó una familia italiana de la provincia de Brescia.

Superados sus problemas de salud, se reveló como un gran futbolista, al punto que a los 15 años ya jugaba en la primera del club Lumezzane, de la tercera división italiana. Claro que lo esperaba otro problema: comenzó a sufrir agravios racistas. "¡No hay italianos negros!", fue lo más suave que le gritaron en una cancha.

"Tenía mucha necesidad de afecto, no se dormía si mamá no le sujetaba la mano. Buscaba siempre la confirmación de nuestro amor. En el colegio era el único de color y para ser aceptado se hacía el payaso", recordó una de sus hermanas.

Por un lado, payaso; por otro, rebelde y respondón, Balotelli forjó su personalidad al mismo tiempo que su fútbol.

Los que lo conocen aseguran que sólo quiere llamar la atención por un motivo diferente al que siempre lo acompañó: ser el único negro de la escuela, del liceo o de su equipo.

Otra excentricidad, menos difundida, es que suele ser muy desprendido: una vez se le dio por regalar plata por la calle. Y en otra ocasión, tras salir de la ruleta, regaló mil libras a un mendigo.

RÁPIDA CARRERA. Barcelona quiso hacerle una prueba, pero terminó llevándoselo el Inter, que lo incorporó a su equipo juvenil y casi enseguida lo subió a primera, ya con un apodo: "Supermario".

Según la ley del país, al cumplir 18 años debió optar por la ciudadanía italiana o la ghanesa. Siempre quiso ser italiano, por lo cual llegó a rechazar una convocatoria para defender a la selección de Ghana (por lo sucedido con sus padres biológicos). En 2008, tras cumplir los 18, juró la Constitución italiana y adquirió oficialmente esa nacionalidad.

Formó parte del plantel del Inter que dominó la liga italiana bajo el puño de hierro del portugués José Mourinho.

Pero era inevitable que el choque de personalidades hiciera crisis, por lo cual el club terminó cediéndolo al Manchester City en 2010. Allí lo esperaba una constelación de estrellas pagadas por el jeque Mansour bin Zayed Al Nahyan, propietario del equipo.

En un amistoso ante Los Ángeles Galaxy, Balotelli quiso definir de taco, no por necesidad sino para adornar la jugada, pero se perdió el gol. El técnico Roberto Mancini, italiano como él, lo sustituyó de inmediato. La relación entre ambos se deterioró a pasos agigantados. La paciencia del técnico se agotó cuando Balotelli se hizo expulsar dos veces en la última liga inglesa, por inexplicables agresiones a rivales. Fue excluido del equipo y casi que se le colgó un cartelito "En venta".

"No es un mal chico y es un jugador fantástico. Pero en este momento lo siento mucho por él porque está desperdiciando su talento. Espero, por él, que comprenda que va por el mal camino y que tiene que cambiar", declaró Mancini.

En mayo pasado, en el último partido del torneo, el título se le iba al City, que estaba siendo derrotado en su propio estadio por el Queens Park Rangers. Mancini tuvo que dejar de lado sus reparos y puso a su compatriota en el segundo tiempo. En el suspiro final del encuentro, Balotelli hizo un gran jugada con el Kun Agüero; el toque exacto del italiano, mientras soportaba con su físico la marca rival, dejó al argentino de cara al gol de la victoria y del campeonato.

Balotelli demoró en lograr destaque en la presente Eurocopa -llevaba un gol al momento de escribirse esta nota-, tal vez afectado por los ataques racistas (ver recuadro). Pero nadie se extrañaría si Italia termina campeón, ahora o en Brasil 2014, de la mano de un crack imprevisible e imbatible.

Agravios racistas durante la Eurocopa

Mario Balotelli es noticia en la presente Eurocopa, y no por alguna culpa suya, sino por la demencia ajena. Durante el partido Italia-Croacia en Poznan, hinchas croatas comenzaron a hostigarlo imitando el sonido de un mono y terminaron tirándole una banana desde la tribuna. Antes del comienzo del torneo, el futbolista anunció que no toleraría ningún comportamiento ofensivo hacia él. Incluso anticipó que irá a la cárcel si alguien le tira una banana por la calle porque lo matará. Aparentemente, muy pocos se dieron cuenta del lanzamiento de la fruta en el partido, pero un fotógrafo de AFP registró cuando un guardia de seguridad la tomaba del césped. La Unión del Fútbol Europeo (UEFA) abrió una investigación. No fue el primer caso de "gritos de mono" en la Eurocopa. La selección de Holanda denunció haberlos escuchado durante un entrenamiento en Cracovia, mientras que un observador de la red Fútbol contra el Racismo en Europa indicó que lo mismo ocurrió contra el jugador checo Theodor Gebre Selassie (de padre austríaco) por parte de algunos aficionados rusos.

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