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Los "uruguayos" de la selección nacional de cricket

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Indios, cricket

DEPORTES

El deporte de origen inglés tiene una historia intermitente en el país, pero el jugador Rajendra Rathod está haciendo lo que puede para contribuir a que se afiance.

La selección uruguaya de cricket es toda de India. Si en la de Brasil o Argentina los nombres de quienes la integran son muy parecidos a los que habitualmente se oyen por estos lares (apellidos como Rivero, Villagrán y Kirschbaum por Argentina; Assuncao, Goncalvez y Rodrigues por Brasil), en la uruguaya los apellidos son puro Sharma, Mundarath, Kumar y Gupta, entre otros. No es que en las selecciones de Brasil, Argentina, México, Chile y Colombia no haya jugadores de origen indio o británico, pero solo en la de Uruguay y Perú (con la excepción de uno) la nómina parece que es la de una selección de India o Pakistán.

La uruguaya estuvo hace poco en la Copa América de Cricket, realizada en Brasil, donde se jugó contra los países recién mencionados. Uruguay se ubicó quinto en ese campeonato, por detrás de Argentina, Brasil, Chile y México, y antes que Colombia y Perú.

selección uruguaya cricket
Con los colores celestes.

Pero si la militancia de Rajendra Rathod por el cricket en Uruguay da más frutos, puede que en el futuro Uruguay escale un poco en ese ranking.

Rathod es indio, vive desde 2015 en Montevideo e incluso se ha casado con una uruguaya.Como la mayoría de los ciudadanos de India en Uruguay, arribó al país para trabajar en la empresa Ta-Ta, dentro del rubro software. Y como suelen hacer los uruguayos cuando forman una colectividad fuera del país armando un “picadito”, así Rajendran empezó junto a amigos expats (por “expatriados”) partidos de cricket.

Para un apasionado como él (“el cricket es todo para mí”, dirá en un momento), era frustrante ver cómo, de un día para el otro, desaparecían varios jugadores (los empleados de Ta-Ta suelen viajar de un país a otro para trabajar). “Todos aquellos con quienes yo jugaba cuando llegué a Uruguay ya no están, ya se fueron a otro país”, dice.

Pero es lo que hay y Rathod hace lo que está a su alcance para que el deporte se consolide en Uruguay; que no se tenga que depender exclusivamente de la presencia de ciudadanos indios para que puedan llevarse a cabo partidos de selección. “Lo ideal sería que haya jugadores uruguayos, que sea algo más duradero y no tengamos que formar una selección con únicamente jugadores indios, como pasa en Argentina, en donde todos los jugadores son argentinos”, comenta Rathod. En ese sentido, deposita esperanzas en que la liga uruguaya de cricket se afiance y, en alguna medida, crezca.

Impronta aurinegra

Rajendra Rathod forma parte de Pocitos Panthers (capitán: Rahul Sasidharan), uno de los seis equipos de la Liga Uruguaya de Cricket. Empezó a jugar en ese club este año. A más o menos la mitad del campeonato, el equipo va primero en la liga. Los restantes equipos son: Atlético Strikers, Club Elbio, Montevideo Wanderers y dos clubes más que provienen de una misma raíz: Aurinegros y Carboneros. No es de extrañar que un club que empezó como uno de cricket y luego se convirtió en uno de fútbol aporte algo para la liga uruguaya de cricket. Lo raro es que haya dos clubes que se identifican con los mismos colores y el mismo origen.

Es un camino bastante empinado el que tiene que recorrer. A pesar de que uno de los clubes deportivos del país empezó como un club de cricket, este deporte sigue siendo un asunto de un relativamente acotado grupo de países, muchos de ellos excolonias británicas. Además, es un deporte que empezó a tener campeonatos mundiales en 1975, 45 años después del primer mundial de fútbol. Ese torneo fue organizado por Inglaterra, y la victoria se la llevó Indias Occidentales. La potencia en el cricket es Australia, que tiene cinco copas del mundo.

Pero tras Australia, es India e Indias Occidentales quienes tienen la mayor cantidad de victorias en un mundial, con dos campeonatos cada uno. Luego vienen Inglaterra, Sri Lanka y Pakistán, con un trofeo respectivamente.

La organización internacional del cricket puede parecer extraña en comparación con otros deportes. Mientras que el ideal olímpico aparenta aspirar al universalismo, en el equivalente a la FIFA del cricket (ICC, por sus siglas en inglés) hay países que son miembros “plenos” y otros que no. Doce países forman parte de la mesa chica (entre ellos Inglaterra, India, Bangladesh, Sudáfrica y Zimbabwe), mientras que hay 96 países que forman parte de una constelación “asociada” con diferentes niveles: asociados con cierto status, asociados a secas, exmiembros o suspendidos (como actualmente Rusia). Luego están todos los demás, o sea aquellos que no son parte. Uruguay está en ese grupo, por fuera del ICC. A Rathod le gustaría poder aportar lo suyo para que Uruguay ingrese al ICC, aunque sea en alguno de los niveles de asociado.

Pero para que eso ocurra tiene que haber mucha más promoción del deporte. Actualmente, la liga uruguaya no tiene una cancha de cricket. Los jugadores tienes que juntarse en lugares como la rambla de Punta Carretas o en Parque Roosevelt para poder jugar. Tampoco es fácil conseguir aquellos equipos necesarios para jugar, aunque se trate de pocos artículos. Para empezar, un bate de cricket, que como algunos saben, se diferencia bastante del de béisbol. Eso más un casco, guantes, championes con tapones y unos protectores de la pierna es lo que necesitan los jugadores. En la cancha deben colocarse lo que equivaldría al arco o aro: tres palos de madera (stumps) que forman el wicket. Y sobre esa estructura, dos piezas de madera llamadas bails.

Para los no iniciados, puede parecer complicado, como todo. La terminología sigue siendo en inglés, pero así como se adaptó la terminología del football al castellano, podría hacerse lo mismo con la del cricket si se diera un crecimiento de este deporte en Uruguay.

Parece poco probable, pero no habría que descartar del todo al cricket como un deporte del futuro. Es un lugar común decir que una de cada ocho personas en el mundo es de China, pero a menudo pasamos por alto que la otra persona de las ocho restantes es de India. Y allí el cricket es un deporte nacional. Rathod juega desde los 8 años, o sea hace 30 años. Y como dice, ese deporte es mucho más que un pasatiempo para él. Es una pasión.

Cuando arrancó a jugar en Uruguay, lo hacía por mantener un vínculo con su país pero a medida que empezó a juntarse con otros para practicarlo, se fue tornando más serio. Hoy es jugador de selección. “Soy un jugador de nivel bueno, pero como tengo 38 años, ya no es lo mismo que cuando era más joven”, dice sobre su presente como apasionado del cricket.

Y como ya está a dos años de cumplir 40, su aspiración es que, si le tocara mudarse, dejar algo más duradero para su deporte favorito. Para eso, agrega, sería fundamental contar con algún tipo de apoyo para poder institucionalizar al cricket. Por ahora, sin embargo, es todo a pulmón: “Tenemos que comprar todo y no es fácil conseguir los equipos en Uruguay. Tampoco hay un cancha de cricket acá (la cancha tiene forma ovalada, con un diámetro entre 137 y 150 metros)”. Contar con una cancha hecha y derecha sería un gran paso hacia la consolidación del deporte y Uruguay tendría más argumentos para solicitar el ingreso a ICC.

También sería importante para empezar a dejar atrás el lado completamente amateur que tiene el cricket en Uruguay. El amateurismo tiene un costado romántico e idealizado, pero también es mucho más laborioso que el profesionalismo. Rajendran cuenta que ellos tienen que organizarse solos, para todo. Incluso para las viandas que hay que llevar a los partidos. Eso, cuenta, cansa a muchos. “Pero no a mí. Mientras pueda jugar, todo lo demás es secundario”

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