Los que mataron a Lorca

| Los misterios en torno a la muerte del poeta español salen a la luz en investigación publicada esta semana; quiénes fueron sus verdugos y dónde estarían sus restos.

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ANSA

A 75 años de la muerte del poeta español Federico García Lorca, una investigación sacó a la luz varios de los misterios que rodean su ejecución, entre ellos la identidad de sus asesinos y la trama del crimen, uno de los episodios más oscuros de la Guerra Civil española que tuvo lugar de 1936 a 1939.

El investigador Miguel Caballero reconstruyó minuciosamente las últimas horas del famoso escritor y concluyó que fue asesinado por los franquistas por ser homosexual y progresista y probablemente por un ajuste de cuentas entre familias del sur de España.

Según Caballero, Lorca fue fusilado al día siguiente de su arresto el 16 de agosto de 1936 en Granada, bajo control de los militares sublevados junto con Francisco Franco contra el gobierno democrático republicano.

Las 13 últimas horas en la vida de Federico García Lorca, publicado esta semana en España, es el resultado de tres años de investigaciones de Caballero entre archivos y lápidas. Un agente de la Guardia Civil, tres miembros de la Guardia de Asalto, dos policías y un primo lejano del poeta fueron -según el trabajo- los responsables de su muerte.

El cabo Mariano Ajenjo, de 53 años; el pistolero Antonio Benavides, de 36; Salvador Varo, de 37; Juan Jiménez, Fernando Correa y Antonio Hernández, todos ellos bajo las órdenes del capitán José María Nestares, son los siete nombres que quedan ahora bajo los reflectores.

En la ejecución, según el resultado de la investigación, se usaron pistolas Astra modelo 902, calibre de 7,65 milímetros, y fusiles Mauser modelo 1893.

Junto a Lorca fueron ejecutados y arrojados a la misma fosa el maestro republicano Dióscoro Galindo y los banderilleros anarquistas Francisco Galadí y Juan Arcoyas.

razones. Según la investigación de Caballero, Lorca fue ejecutado por un ajuste de cuentas entre familias de Granada, en el sur de España y tierra del poeta. Sucede que el padre del escritor, Federico García Rodríguez, estaba enfrentado a las familias Roldán y Alba. A la segunda pertenecía Antonio Benavides, sobrino-nieto de la primera esposa de Federico García Rodríguez.

Al día siguiente de la ejecución, Benavides se jactó diciendo: "Le he dado dos tiros en la cabeza al cabezón", en alusión a su pariente.

El 16 de agosto Lorca fue llevado por el exdiputado de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) desde una casa donde se había refugiado tras haber sido víctima de vejaciones hasta el Gobierno Civil.

Allí, el teniente de la Guardia Civil Nicolás Velasco, protector de la familia Roldán, ordenó que Lorca fuera trasladado hasta un viejo caserón en Viznar (Granada), donde eran llevadas las personas que iban a ser ejecutadas sin juicio. Fue conducido junto al maestro y los dos banderilleros. El cabo Mariano Ajenjo, por su parte, fue quien dio la orden de disparar.

Entierro. La reconstrucción del investigador Caballero indicó asimismo una nueva hipótesis sobre el lugar de la tumba del poeta, tras excavaciones que nada encontraron.

Un ayudante del capitán Nestares, Manuel Martínez Bueso, quien presenció los fusilamientos, proporcionó el enclave de la fosa de Lorca, en Los Llanos de Corbera.

Este sitio se encuentra a unos 400 metros del lugar señalado por el historiador británico Ian Gibson hace unos años y donde se realizaron las excavaciones ordenadas por el gobierno autónomo andaluz sin encontrar restos humanos.

Las ejecuciones se cometieron, siempre según la exhaustiva investigación que Miguel Caballero detalla en su última publicación, alrededor de las 4 de la mañana y los propios ejecutores excavaron las fosas allí mismo.

Al día siguiente, tres presos llevados desde el penal La Colonia cubrieron los cuerpos.

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