Lejos de las discos y el ruido

MARTHA AGUIAR

Despertar en el medio del bosque, las botas de cuero bajo la cama, los pájaros cantando, el relincho de los caballos a pocos metros. Con esa imagen sueñan muchos uruguayos al planificar sus vacaciones. Existen unas 200 estancias que ofrecen servicios variados. Van desde campos pequeños atendidos por sus dueños hasta hoteles cinco estrellas establecidos en cascos históricos.

La proporción mayor de visitantes es de origen uruguayo, pero también son frecuentadas por extranjeros. Llegan desde Europa, Estados Unidos y Brasil. Los argentinos son prácticamente inexistentes, porque prefieren los balnearios.

Entre las estancias que podrían denominarse hoteles por la calidad de los servicios se encuentran San Pedro del Timote, Parada Arteaga, La Quebrada, y hasta hace poco tiempo, La Calera.

La primera cuenta con 40 habitaciones exquisitamente decoradas con calefacción central, piscina y una muy buena gastronomía. La misma estancia administra Parada Arteaga, ubicada a escasos kilómetros una de la otra.

"En el año 98 armamos el proyecto empresarial de San Pedro pensando fundamentalmente en el visitante extranjero. Trabajamos con productos sin agrotóxicos, hicimos mucho hincapié en el cuidado del medio ambiente, pusimos un sistema de reciclaje de agua, entre otras mejoras. Pero la gran sorpresa fue que el 95% de los visitantes eran y siguen siendo uruguayos. Cada vez más, se interesan por el turismo de tierra adentro", señaló Silvia Feliciano de Cerisola, responsable de las estancias San Pedro y Parada Arteaga.

Entre las cosas que el huésped privilegia en su viaje al campo figura el encuentro con el trabajador rural. Le gusta la mentalidad distinta del hombre del interior, las diferencias en las formas de vida, la amabilidad de ese ser campechano que los apuros de la ciudad terminaron por dejar a un costado. "Valoran que sus hijos tengan contacto con el hombre rural, desde el peón hasta quien les ensilla el caballo, les gusta que aprendan a respetar a esa figura que es distinta de lo que el chico encuentra en la ciudad".

El turista uruguayo que elige el campo pone en la balanza lo bien que le hará a los niños una temporada lejos de la capital. Uno de sus huéspedes, padre de familia divorciado, explicaba con sentido práctico las razones de sus regresos sistemáticos a San Pedro del Timote. "En cualquier balneario mis hijos me vuelven loco: que las maquinitas, el cine, la playa. En el campo, el hotel se encarga de cuidarlos y entretenerlos todo el día. Yo me siento con un libro bajo el árbol."

Otro sector de la clientela está integrado por gente que ha sido criada en el campo, porque sus familias tenían estancias que vendieron luego. Desean que sus hijos vivan las mismas experiencias que ellos cuando niños.

INTERNACIONAL. Los turistas extranjeros llegan decididos a participar de la vida rural. Están en todas las tareas, como si formaran parte del plantel rural estable. "Algunos se despiden diciendo: no sé qué van a hacer sin mi ayuda", señaló Silvia sonriendo.

Los cielos del hemisferio sur poblados de estrellas deslumbran a los visitantes del exterior. Les encanta probar el mate, pararse al lado de la parrilla cuando hacen el asado, beber el vino de la damajuana, como la peonada. Una de las huéspedes que se encuentra en este momento en San Pedro es una norteamericana que pinta cuadros con la figura del gaucho inspirados en los trabajadores de la estancia. Piensa hacer una exposición con el conjunto de las obras.

En opinión de la propietaria de San Pedro, Uruguay no ha podido convocar al extranjero porque la oferta de estancias es despareja y no alcanza a cubrir los distintos gustos. "A los americanos les gusta dormir en sommier, y no aceptan un colchón de lana. Muchos franceses vienen a cazar y lo que quieren es dormir en campamentos. El caballo es un imán, pero algunos jinetes exigen aire acondicionado en el dormitorio. Hay perfiles distintos y Uruguay carece de la multiplicidad que necesitaría para satisfacer esa demanda."

EL NO TENGO. Cecilia Regules dirige "Estancias Gauchas", una propuesta más rústica que las anteriores. Son pequeños establecimientos atendidos por sus propios dueños. Los huéspedes son en su mayoría uruguayos, pero existe una pequeña proporción de extranjeros. Los primeros tienen negocios en balnearios, y cuando descansan buscan una atmósfera distinta, por eso van al campo. No demandan que esté todo perfecto, el dvd o la piscina climatizada. Son personas con una cierta sensibilidad que disfrutan de la lectura bajo un árbol. Las mujeres que eligen el campo es porque por lo general trabajan fuera de su casa.

Las "Estancias Gauchas" promocionan enormes extensiones de campo donde se puede andar libremente a caballo, arroyos para nadar a gusto y pescar, asados sobre el suelo a la noche. "El campo brinda sensaciones distintas, la gente comienza a revalorizar las cosas simples de todos los días. Los pasajeros del campo desarrollan un ojo sensible y fino. No es para todo el mundo, hay que tener mucha paz y desproveerse de las necesidades compulsivas de la ciudad. Somos algo así como la "Industria del No Tengo". No tengo yacuzzi, no tengo piscina climatizada, no tengo spa. Pero de repente contamos con un árbol que es único, se ven lechuzas, amaneceres que encantan y unas noches que son sencillamente una locura".

Las propuestas estancieras ponen su énfasis en el trato personalizado, aunque también los establecimientos hoteles proporcionan esa calidez. A los turistas de las "Gauchas" se los va a buscar a la estación, se les muestran los encantos del pueblo, se conversa con ellos como si fueran un familiar. El personal integra al pasajero que participa de todas las tareas, si desea hacerlo. "Muchos extranjeros viajan solos, ahorran dos o tres años, para recorrer el mundo durante su año sabático. A mi me encanta recibirlos", dijo Cecilia.

ESTABLECIMIENTOS DE TODOS LOS PRECIOS

HARAS Y ESTANCIA LA PERSEVERANCIA. 200 hectáreas de campo forestado, caballos árabes y cuarto de milla, cabalgatas y restaurante. Cabañas con baño privado $ 500 por día en base doble. Ruta Interbalnearia km 55,500. Tel. 037 39595.

LA QUEBRADA. Cabalgatas, pesca, actividad de campo, piscina. U$S 120 por día con pensión completa. Menores U$S 60. Ruta 9 km. 160. 500 Tel. 0410 28 98 y 094 366 808.

SANTA ROSA. Cabaña de cría Normando, explotación agrícola, alojamiento, 4 habitaciones y una casa con tres. Cabalgatas y piscina. $ 850 pensión completa. Ruta 14 Km. 185. Tel. 036 23762.

ESTANCIAS GAUCHAS. Existen decenas de establecimientos que van desde $ 1.200 a $ 1.500 por persona, pensión completa y actividades.

SAN PEDRO DEl TIMOTE. Contado pensión completa entre U$$ 75 y U$S 100, ya sea entre semana o fin de semana. Menores U$S 45 y U$S 60.

PARADA ARTEAGA. Solo funciona los fines de semana. U$S 90 adulto y U$S 55 menor. Incluye las actividades.

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