De nombre engorroso, el valerato de estradiol no es una sustancia nueva en la industria farmacéutica. Su principal cualidad es que, una vez ingerida y absorbida por el hígado, se transforma en el estrógeno natural que produce el organismo femenino. A pesar de los intentos, la incorporación del valerato de estradiol en las píldoras anticonceptivas no había sido exitosa, no porque no cumpliera con su misión de evitar un embarazo, sino porque no se lograba un ciclo menstrual regular. En este 2010 -y 50 años después de la creación de la píldora y de su consecuente revolución social-, el laboratorio Bayer logró desarrollar el primer anticonceptivo del mundo que libera, hígado mediante, el mismo estrógeno que produce la mujer. De ahí que Qlaira sea presentado como un anticonceptivo natural.
Su principal virtud es que se trata de un medicamento "más amigable con el hígado", explica el médico ginecólogo Fernando Faluótico. También reduce el volumen y la cantidad de días de sangrado menstrual.
Desde el punto de vista de la clínica (es decir de los síntomas que manifiesta el paciente), los estudios realizados antes de su lanzamiento al mercado no detectaron diferencias estadísticas significativas con respecto al resto de los anticonceptivos; aunque sí en los exámenes paraclínicos (de laboratorio).
Un aspecto llamativo de la presentación del blister con 28 pastillas, es que las hay de cinco colores distintos. Esto es porque tienen diferente formulación. "A lo largo de los 28 días, y a grosso modo, los estrógenos van bajando y los gestágenos subiendo. Qlaira intenta imitar este aspecto del ciclo. Gracias a ello se logró la regularidad", señala Faluótico.
El medicamento ya se vende en Europa y Estados Unidos, tiene las mismas contraindicaciones que cualquier otro (mujeres mayores de 35 años, diabéticas, fumadoras o hipertensas abstenerse) y, como siempre, se recomienda primero consultar al médico de cabecera.