Federico D'Elía: El actor fanático de Estudiantes de La Plata que en 2024 volverá a ser un simulador

En su carrera ha hecho mucha televisión, bastante teatro y poco cine. Este año es parte de "Argentina: Tierra de Amor y Venganza" y finalmente filmará la esperada película de "Los simuladores".

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Federico D'Elía.

Su padre, el muy buen actor Jorge D’Elía, le heredó dos cosas: el gusto por la actuación y la pasión por el fútbol… más precisamente por Estudiantes de La Plata, ciudad en la que Federico D’Elíanació hace 56 años.

El problema era que Susana, su madre, era de Gimnasia, el eterno rival del “Pincharrata”. ¿Qué hizo su padre? “Para convencernos nos puso una camiseta de Estudiantes con un vaso de Coca-Cola y una de Gimnasia con un vaso de leche y nos dijo: ‘Elijan’. Y como buenos niños, mis hermanos y yo preferimos la gaseosa y nos hicimos pinchas. Ese fue y es mi viejo”, contó Federico a La Nación.

Es así que el actor se crió tanto yendo a la cancha a ver al club de sus amores, como acompañando a su padre al teatro o a los canales de TV.

Quería ser golero y a los 12 años llegó a probarse en las inferiores de Estudiantes, pero no tenía altura, le propusieron ser puntero y nunca más volvió. Le quedaba lo otro, la actuación. “Empecé en elencos que se organizaban en cooperativas para hacer obras teatrales y en los que se ganaban dos pesos con cincuenta, que obviamente no me alcanzaba para vivir. Todavía me bancaba mi viejo. Con la guita que gané me fui a vivir a un hotel de mala muerte a la vuelta de la Asociación de Actores”, recordó en una entrevista en Revista Cabal sobre la época en que tomaba clases con Carlos Gandolfo.

El salto se produjo cuando logró un papel en Tiempo cumplido (1987), una telenovela con Alberto de Mendoza en la que encarnaba a… ¡un jugador de fútbol! Evoca esa época de ATC como de mucho descontrol, donde le pagaban mucho dinero, lo que le permitió alquilarse su primer departamento.

“Enseguida enganché un trabajo con Claudio Hochman en el Teatro San Martín y daba clases de acrobacia en la Escuela Municipal de Arte Dramático y en el Conservatorio. Con eso y el teatro me pude acomodar, hasta que me rompí un hombro y dejé de dar clases de acrobacia. A partir de allí me dediqué por completo a la actuación”, señalaba en Revista Cabal.

Debutó como actor en 1985 en El organito, de Armando y Enrique Santos Discépolo.

Federico resume su carrera con la siguiente frase: “El teatro es para mí una clara elección, en el cine no me eligen o me eligen poco y en la televisión sí me llaman seguido”.

En la pantalla chica el siguiente paso fue la exitosa telenovela juvenil Clave de sol y de ahí en más se sucedieron una infinidad de títulos conocidos entre los que están, por solo nombrar algunos, Grande Pá!, Poliladron, Carola Casini, Verdad consecuencia, Verano del 98, Tiempo final, Esperanza mía y, por supuesto, Los simuladores.

Actualmente forma parte de la segunda temporada de Argentina: Tierra de Amor y Venganza, donde encarna a un médico que colaboró con la dictadura militar argentina. “Es un villano-villano. Me parece que este tipo de personajes eran así, son así y no hay que ablandarlos”, declaró a Ciudad Magazine.

De esa época no tiene muy buenos recuerdos: cuando tenía 10 años su tío materno rompió un neumático frente al Regimiento 7 de La Plata, los militares le dispararon pensando que era otra cosa y lo mataron. También perdió a sus dos hermanos, pero por otras circunstancias: primero al mayor, que falleció en un accidente en la ruta de camino a verlo en el teatro, y luego el menor, víctima de un virus.

“Fue y es doloroso. Siempre me preguntan qué me pasa con eso y digo que la herida está ahí, con la cicatriz. Uno aprende a vivir con eso”, confesó.

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Rafael Machado, su personaje en ATAV2.

Futbolero

En una oportunidad diario Clarín le preguntó si hubiera cambiado su carrera de actor por cumplir el sueño de futbolista. “Sin dudas”, respondió, pero enseguida aclaró: “Esto dicho en forma poética porque tal vez siendo jugador de fútbol hubiera dado todo por ser actor”.

Estudiantes lo acompaña en todos los momentos de su vida, hasta se puso la camiseta a rayas blancas y rojas el día de su casamiento con Déborah, una ex productora de El rayo con la tuvo a sus tres hijos: Teo, Juan y Miranda.

Gracias a su amor por el “Pincha” se convirtió en productor del documental Bilardo, el doctor del fútbol, de HBO, sobre este gran ídolo de su equipo que dirigió a la Argentina campeona del mundo de 1986.

Y por el fútbol tuvo un reciente acercamiento con los uruguayos porque felicitó en Twitter a los Campeones del Mundo Sub-20 escribiendo: “Bien botijas!!! Muy bien pendejos, felicitaciones Uruguay!!!” y en otro tuit aclaró que quiere/ama a nuestro país desde siempre.

Cuando se lo define como fanático, confiesa que hoy esa palabra lo incomoda. “No es sinónimo de sanidad. Era más fanático todavía, hoy valoro muchas otras cosas, como las cosas que hace el club socialmente”, le comentó al escritor Eduardo Sacheri.

¿Y el trabajo? “Me gusta mucho mi profesión, pero no la pongo en primerísimo lugar ni menos excluyendo otras cosas que me agradan o son esenciales en mi existencia, como estar con mis hijos, jugar al fútbol, encontrarme con mis amigos y varias otras actividades”, aseguró.

Serie de culto

El fenómeno "Los simuladores"

Federico D’Elía es Mario Santos, el líder de este cuarteto que soluciona problemas de forma muy particular. Por este papel fue candidato al Martín Fierro, mientras que la serie se alzó con la estatuilla de oro.

Con apenas dos temporadas y 24 episodios Los simuladores se transformó en un fenómeno, una serie de culto que hizo que la gente pidiera su regreso o, como se ha venido anunciando desde hace años, la realización de una película.

Más de veinte años después de su debut en la pantalla chica, esto último parece que finalmente se concretará y el film se estrenará en 2024.

“Había un pacto entre los cinco: o volvíamos todos o no volvía ninguno”, contó D’Elía a La Nación haciendo referencia a sus compañeros de elenco Diego Peretti, Alejandro Fiore y Martín Seefeld, y al creador, guionista y director de la serie, Damián Szifrón.

Señaló que la plata nunca fue un problema, lo que demoró fue ponerse de acuerdo con las fechas y lo que iban a contar (que no lo dicen).

“Me produce una gran emoción porque significa volver un poco a aquel momento... Y es ponerle un broche a algo que fue muy lindo, que fue épico”, destacó.

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Los simuladores.

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