En lo que va de 2008, los bancos prestaron 38 millones de dólares para vivienda, casi lo mismo que en todo 2007. Los préstamos al consumo también crecieron con cientos de empresas ofreciendo dinero. Los uruguayos volvieron al hábito de endeudarse, aunque ahora más en pesos que en dólares, tras la debacle de 2002.
CATERINA NOTARGIOVANNI
El crédito está en expansión, dicen los economistas. Para comprobarlo, basta con mirar televisión, escuchar la radio, leer los diarios o simplemente ser un observador atento mientras camina por 18 de julio. "Efectivo ya", "créditos a sola firma y sin garantías", sueños de casa propia o de vehículo que pueden hacerse realidad o emprendimientos transformados en empresas forman parte de un sinfín de slogan que ofrecen la posibilidad de cambiar la pisada en 3, 6, 12, 48 o 60 cuotas iguales y consecutivas. Atrás quedaron los tiempos en los que pedir era imposible y prestar un salto al vacío.
La mejora en los ingresos y el aumento del empleo a los mayores niveles en muchos años son dos factores que podrían estar explicando el aumento de la demanda y oferta de préstamos.
"La verdad que no pensé que era tan fácil", dice Margarita, una jubilada de 71 años que acababa de obtener $6.500 en una de las tantas prestadoras. Por esa cifra (equivalente a un mes de jubilación) Margarita, deberá pagar once cuotas de $780. "De acá me voy a darle la plata a mi hijo porque quiero ayudarlo a festejar el cumpleaños de quince de mi nieta que es el mes que viene", cuenta. Esta abuela no es adepta a pedir prestado, pero dice que esta vez no le quedaba remedio: "¿Sabés lo que pasa? Yo no puedo ahorrar porque vivo con lo justo, pero si tengo la cuota no me queda otra que separar esa plata".
Con lo justo o no, parece que no bien las personas mejoran sus niveles de ingreso salen a gastar o, como el caso de Margarita, a comprar a cuenta. "Lo que el crédito hace es permitir que la gente consuma por encima de su ingreso actual. La persona piensa que en el futuro le va a ir mejor, que va a poder pagar; entonces se endeuda y compra a crédito", explica Gabriela Mordechi, analista del Instituto de Economía.
La oferta aumentó, es cierto. ¿Pero qué pasa con la demanda? ¿Cuánto dinero se presta en Uruguay?, lo que es lo mismo que preguntarse: ¿Cuánto de lo que tenemos lo debemos aún?
Es difícil cuantificar los montos que se mueven en el mercado del crédito debido a que el Banco Central no tiene registro de la totalidad de empresas del ramo y además, algunas de las firmas que ofrecen préstamos no están inscriptas como tales.
"Nunca pudimos llegar a una cifra muy concreta. El único estudio que hay es del año 1994 y está totalmente desactualizado", explica una fuente técnica de AEBU.
Lo que sí se sabe a través del BCU es que los créditos al sector privado en moneda nacional aumentaron un 30% de marzo de 2007 a igual mes de 2008. En ese año, se prestaron 6.272 millones en pesos (US$ 324 millones) y 883 millones en dólares (34% más). Pero estos números incluyen sólo a los bancos privados (14 en total) y al BROU. Es decir, que deja afuera a decenas de otras instituciones: un trabajo de aproximación realizado por AEBU contabilizó 271 empresas que se dedican total o parcialmente a prestar dinero.
Otro dato del BCU corresponde a las Administradoras de Créditos cuyos activos superan las 100.000 Unidades Reajustables.
Para esos casos (11 empresas en total; incluidas Oca, Créditos Directos, Creditel, Anda, Cooperativa Acac y Pass Card, entre otras) el stock de créditos dados a fines de marzo ascendía a US$ 280 millones.
Pasando raya, entonces, las cuentas corroboran que los uruguayos han perdido el miedo y recuperaron la vocación por endeudarse.
Un ejemplo: la Cooperativa Cash recibe un promedio de 11.000 solicitudes de créditos al mes y presta al año US$ 50 millones. El Banco Itaú evacua entre 1.500 y 2.000 pedidos y maneja una cartera de US$ 70 millones. En ambos casos, el porcentaje de rechazo es del 5%.
En el caso del Banco Santander, se recibe un flujo mensual de 60 operaciones para créditos hipotecarios y 500 destinados al consumo por montos promedio de 38.000 pesos. Aquí, se constata un crecimiento del 50% en la facturación de las tarjetas de crédito y la cartera de los dos tipos de créditos creció por encima de los US$ 10 millones.
Los préstamos al consumo del Crédit Uruguay Banco aumentaron un 37% y los de vivienda un 44%. Lo mismo sucede en el Banco Comercial, donde se registra un incremento en todas las líneas de préstamos personales del orden del 30% en moneda nacional y 15% en dólares.
CASITA PROPIA. Julieta (26, ingeniera agrónoma) y Matías (25, licenciado en marketing) se casaron en diciembre. Un mes antes accedieron "super rápido" a un préstamo hipotecario en un banco privado. Ambos perciben ingresos líquidos de $40.000 gracias a los cuales recibieron US$ 35.000, pagaderos en 15 años, en cuotas de poco más de $6.000 (en unidades indexadas). Ese monto representa el 70% del valor de la vivienda que, acota, fue tasada al mismo precio que pedía el vendedor. "Eso estuvo bueno porque a veces te la tasan más abajo y eso complica", dice. El trámite no les resultó complejo. "Claro que nuestros ingresos simplificaron las cosas", agrega.
Las estadísticas indican que los casos como el de Julieta y Matías son cada vez más frecuentes.
Mientras que en 2007 se realizaron operaciones de viviendas por un monto de US$ 46 millones, en los primeros cinco meses de este año la cifra alcanza los US$ 38 millones, según datos del BCU referentes a operaciones realizadas por familias en bancos privados y BHU. A este ritmo, se duplicaría en 2008 la cantidad de dinero prestado para vivienda con respecto a 2007. Y en 2006, el monto fue de US$ 12 millones, o sea, una cuarta parte de lo que ya se prestó hasta mayo.
Pero este boom hipotecario tiene características interesantes. Por ejemplo, el 92% de los créditos para vivienda se toman en moneda nacional y sólo un 8% en dólares. Parece que los uruguayos sí aprendieron la lección del 2002 y se endeudan en la moneda en la que reciben sus ingresos. En esto tiene mérito también el BCU y sus políticas tendientes a desdolarizar la economía.
No obstante, no es oro todo lo que reluce. El incremento de la oferta y demanda de crédito hipotecario parte casi de cero (consecuencia de las crisis de 2002) y aún está lejos de las cifras de la década del `90, cuando el BHU era dueño y señor del mercado. "El BHU otorgaba en sus diferentes líneas unos US$ 200 millones anuales, y a eso había que sumarle lo que otorgaba la banca privada", explica Julio Villamide, analista inmobiliario.
"Pero en este regreso del crédito -que siempre es bienvenido porque es muy difícil que un mercado inmobiliario opere con ausencia de créditos de largo plazo- la incidencia está en que se genera una mayor dinámica en los negocios inmobiliarios. Es decir, gente que no podía comprar ahora puede, y quienes no podían cambiar de vivienda, ahora pueden", agrega.
Un efecto de este creciente interés se traduce en el hecho de que se duplicaron (97,4%) los pedidos de permisos ante la IMM para nuevos edificios.
Además y desde el 26 de marzo pasado, se sumó al mercado el BROU concediendo préstamos para compra de vivienda nueva o usada a una tasa de 6% efectivo anual y sin exigir salario mínimo.
En el rubro "consumo", la oferta es variada y para todos los bolsillos. En algunos casos basta con levantar el teléfono. En otros hay que presentarse con cédula, recibo de sueldo o jubilación y una factura que deje constancia del domicilio.
A este mercado de préstamos en efectivo hay que sumarle los créditos de la casa y los planes de las tarjetas de crédito. A modo de ejemplo, la mayoría de las ventas se realizan en la actualidad en los shopping se realizan con tarjetas (ver servicio).
¿MÁS INFLACIÓN? ¿Cómo incide en la economía el incremento del crédito? ¿Colabora a que haya más inflación? Varios economistas consideran que no es este el factor que explica el aumento de los precios, aunque en algunos productos podría aporta su granito.
"Creo que los préstamos al consumo no tienen una incidencia muy relevante en el proceso actual inflacionario. Tampoco los hipotecarios porque tienen un destino muy específico. El automotor tampoco. Los factores que inciden hoy son otros: los préstamos internacionales, la crisis energética que lleva a que el país tenga que ajustar las tarifas de los entes públicos, y el incremento del gasto público que ejerce presión sobre los precios", considera el economista Washington Ribeiro, asesor del senador Jorge Larrañaga.
Gabriela Mordechi, en tanto, considera que "como la economía está creciendo mucho, uno de los factores que inciden en el incremento de la inflación es el aumento del consumo porque presiona la oferta de bienes. A la gente le mejoran los ingresos, quiere comprar más, no alcanza para todos y eso presiona los precios al alza", explica la experta.
En cuanto a la incidencia del crédito en la inflación agrega: "Esta depende del mercado específico. Por ejemplo: el precio de los automóviles no va a aumentar por los crédito porque ese precio depende de una oferta que no es nacional. En el mercado hipotecario, los precios han crecido por mayor demanda y porque no había inmuebles a la venta. El crédito de vivienda en general crece pero de la mano de ofertas de inmuebles, o sea, surge un proyecto de un complejo habitacional con préstamos de tal o cual banco. Entonces allí ya están dadas las condiciones. Considero que la mayor influencia se da en el crédito al consumo más directo que dan las tarjetas y otras financieras. Allí podría haber un fenómeno que podría presionar en algo la inflación. En ese sentido, las medidas de política monetaria que se han estado tomando hacen que este crédito se encarezca y por lo tanto, limitan en parte la posibilidad de acceso al crédito".
Para Pablo Roselli, economista de la consultora Deloitte, los préstamos "son elementos que contribuyen a generar expansión fuerte de la demanda interna. De todas maneras, las presiones inflacionarias tienen dos causas mucho más importantes: los altos precios internacionales de los alimentos y que el empleo y los salarios están creciendo fuertemente. Esas dos presiones de inflación (una externa y otra doméstica), son más relevantes que la expansión del crédito".
Para los economistas consultados siempre es menos riesgoso para las familias endeudarse en la moneda en la cual se perciben los ingresos. "Gano en pesos, me conviene endeudarme en pesos. Ahora mi sueldo está creciendo en dólares, entonces me siento rico y tiendo a gastar en dólares, pero eso es un fenómeno de corto plazo, no es algo que se va a preservar en el tiempo", dice Mordechi. Así que atención a no repetir malas experiencias.
¿Dónde consigo el crédito?
Plazos y requisitos de algunos préstamos hipotecarios y personales disponibles
HIPOTECARIOS
Discount Bank. Financia hasta el 75% del valor de la casa en un plazo máximo de 10 años en dólares y 12 en Unidades Indexadas (UI). Sueldo mínimo: US$ 1.500.
Itaú. Presta hasta el 70% del valor de la vivienda, en 15 años como límite. Mínimo ingreso: US$ 1.000.
BROU. Préstamo para compra de vivienda nueva o usada en zonas urbanas o suburbanas sin mínimo de sueldo y en UI.
Bandes. Cubre el 90% de la valor pagaderos en hasta 25 años en dólares o UI. Ingreso mínimo: 20.000 pesos.
Credit Uruguay. Financia hasta en 25 años el 70% del valor de tasación. Ingreso mínimo familiar: US$ 1.300 (Mdeo. y Maldonado) y US$ 1.000 para el resto.
BBVA. Cubre el 70% del valor de mercado de la vivienda y se paga en un plazo máximo de 20 años. Ingreso familiar mínimo: US$ 1.000.
Santander. Financia el 80% del valor de la vivienda en UI, y el 70% en dólares. Plazos máximos: 20 años en UI y 18 en dólares.
NBC. Préstamos en un plazo de hasta 15 años que cubre el 70% del valor de remate determinado por la tasación. Antigüedad laboral mínima de dos años.
ABN Amro. De hasta el 70% del valor de la casa en un plazo de 15 años, tanto en UI como en US$. Ingreso mínimo: $ 24.000 y acepta el 100% de los ingresos del cónyuge.
PRÉSTAMOS PERSONALES
ABN Amro. Ingreso mínimo nominal: $ 6.000. Préstamo máximo: $ 200.000, pagaderos en 3, 6, 12, 18, 24 y 36 meses.
NBC. Otorga préstamos de entre $ 2.000 y $ 75.000 (o entre US$ 500 y US$ 3.000) en plazos que van desde 7 a 36 cuotas.
Santander. Los montos a financiar se elaboran en base al ingreso declarado. Plazos de 12 a 48 meses.
BBVA. Prestan como máximo el equivalente a 5 sueldos líquidos en un plazo de 3 años. La moneda la determinará los ingresos.
Crédit Uruguay. En plazos que van de 3 a 49 meses. Ingresos mínimos: $ 3.000 para pasivos, $ 5.000 para clientes que ya han operado y $ 7.000 para nuevos clientes.
Bandes. Préstamos mínimos de 12.000 UI. Plazo: de 18 a 60 meses en cuotas que se fijan según el ingreso. Para quienes trabajen en empresas con convenio.
Discount Bank. Se confeccionan de acuerdo a las necesidades del cliente. Los plazos de pago van de 6 a 48 cuotas.
Itaú. En "créditos a sola firma" se ofrece hasta 3 años de plazo y hasta 3 sueldos. Presta hasta 400.000 pesos.
BROU. Préstamos mínimos de US$ 2.000 y máximos de US$ 30.000 (o equivalente en $ y UI) en plazos de 36, 96 y 180 cuotas según la moneda. Tiene además préstamos por convenio.
Para comprar auto, prefieren cash
Los capitales otorgados a las familias para la compra de autos se ubican muy por debajo a los rubros "hipotecario" y al "consumo".
Entre mayo de 2007 y mayo de 2008, se realizaron operaciones por un poco más de 1 millón de dólares, según la Superintendencia de Instituciones de Intermediación Financiera el BCU. Es que este tipo de ventas se hace por lo general al contado.
"Los porcentajes de ventas a crédito son totalmente marginales. El crédito no ha sido un factor que determine la decisión del usuario. No se dice: compro el auto porque tengo quien me preste la plata", explica Jorge West, Presidente de Ascoma (Asociación de Concesionarios de Marcas de Automóviles).
Según West, los clientes se muestran reacios a pedir prestado. "El hecho de que exista una oferta muy amplia, tanto en plazos, en monedas o en bancos no ha ayudado porque hay todavía un resquemor, un poco de miedo y hay mucha gente que no quiere", agrega. Aún así, las ventas en el sector son auspiciosas. Las estimaciones de West hablan de un incremento al cierre del 2008 de entre el 20% y 25%, lo que se traduce en unas cinco mil unidades más que las 19.000 de 2007.
Continúa West: "Ahora han salido ofertas de acuerdos entre bancos y marcas automotoras, pero es un fenómeno nuevo, no lo tenemos cuantificado". Uno de estos planes resultó de la alianza entre el Banco Comercial y Chevrolet que permite comprar un auto pagando el 25% y el resto a tres años. Crédit Uruguay Banco y Ascoma también ofrecen la compra de cero kilómetros 100% financiados en 12 meses. Y Discount Bank, Sevel y Santa Rosa Automotores tienen planes similares.
Al Shopping sin plata
La mayoría de los clientes de los shoppings realiza sus compras a crédito, aunque la proporción varía según el rubro.
Carlos Alberto Lecueder explicó que un promedio razonable en Montevideo Shopping, Portones Shopping y Tres Cruces sería del 70% a crédito y 30% al contado. Los clientes de los establecimientos del Interior tienen un comportamiento distinto. Allí el 45% compra en efectivo y el 55% a crédito. "La venta con tarjeta o sistema de crédito subió en forma ininterrumpida desde 1985 al 2001. En la crisis bajó, y volvió a subir desde el 2004", señala Lecueder.
En Punta Carretas Shopping la proporción es similar: entre un 60 y 70% de las ventas son a crédito. Las variaciones por rubro indican que en "alimentación" la compra con tarjeta es de 40 y 50%, y en "electrodomésticos", cerca del 80%.
"En los dos últimos años ha aumentado un poco, pero más que nada en la cantidad de pagos en la medida en que hay una inflación controlada y mayor disposición de los bancos a préstamos al consumo y ofrecen más cuotas que pueden ir de 6 a 12 sin intereses", afirma Mauricio Oppenheimer, Gerente General del Punta Carretas.