MAGDALENA HERRERA
"Que mi hijo tiene. Que me dijeron que no era asma sino bronquitis asmática. Es por la alergia. No, es el cambio de estación. Que es asma, que no es. Que ya fui a cinco médicos. En la adolescencia se le pasa. Que no se cura nunca. Que ayer no dormí porque casi se muere". Padres y madres debaten sobre el tema en reuniones de amigos, escuelas e instituciones médicas, transfiriendo de esa manera algunas verdades, pero también muchos mitos y errores, sobre una de las enfermedades crónicas más frecuentes en la infancia.
Uno de cada 5 o 6 niños y adolescentes uruguayos padece asma. La prevalencia es muy alta, un 18%, algo que no solo se observa en este país sino a nivel mundial. "Las cifras indican que se trata de una enfermedad creciente, dado que cada vez se observa un mayor número de casos. El 85% de los niños con asma comienza antes de los cinco años de vida, y 45 % inician sus primeros síntomas antes del año. Es una enfermedad en la que el diagnóstico precoz es fundamental, ya que si se demora su diagnóstico o se realiza en forma incorrecto, se dificulta su tratamiento y se altera significativamente la calidad de vida tanto del paciente como de su familia," explica el Dr. Juan Carlos Baluga, Jefe del Servicio de Alergia y Asma Infantil del centro hospitalario Pereira Rossell.
Primer dato a tener en cuenta: bronquitis asmática, bronquitis espasmódica, bronquitis alérgica, bronquiolitis, son eufemismos que se utilizan para decir lo mismo: asma. "Quizás lastiman menos al oído de quien no lo quiere asumir como tal. Pero se debe tener en cuenta que una persona con asma, detectada precozmente, y rápidamente controlada con un tratamiento integral, puede vivir en forma completamente normal. En cambio una enfermedad crónica mal tratada, con síntomas que se arrastran, autolimitan al paciente, generan alteraciones en su calidad de vida, además de grandes costos en la atención de la salud, a nivel familiar, institucional y en los sistemas de Salud Pública", agrega el experto.
INFLAMACION. El asma no debe ser vista como un problema exclusivo de las vías respiratorias bajas, sino que se trata de una enfermedad sistémica, donde la alergia tiene fundamental importancia. Los síntomas de alergia no solo se expresan a nivel bronquial sino en otros sectores del aparato respiratorio y piel. El paciente hereda una predisposición genética a sensibilizarse frente a ciertos alergenos que se encuentran en el ambiente, ya sea ácaros, hongos, pólenes, pelos de animales domésticos.
Ese contacto inflama las vías aéreas. Los bronquios, que son hiperreactivos, se cierran, indica Baluga. "Si el paciente tiene las vías aéreas inflamadas y realiza un ejercicio intenso, cambia el clima o tiene una virosis, se le obstruyen los bronquios y se le cierra el pecho. En cambio, si esos bronquios son controlados correctamente con medicación preventiva, no se inflaman y por lo tanto no se cierran. Lo fundamental del tratamiento es que las vías áereas no se inflamen. Como en toda enfermedad crónica, la educación de los padres es necesaria en el tratamiento y el médico es responsable de dicha tarea. Mi maestro, el profesor Ramón Carlos Negro, decía que el médico que no dispone de tiempo no debe tratar a un niño asmático. La educación de los padres contribuye a comprender qué es lo que tiene su hijo. Se angustian cuando no saben lo que le puede pasar al niño. Sienten miedo a lo desconocido e incluso tienen temor a la muerte".
FARMACOLOGIA. Hasta la década de los 80 solo existían fármacos broncodilatadores y corticoides orales para aliviar las crisis, ya que la concepción del asma era diferente a la actual. "Hoy se sabe que es una enfermedad inflamatoria, y que la base del tratamiento es precisamente evitar esa inflamación y así no pensar en qué hacer durante las crisis".
Para el pediatra alergista, el tratamiento preventivo es fundamental para combatir el asma. "No hay que esperar los silbidos, la tos, la fatiga. Con un adecuado diagnóstico de los factores que inflaman la vía, se puede realizar un exitoso tratamiento de prevención, aplicando un buen control ambiental, o pudiendo realizar un tratamiento de desensibilización con vacunas específicas para los alergenos causales.".
La nueva medicación anti-inflamatoria tópica de tipo corticoide es muy eficaz y no genera efectos colaterales o sistémicos de los antiguos corticoides orales. Baluga asegura que actualmente son muy potentes, administrándose una o dos veces al día. "Eso cambió el panorama del asma. También existen modernos fármacos, anti-inflamatorios por vía oral (Montelukast), que también tienen buenos resultados en ciertos tipos de asma".
Preguntas frecuentes
— ¿Cuándo debe considerarse que un niño es asmático?
— Todo niño con historia familiar de alergia que presenta episodios recurrentes de sibilancias, tos y disnea (3 o más). Eso generalmente se presenta asociado con otras manifestaciones alérgicas, tales como rinitis, estornudos, picazón nasal y de los ojos, secreción nasal.
— ¿Cuáles son los factores que pueden desencadenar los síntomas?
— En primer lugar, los factores alérgicos inhalatorios (aeroalergenos), como los ácaros del polvo doméstico, los hongos ambientales, el polen, los animales domésticos. Las virosis respiratorias son también importantes, al igual que la inhalación del humo de cigarrillo, cambios climáticos. Los pacientes con asma no controlada suelen desencadenar asma cuando realizan ejercicio físico. En ciertos pacientes los factores hormonales (menarca, embarazo) empeoran los síntomas. El asma es una afección multifactorial, "donde más de un factor suele coexistir en la misma persona, " según afirma Baluga.
— ¿El asma se cura?
— La predisposición a ser asmático no se cura. "Pero igualmente el paciente puede mantener dicha predisposición y no presentar síntomas, o estar muy controlada con un tratamiento preventivo, y tampoco tener síntomas. ¿Se cura? Clínicamente sí, ya sea en forma espontánea o por tratamiento"
— ¿Una persona se puede morir ?
—En los niños, la tasa de mortalidad es muy baja, falleciendo uno o dos al año por la propia enfermedad o por sus complicaciones. En la población uruguaya en general mueren 160 asmáticos al año, mayoritariamente de más de 60 años. "Afortunadamente en los últimos años ha habido una notoria disminución, quizás vinculada a los avances del tratamiento y en la divulgación de pautas de manejo".