Drew Struzan y sus famosos afiches para películas

Drew Struzan

El diseñador y pintor estadounidense es uno de los grandes referentes en el arte de crear afiches para un film

Durante años el afiche fue, junto al tráiler, posiblemente el principal llamador para el público ávido de nuevas historias fílmicas. Ahí, en el rectángulo de papel, se presentaba a todo color lo que la película prometía, pero también podía estar la marca personal del diseñador, aún cuando todo tenía que estar al servicio de lo que quería el estudio.

Dentro de esa particular forma de expresión, el estadounidense Drew Struzan (el apellido se acentúa en la última sílaba) es uno de los más exitosos. Su trazo es el que caracteriza buena parte de la saga de Star Wars, las historias de Indiana Jones y muchos blockbusters más. Aunque su época de oro fue durante la década de 1980, Struzan sigue siendo uno de los más cotizados artistas de afiches de cine. Es el responsable, por ejemplo, de varios posters para la saga de Harry Potter.

Nació el 18 de marzo de 1947 en Oregon, y desde chico demostró talento para el dibujo. “Mi madre decía que aprendí a dibujar antes de aprender a hablar”, contó una vez. En el liceo, vendía ilustraciones. Era de un hogar humilde y, como muchos que provienen de esas condiciones, le dio mucha importancia al dinero. Se graduó especializado en diseño gráfico e ilustración y su primer trabajo fue para un estudio de diseño en Los Angeles. Ahí, hizo sus primeras armas como diseñador de tapas de discos y descolló: hizo tapas para discos de Black Sabbath, The Beach Boys, Earth Wind & Fire y Bee Gees.

Con todo, no ganaba mucho. Buscó en otro rubro lo que la música rock y pop no le estaba dando: el cine. Fundó junto a un colega una empresa llamada Pencil Pushers y empezó a buscar trabajo en la industria del celuloide. Empezó de abajo, haciendo afiches para producciones modestas, películas clase B, con monstruos, naves espaciales y otros componentes de los relatos “pulp”.

Pero se hizo notar. Sus diseños empezaron a llamar la atención y en 1978, un año después del estreno de Star Wars, lo convocaron para que diseñara el afiche para el reestreno. Hizo un afiche que ahora se conoce como la edición “Circus” poster, y que le abrió la puerta a las grandes producciones de Hollywood.

Su principal marca de estilo es el depurado uso que hace del airbrush, ese pincel a presión que pinta y deja una impresión etérea, como si la imagen se tornase, en algunas partes, casi transparente. Los posters para E.T., la saga de Indiana Jones y la de Volver al futuro dan cuenta de esa característica. Pero Struzan también era capaz de idear y realizar afiches que se salían de las convenciones que él mismo tenía. Un ejemplo es el afiche para la película de 1982 "La cosa", dirigida por John Carpenter y para quien también haría —ahora sí con un estilo mucho más reconocible como propio— el poster para" Rescate en el barrio chino", de 1986.

Afiche La cosa
Foto: Difusión.

“Soy un tipo solitario”, dice en una entrevista que está en YouTube. “Creo las cosas solo, me vienen y las hago. Pero cuando las termino, esas imágenes viajan por el mundo y son vistas por miles de millones de personas. ¿Qué artista no quisiera tener una audiencia así? En realidad, no elegí esto. Medio que se dio por casualidad, pero me di cuenta que no podría haber hecho una mejor elección”.

¿Cómo encara sus trabajos? Según él mismo dice en esa misma entrevista, lo importante es conectar con lo que se cuenta en la película. “Para hacer un buen trabajo, tengo que poner pasión, corazón y belleza para que la gente sienta eso cuando ve el afiche. Y para eso, tengo que encontrar todo eso en la película. Yo busco el corazón del director y el guionista, en todo el trabajo que se tomaron para escribir, producir y filmar una película, que es muy cara. Si puedo, hablo con el guionista y el director y les pregunto: ‘¿Qué te motivó a dedicarle tanto tiempo, años, producir y realizar esta película?’. Y cuando me responden, veo su expresión y ahí ya sé qué pintar”.

—¿Entonces, usted ve el poster ya hecho en su cabeza?

—Sí, en términos generales. Sé dónde tengo que poner el énfasis. Eso no ha sido nunca difícil para mí. Lo que es difícil es cuando no les gusta lo que he hecho. Muchas veces, otra gente tiene sus propias ideas. Y hago lo mejor que puedo. No dejo de trabajar hasta que el estudio esté satisfecho con lo que hice. Soy un profesional, y hago esto por dinero, para mantenerme a mí y a mi familia.

De esa manera, Struzan ha contribuido a definir parte del cine de la década de 1980, cuando la generación de Spielberg, George Lucas, Frank Marshall, Robert Zemeckis, John Carpenter y varios más revolucionaron la industria cinematográfica con los blockbusters, los efectos especiales y las historias fantásticas y a veces aterradoras.

Pero con la llegada de las herramientas digitales para el tratamiento de la imagen en los años 90 y 2000, Struzan empezó a sentir que ya no era su época. Acostumbrado a hacerlo todo a mano, no encontraba en Photoshop la vía para expresarse como antes. Aunque siguió trabajando —hizo los posters para películas como "Harry Potter y la Piedra Filosofal" (2001) y "Hellboy" (2004)— ya no sentía tanto como antes. Buscó entonces en el mundo de las historietas y llegó a ilustrar algunas tapas de Superman. También hizo trabajos por encargo, pero ya no era lo mismo. “Amo la textura de la pintura hecha de pigmentos naturales, la textura del papel y del lienzo, los aromas, todo eso”, dijo una vez. Todo lo que una pantalla digital no puede dar.

En 2008 anunció su retiro de la industria del cine, pero fue una jubilación a medias. Siguió creando, aunque ya no con el ritmo y la intensidad de antaño. Por ejemplo, hizo un cortometraje en el cual explicaba, paso a paso, cómo había creado el poster para Hellboy. Hay algunos fragmentos de ese corto en YouTube y se puede ver cómo Struzan empieza con lápiz y tinta china en blanco y negro, para luego tomar el airbrush y empezar a darle color a su creación, en un proceso meticuloso y con mucha atención a cada detalle.

Afiche Hellboy
Afiche Hellboy

Tiene muchos admiradores en el mundo del cine y uno de ellos es el director mexicano Guillermo del Toro, responsable de la dirección de Hellboy: “Sus posters tienen una calidez y una humanidad que me parecen completamente ausentes en los posters del presente”.

En 2013, varios de sus amigos y colaboradores se juntaron para un documental que traza la trayectoria de Struzan. Titulado Drew: The Man Behind the Poster, el registro cuenta con las participaciones de Harrison Ford, Guillermo del Toro, George Lucas, Michael J. Fox, Steven Spielberg y el rockero Alice Cooper, para quien Struzan hizo la portada del disco "Welcome To My Nightmare", que en algunos aspectos guarda similitud con la tapa del disco de Bee Gees "Main Course".

Como ya se dijo, el retiro fue a medias. Con status de leyenda entre algunos, sigue teniendo admiradores y gente que confía en su talento para diseñar posters. Hace apenas cinco años, diseñó el afiche para "Star Wars: El despertar de la fuerza". De hecho, en una entrevista el año pasado dijo estar más ocupado ahora que cuando estaba en sus años más productivos y reconocidos. “Siempre trabajé mucho. Durante años, pintaba 18 horas por día. Es mucho, pero estaba produciendo algo, le estaba dando vida a algo. Ahora no pinto tanto, pero curiosamente estoy más ocupado que antes. Y uso la computadora. No para pintar, claro. Pero para todo lo demás. Sigo pintando para amigos y si George Lucas llama, estoy. Porque es George. Él me mantuvo, a mí y a mi familia durante 35 años. ¿Cómo le voy a decir que no? En realidad, no me puedo retirar”.

Ahora que ya tiene la mayor parte de su trayectoria hecha, Struzan se dedica a pasear por el mundo, invitado por diferentes convenciones de historietas y la industria del entretenimiento. Para él, es deleite puro. “Voy a las convenciones, pongo mi autógrafo en posters y me meto en ese mundo. Yo siempre trabajé solo, en mi estudio. De repente, me encuentro rodeado de miles de personas, que se acercan a decirme cuánto les gustó algo que yo hice. Me cuentan que mi trabajo tuvo una influencia sobre ellos, que los motivó a hacer cosas por su cuenta, a crear algo. Me abruma de una buena manera la amabilidad y la simpatía que me demuestran en esos encuentros y es maravilloso”.

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