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Diálogos en espejo: la amistad y la democracia por encima de todo

Los historiadores Ana Ribeiro y Gerardo Caetano, a través de una larga entrevista con Pablo Cohen, enseñan el valor del diálogo a pesar de las diferencias.

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Conferencia presentacion del libro Dialogos en Espejo
Daniel Castro, Gerardo Caetano, Ana Ribeiro y Pablo Cohen en conferencia por presentación del libro Diálogos en Espejo
Juan Manuel Ramos/Archivo El País

Con sorbos y más sorbos de té. Así dice Ana Ribeiro que salieron los libros que escribió junto a Gerardo Caetano, por lo que repitieron la fórmula en Diálogos en espejo. La diferencia es que en la mesa también había Coca-Cola fría, porque es lo que prefiere Pablo Cohen. Escritor e historiadores tuvieron siete encuentros, de entre dos y tres horas cada uno a lo largo de casi dos años, que ella asegura que fueron transcriptos fielmente en el libro que, a unos 20 días de su aparición en las librerías, va rumbo a su segunda edición.

¿De qué se trata? De dos personas que coinciden y discrepan al mismo tiempo sobre los más variados temas —historia de Uruguay, dirigencia política, corrección política, eutanasia, Vázquez, Mujica, Penadés, Cosse, Milei, Venezuela, Nicaragua y más—, que aceptan las diferencias, que las marcan —a veces con respuestas y a veces con “silencios elocuentes”— y que dan una clase, sin pretenderlo, de cómo se puede disentir con respeto en una era en la que el agravio se hace viral.

“Más allá de las diferencias, las personas pueden sentarse a conversar cordialmente sin que eso dañe su vínculo afectivo. Eso es algo muy necesario para toda la democracia y, por lo tanto, también es necesario para el Uruguay. Tenemos una democracia muy sólida pero puede rápidamente deteriorarse, por lo que es bueno cualquier insumo que fortalezca el diálogo y el entendimiento por encima de las diferencias”, señala Ribeiro a Domingo.

En la presentación del libro, celebrada en el Museo Nacional de Artes Visuales, el historiador y politólogo confesó entre risas que el hecho de poner a conversar dos personas que políticamente piensan distinto es un golpe de marketing, pero que es un ejercicio necesario para la sociedad. “Hay que apostar a tener más diálogo sobre todo en estos momentos distópicos donde la guerra es tan dominante”, dijo Caetano.

Y agregó: “Esta es una señal de cómo desde la diversidad se pueden tender puentes y cómo, en definitiva, la construcción democrática, sobre todo en la dimensión intelectual pero no solamente, tiene que afirmar eso que siempre fue el Uruguay: la convergencia en la discusión desde la amistad”.

Conferencia presentacion del libro Dialogos en Espejo
Conferencia por presentación del libro Diálogos en Espejo
Juan Manuel Ramos/Archivo El País

Respeto al otro.

Ribeiro y Caetano son amigos desde hace 30 años, tanto que ellos marcan tener un vínculo de “hermandad” (Caetano es categórico: “Es importante que la gente nos vea juntos como lo que somos: hermanos”). Incluso, entre chistes, se identifican con los sobrinos del Pato Donald porque se conocen tanto que “uno empieza una frase y el otro la termina”.

En Diálogos en espejo (Editoral Planeta), además de una buena cantidad de páginas con análisis histórico-político, hay espacio para conocer íntimamente a dos figuras públicas.

Por ejemplo, Ribeiro narra anécdotas de su infancia junto a su padre y su abuela o cómo vivió la muerte de su madre; mientras que Caetano reflexiona sobre la muerte de su hermano. Lo último fue una sorpresa para su amiga. Así lo relata: “Siempre supe lo dolorosa que fue para él la muerte de su hermano pero, como Gerardo es muy pudoroso, me sorprendió verlo abrirse y emocionarse”.

En el libro ella relata cómo conserva en su memoria el día que su padre la llevó a la despedida de un ya enfermo Luis Alberto de Herrera; tenía 3 años; él cuenta que cuando tenía 4 cuando su padre lo llevó a votar en las elecciones de 1962 y le dijo que la fila de ciudadanos ante la urna representaba lo que “era el Uruguay”; ambos recuerdan que leían mucho, en especial el diccionario, para aprender palabras nuevas. En definitiva, dos hogares politizados con ideas distintas, pero en las que se les enseñaba el valor de la democracia. “De chicos nos pasó lo mismo. Eso nunca se nos borró”, cuenta Ribeiro.

A propósito de esta dinámica, Cohen comenta a Domingo: “Era muy difícil entender el modo en que Gerardo y Ana conciben la historia del país sin conocer, antes, su historia intelectual y, sobre todo, personal. En esa lupa afectiva e íntima radica buena parte de un libro en el que, pese a las polémicas fuertes y sustantivas que plantea, la adhesión a principios morales básicos, por un lado, y la amistad, por otro, prevalecen por sobre las divergencias”.

Conferencia presentacion del libro Dialogos en Espejo
Conferencia por presentación del libro Diálogos en Espejo
Juan Manuel Ramos/Archivo El País

Una diferencia sustancial es, sin duda, la orientación partidaria. Él es una figura cercana al Frente Amplio; ella, al Partido Nacional. Y aunque la discusión se acalora cuando él afirma que el presidente Luis Lacalle Pou está directamente incriminado en varios episodios polémicos de su gobierno —con una vehemencia que sorprendió a Ribeiro, porque nunca lo habían conversado—, por ejemplo, al haber defendido a Gustavo Penadés al conocerse las primeras denuncias contra él, o que al indicar que un núcleo dentro del Partido Nacional “libreta” a algunos de sus representes para que se encarguen de agraviar a opositores, ella marca las opiniones distintas y el diálogo continúa por la misma senda de antes.

“A veces lo escucho y pienso ‘¡uy!, se le fue la mano’; a veces se lo digo y otras no porque uno con los amigos también tiene silencios elocuentes”, cuenta la historiadora. Y suma: “Nosotros tenemos una columna vertebral que es el entendimiento en torno a la democracia, la república, la honestidad intelectual y, por sobre todo, nos une la complejidad. No vemos nada en términos de blanco y negro; nada es fácilmente descalificable. Es lo que te da el ejercicio del historiador. Vos tratás de entender, y siempre es entender en polifonía”.

En muchísimos pasajes de Diálogos en espejo el intercambio termina a las risas. Hay una fuerte carga de humor expresada en un código de complicidad compartida, tal como Cohen reconoció en la presentación del libro (cuyo prólogo lo escribió el periodista argentino Nelson Castro): “Es lo que permite la fraternidad propia de una preciosa amistad que ya lleva tres décadas”.

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