Las crisis producen cambios, algunos forzados y otros de carácter más previsor. Frente a la famosa crisis energética que afecta al país y a la región, y tras el recurso del adelanto horario, el gobierno salió a pedir la ayuda de la población para racionalizar el uso de energía eléctrica. De esta manera, UTE lanzó una campaña para "enseñar" a sus clientes a no derrochar energía. La táctica puede dar buenos resultados, si bien los uruguayos aún no han integrado lo suficiente este concepto. Sin embargo, este ahorro no solo beneficia al Estado en su conjunto, sino que puede ser muy favorable al bosillo de cada consumidor.
INTELIGENTE. Tiempo después de lanzar un Superplan para facilitar la compra de electrodomésticos, UTE debió recurrir a un nuevo argumento para desalentar su uso, o al menos reducirlo y controlarlo. Así nació la Tarifa Inteligente, un plan de discriminación de costos según franjas horarias, para que el usuario maximice el uso de energía aprovechando esas horas baratas para utilizar los aparatos que gastan más. Con la aplicación de esta tarifa, que no tiene costo extra, la facturación del consumo de energía varía según el momento del día. De esta manera, la franja más barata es entre las 23 y las 17 horas (1,1824 pesos el kilowatio hora), y la más cara queda entre las 17 y las 23 horas (3,2 pesos el kwh), según explica Gabriel Goldaracena, del Departamento de Marketing de UTE.
Mientras tanto, la facturación de la tarifa común depende de la cantidad de energía utilizada. Los primeros 100 kwh al mes cuestan 1,7 pesos, de 100 a 600 kwh salen 2,45 pesos y de 600 kwh en adelante cuestan 2,7 pesos. En promedio, se puede hablar de un costo de 2,5 pesos.
Así, la conveniencia de la tarifa inteligente depende de los hábitos de cada hogar, los horarios en que se está más acostumbrado a utilizar los diferentes artefactos eléctricos, y la posibilidad de adecuarse a otros distintos. Por ejemplo, tener la tarifa diferencial rinde si el calefón, la estufa, el horno o la plancha –por nombrar alguno de los electrodomésticos más gastadores– se prenden únicamente en el horario barato.
POTENCIA. Los aparatos eléctricos se caracterizan por su potencia y su costo debe calcularse en relación con la cantidad de horas que se utilizan, indica Goldarecena. Por ejemplo, una hornalla eléctrica tiene 1150 watios de potencia. Si se usa un promedio de 30 horas mensuales, su gasto es de 35 kwh al mes. Un televisor solo tiene 80 watios de potencia, pero si se mantiene prendido unas 100 horas mensuales, su gasto alcanza los 8 kw/h al mes. A su vez, una lamparita de 40 watios prendida 500 horas en el mes, gasta 20 kw/h.
"Es necesario realizar un uso eficiente, más que fijarse en la potencia de cada aparato eléctrico. Una plancha gasta mucho, por ello es mejor juntar de una vez toda la ropa que se quiera planchar, en vez de hacerlo por tandas. Lo mismo sucede con un lavarropas. Hay que usar inteligentemente la energía, para no desperdiciarla", razona el funcionario de UTE.
Goldaracena explica que es mejor que los electrodomésticos no queden stand by, es decir, enchufados y gastando energía aún cuando no se usan, como sucede con televisores, radios, equipos de audio o algunos microondas que mantienen luces prendidas. "No le significan una gran diferencia al consumidor particular, pero sí hacen la diferencia en la suma de todos".
El calefón, por ejemplo, gasta más si está todo el día prendido que si sólo se lo activa racionalmente, de acuerdo con su uso. En su caso, es importante realizar baños cortos, lo suficiente para no desperdiciar tampoco agua, la única fuente autóctona local de energía. Para quienes contraten la tarifa inteligente, se aconseja comprar un timer (temporizador) que automatiza el prendido y apagado del aparato de acuerdo con la hora que se le programe. Así, puede mantenerse prendido en el horario barato y apagarse automáticamente en el horario caro, sin que el consumidor esté pendiente de realizar este cambio.
ILUMINACION. Existen muchas variantes para ahorrar energía también en el consumo de luz. Por ejemplo, las lamparitas comunes son las más utilizadas por su bajo precio, pero tienen muy corta duración, que se calcula en el entorno de 1.000 horas, según se explica en la página web de UTE (www.ute.com.uy).
Mientras tanto, las halógenas consumen lo mismo que las comunes, dan más luz y su vida es tres veces mayor, por lo que resultan más ventajosas, aunque cuestan un poco más. A su vez, las lamparitas electrónicas de bajo consumo duran de ocho a diez veces más y consumen de cuatro a cinco veces menos que las comunes.
Los tubos fluorescentes, por su parte, duran hasta 10 veces más que las lamparitas comunes y consumen mucho menos. Por ejemplo, un tubo de 18 watts da más luz que el uso simultáneo de tres lamparitas de 40 watts consumiendo cinco veces menos. Son recomendables en lugares que necesitan más cantidad de luz y durante más tiempo, aunque debe tenerse en cuenta que apagarlos y prenderlos reiteradamente acorta su vida útil.
Más consejos para abaratar
- Coloque burletes en puertas y ventanas.
- No deje gotear las canillas y ponga el termotanque a 50º.
- No abra la heladera a cada rato, mantenga los burletes en buen estado y descongélela regularmente.
- No deje la luz prendida en habitaciones donde no ha- gente.
- Intente ducharse en menos de 10 minutos.
- Cuando compre un electrodoméstico, infórmese sobre su consumo.
- Cuando elija calefacción, tenga en cuenta la superficie y características del espacio donde lo colocará, el consumo del aparato y la rapidez del calentamiento.
- Por la noche, cierre cortinas y persianas para evitar pérdidas de calor.
- No abra puertas y ventanas excesivamente.
- Planche primero los tejidos delicados y sintéticos que no requieren tanta temperatura. Cuando está más caliente utilícela en los tejidos de algodón. Al desconectar planche los tejidos delicados. Fuente: www.ute.com.uy