Cuidados de la piel en el verano

DR. PABLO PERA PIROTTO

Desde hace varios días se viene sintiendo con fuerza el sol, anticipando lo que será un verano en el que, para poder disfrutar a pleno de las distintas actividades al aire libre, habrá que cuidar especialmente la piel.

Más allá de los efectos dañinos tan difundidos que tienen las radiaciones ultravioletas, el sol provoca además un notorio resecamiento de la piel, lo que se ve incrementado cuando se toman baños prolongados en el mar o en piscinas, en donde el cloro empeora aún más la situación. De allí que la hidratación cobre un papel relevante a la hora de recuperar el manto cutáneo normal.

En primer lugar, al volver de la playa, a la que siempre se debería concurrir en los horarios en el que el sol es menos agresivo, lo ideal es bañarse con agua no muy caliente ni utilizar jabones que puedan resultar agresivos para la piel, para evitar que la sequedad empeore.

Por lo tanto, lo recomendable es darse un baño más bien corto, con agua tibia o fría, y usar jabones humectantes en base a crema, geles de ducha o al menos jabones neutros. Tampoco es conveniente frotar demasiado, sino más bien dejar correr la espuma por el cuerpo.

El secado debe hacerse con una toalla suave, y a continuación colocar cremas hidratantes. Cuando la piel todavía se encuentra un poco húmeda es el momento ideal para hacerlo, ya que se logra la mayor absorción. La colocación de este tipo de cremas o lociones, se puede reiterar, por ejemplo, una o dos veces más durante el día.

En relación a qué productos específicos elegir para utilizar tanto en el rostro como en el cuerpo, lo mejor es consultar al médico dermatólogo, quien realizará la indicación precisa, previa evaluación del tipo de piel de la persona, y considerando si se trata de un joven, un niño, o un adulto mayor.

De todas formas, en líneas generales, se puede señalar que es conveniente utilizar productos que sean hipoalergénicos, que contengan un pH similar al de la piel, que no obstruyan los poros, y que combinen agentes hidratantes y emolientes de fácil absorción y buena textura cosmética.

En relación a las cremas antiarrugas más potentes o productos exfoliantes, en líneas generales lo mejor es suspenderlos durante los meses de la temporada estival, sustituyéndolas por productos que contienen antioxidantes y sustancias reparadoras cutáneas de aplicación nocturna. Todo esto debe ser complementado durante el día con el uso adecuado de pantallas solares. En este rubro también hay muchas opciones, desde las de mayor consistencia, para pieles muy secas, hasta emulsiones ligeras para pieles mixtas, o geles para los cutis seborreicos.

Por otra parte, también hay que tener en cuenta que el calor del verano hace que se pierda más cantidad de líquido que en otras épocas del año. Es por ello que una hidratación adecuada cobra una especial importancia en estos días. Si tomar cantidades importantes de agua es ideal para la piel en cualquier época del año, específicamente en verano hay que redoblar su ingesta. Sobre este punto, hay que tener en cuenta que tanto los niños como los ancianos tienen una piel bastante más delgada y delicada que la de los adultos, por lo que son mucho más susceptibles a deshidratarse.

Cuando esto sucede, la función normal de barrera protectora se ve alterada y se vuelve más proclive a sufrir agresiones de distinto tipo, como erosiones, heridas, picaduras de insectos e incluso infecciones ocasionadas por bacterias u hongos. Por lo tanto, los cuidados deben acentuarse en los extremos de la vida.

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