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¿Cómo es vacacionar en Canelones?

El departamento tiene algo para casi todos los gustos y billeteras. Es un destino principalmente para uruguayos, y para amantes del vino.

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Jaureguiberry
Jaureguiberry, una de las tantas paradas en la costa canaria.
El País

Es uno de los principales destinos turísticos del país, pero no ranquea demasiado alto en el “glamourómetro”. De ahí que no acapare titulares y coberturas especiales, pero Canelones tiene más de una cosa para ofrecer al turista. De hecho, tiene hasta algo de glamour, aunque haya que ir a buscarlo al pasado. Maradona veraneó en Atlántida. Colin Farrell y Jamie Foxx anduvieron por el departamento cuando se filmó Vicio en Miami. Y la Fiesta de la Cerveza en Atlántica tuvo que ver en la génesis del Club del Clan, aquel grupo de cantantes y actores que fueron parte de la juventud de quienes hoy ya son abuelos.

El presidente de la Asociación Turística de Canelones, Daniel López, cuenta a Revista Domingo que él solía atender a Maradona cuando este, poco tiempo después de cumplida la mayoría de edad, se paseaba por las calles de Atlántida en un Mercedes descapotable. Eran épocas del Mundialito en Montevideo y López, que por entonces tenía más o menos la misma edad que el futbolista argentino, trabajaba en el casino de Atlántida. El clan Maradona caía de vez en cuando al casino para jugar un rato, rememora López.

Además, dice que más de una vez ha tenido que responder a consultas de turistas que quieren ir a ver dónde fue que filmaron la película basada en la serie de televisión Vicio en Miami. “Creo que hay historias que nosotros no valoramos tanto como algunos extranjeros sí lo hacen”, comenta. “Cuando escuchás a los argentinos hablar de nuestro país, a menudo te das cuenta de que a veces no contamos las historias de manera tal que resulten tan atractivas como podrían ser”. Pero no solo de glam vive un destino turístico, aunque eso atraiga cholulos. Canelones tiene tres grandes áreas de turismo: sol y playa, turismo enológico y turismo naturista/rural. Entre esas tres áreas se reparten el grueso del público que acude al departamento para esparcimiento durante la temporada, aunque —como ya se ha dicho respecto al turismo farándula— hay algunas áreas más.

¿De cuánta gente estamos hablando? #Misterio. Es complicado obtener una respuesta más o menos certera porque no la tienen ni operadores como López ni autoridades municipales como el director de la división Turismo de la Intendencia de Canelones, Horacio Yanes. Un criterio para calcular la cantidad de turistas es la ocupación en hotelería, pero eso deja afuera a quienes, por ejemplo, agarran sombrilla y sillas de playa, las meten en la camioneta y junto a familiares salen temprano de Montevideo (u otro departamento) para pasar un rato en alguna de las playas canarias. En rigor, es un turista, aunque solo sea por un rato. Yanes se anima a decir “unos cuantos miles”, pero no más que eso. Lo que sí afirma es que el departamento es el segundo destino para los uruguayos, o sea, un departamento para turismo interno. De todos los que llegan a Canelones, una minoría —que según a quien se consulte oscila entre 15% y 20%— son extranjeros, principalmente brasileños y argentinos, pero también se cuela gente de otras nacionalidades, como franceses y alemanes.

¿A dónde van? Daniel López: “Los brasileños van a las bodegas, a conocer los vinos que se hacen en el departamento”. Los visitantes de Brasil, en términos generales, bajan de un crucero, se suben a un vehículo y se trasladan al circuito de bodegas que tiene el departamento, en zonas como la concentrada en torno la Ruta 5 (Joanicó, La Paz, Progreso, etc.). Yanes continúa: “Este tipo de turismo enológico que tiene su punto de partida en un crucero se puede hacer en Uruguay, pero no en Argentina o Brasil. Si un crucero atraca en Buenos Aires, la distancia hasta Mendoza donde está concentrada la parte más renombrada de la industria vitivinícola de ese país, por ejemplo, implica un viaje de varias horas. En Brasil, lo mismo. Acá, los turistas se bajan del crucero en Montevideo y en menos de una hora ya están en Canelones prontos para comenzar a degustar vinos y familiarizarse con las bodegas”, comenta a Revista Domingo.

El jerarca municipal apunta a otra particularidad del circuito del vino en Canelones: “Hace poco invitamos a uno de los principales expertos del ‘enoturismo’ en el mundo, el español Luis Tolosa, y lo llevamos a recorrer varias bodegas. Él nos comentaba algo que forma parte de este rubro en Uruguay: que hay bodegas chicas y familiares —muchas veces con una extensa historia detrás—, medianas e industriales. Que esos tres niveles convivan en una misma zona no es nada común. Tolosa nos contaba que en Barcelona ya casi no quedan bodegas en la que el bisnieto o nieto del fundador sigan en el negocio familiar”.

Viñedo Stagnari
Un viñedo canario.
El País

Ese enoturismo no es lo que les interesa principalmente a los argentinos, añade López, “porque ellos ya tienen una importante producción de vinos en su país”. Para los argentinos, los principales destinos canarios están cerca de las playas, como Atlántida y Parque del Plata. De acuerdo al presidente de la cámara de operadores del departamento, la parte argentina del turismo ha bajado en comparación con lo que era antes de la pandemia. Mientras que Punta del Este “explota” de argentinos, en los distintos balnearios de Canelones la merma de turistas de ese país se hace sentir. La explicación es que el turista argentino que acude a Punta del Este, en términos generales y expresándolo esquemáticamente, tiene mucha plata. Pase lo que pase en su país, tiene la suficiente cantidad de dinero para poder veranear en Punta. En cambio, el turista argentino que vacaciona en Canelones es de clase media, y esa clase social ha sido duramente golpeada por la situación económica que impera en Argentina, con una inflación (cercana a 100%) que se come cualquier crecimiento que se registre. Además, la actual situación cambiaria atenta contra el bolsillo del integrante de la clase media del vecino país.

Aún así, López dice que las expectativas para este año eran tan modestas —algo que no es de extrañar dado el torrente de noticias negativas sobre la actual situación económica al otro lado del río— que fueron superadas por la cantidad de argentinos que llegaron a Canelones en busca de, como dice, tranquilidad y seguridad. En definitiva, acota, eso es lo que busca mayoritariamente el turista argentino cuando llega a Canelones. Más canto de pajaritos de día y grillos de noche, y menos David Guetta en otras palabras. Eso no quiere decir, claro, que no haya una importante porción de turistas -sean de la nacionalidad que sean- que se siente atraída por espectáculos musicales y otras ofertas culturales.

CULTURA
El departamento tiene tres diferentes propuestas “oficialistas” para quienes gustan de las movidas culturales. Según explica el productor Gustavo Berriel, quien actualmente ocupa el cargo de Director de Producción Cultural de la intendencia canaria, la oferta se divide así: "Canelones suena bien", "Viví Canelones" y "Cine bajo las estrellas".

"Canelones suena bien" consta de lo que él denomina “grandes eventos”. O sea, conciertos con entrada libre a cargo de nombres consagrados —Jaime Roos, Ruben Rada, Buitres y La Triple Nelson, por nombrar algunos de ellos— o estrellas del momento como el rapero Trueno, una de las más interesantes figuras del hip hop argentino actualmente, o el trapero uruguayo y residente en Argentina Peke 77. Acá hay un poco más de información sobre el ciclo.

Trueno (Mateo Palacios). Foto: Difusión

La oferta de Viví Canelones es parecida a lo que durante años llevó adelante la intendencia de Montevideo: una carpa cultural itinerante. La carpa canaria tiene diferentes propuestas -música en vivo, libros, espectáculos de circo, entre otras- y va de localidad en localidad para así llegar a la mayor cantidad de gente posible. Por último, Cine bajo las estrellas ofrece principalmente películas uruguayas —entre ellas, Mi mundial y Las toninas van al Este— también de manera itinerante.

NATURALEZA
Con todo, la arena y el mar dulce siguen siendo las grandes locomotoras que arrastran tras sí vagones llenos de gente ávida por broncearse, ojear músculos y curvas, leer una buena novela y darse un chapuzón (y hacer bodysurf, pongamos). Para atender a ese público, hay entre otras cosas una app para consultar en tiempo real las condiciones de las playas.

Más allá de eso, hay un circuito de turismo naturista y rural para quienes gustan de ese tipo de experiencias. Yanes menciona que “además de sol y playa, hay ‘turismo de río’. Para que la gente descubra y vaya conociendo está el municipo de Los Cerrillos, o sea Las Brujas, El Colorado, el parador Tajes... Zonas agrestes, hermosas, donde se puede hacer avistamiento de aves, senderismo, muchas veces en zonas protegidas. Todo eso es un corredor de visitas que me parece interesante”.

Ahí acuden principalmente uruguayos, pero también hay una parte de turismo internacional, atraído por el avistamiento de aves y fauna en general, además de pescar, andar en canoa y acampar, sea en un camping hecho y derecho o “donde pinta”, al decir de Yanes, quien además destaca al Parque Lineal Las Brujas, que cuenta con unas figuras gigantes de madera que pueden ser otro imán de gente.

También hay un circuito de turismo de campo, en estancias y chacras como El Vergel (Los Cerrillos) o El renacimiento (Atlántida). El perfil de ese turista, explica Daniel López de la Asociación Turística de Canelones, es más bien familiero. Gente que sale a pasear durante el día y quiere estar al aire libre, andar a caballo, que los hijos tengan posibilidad de correr y entretenerse mientras los progenitores se relajan con, por ejemplo, un plato de comida “de campo”.

López agrega un incipiente sector que tiene potencial para crecer: el turismo “equino”, por llamarlo de alguna manera. De acuerdo a lo que cuenta, hay un restaurante en Costa Azul, llamado La perseverancia, en donde se realizan encuentros de haras de caballos. “Ellos tienen mucho campo, y más allá de que en mi opinión el restaurante es espectaular, ahí se hacen muchos encuentros de diferentes criadores de caballos, que los llevan ahí a competir”. Es para gente con una billetera llena de tarjetas premium, porque las más de las veces se acude a ver diferentes animales aptos para carreras o tal vez equipos de polo. Pero los millonarios también tienen derecho a turistear, ¿no?

En definitiva, Canelones tiene algo para ofrecer para casi todos los gustos. No habrá Guettas u otras estrellas rutilantes del showbusiness global, pero sí hay para quienes buscan lo más sereno y natural de la temporada, condimentado por propuestas específicas que le aportan variedad y sabor al verano en ese departamento.

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