Claves del invierno

El sol brilla, todavía hace calor....y sin embargo cada vez cuesta más ponerse un par de sandalias. Casi todos las marcas uruguayas lanzaron sus colecciones de invierno y los consumidores, ansiosos, responden comprando chaquetas gruesas y prendas de punto, aunque eso signifique sudar la gota gorda en el probador.

Tres diseñadores y fabricantes de indumentaria femenina, dieron las pistas y claves de sus colecciones invernales.

Margara Shaw. El look dominante de la firma uruguaya para este invierno será el "retro", inspirado en los años 50 y con reminiscencias muy concretas a la femineidad y romanticismo de aquella época. Tal como explicó su diseñadora, Florencia Arrosa, la colección invierno privilegiará el vintage, una tendencia de la moda en la que se redescubre lo viejo, o –como en este caso– lo que parece viejo.

La mujer que propone Margara Shaw se basa en fibras naturales entre las que la protagonista será la lana uruguaya. Los pantalones y chaquetas de la nueva colección están hechos de tweeds jaspeados y príncipe de gales nacionales, además de las angoras y cashmeres para las prendas de punto. También sigue mandando la pana, en todas sus presentaciones, incluyendo la lisa que se asemeja al terciopelo.

La silueta que presenta esta marca se basa en los cortes a la cintura, con vestidos y polleras que se abren evasé. En el caso de los pantalones, Margara Shaw presenta cortes anchos con botamangas e introduce los capris que desafían al frío, confeccionados en lana fina y acompañados de botas que abrigan. Las chaquetas también siguen la línea años 50, cortas y entalladas, muchas de ellas con mangas tres cuartos.

El look retro también llegará a los pies. Margara Shaw propone zapatos de punta redonda o muy puntiagudos, pero siempre con taco chupete. Las ballerinas, que ya fueron fundamentales en los equipos de verano, siguen en el invierno pero en texturas que van desde la gamuza hasta el tweed.

Si de colores se trata, los básicos del día estarán en la gama de los marrones y beiges, acompañados de tonos como el uva, morado y rosa viejo, así como el petróleo, un verde aturquesado que aviva el invierno. Para la noche mandan también los chocolates, al igual que el uva y el cobrizo, en texturas tales como el satén, la gasa y el terciopelo, pero siempre con brillos mate.

LOLITA. La exitosa cadena uruguaya, ahora con sucursales en varias partes del mundo, propone un invierno variado con más de 80 modelos diferentes de suéters, el gran fuerte de la marca. Los principales tejidos para esta temporada serán el cashmere light y la viscosa, ambos confeccionados en Uruguay en infinidad de colores. Además de los clásicos blanco, negro, beige, natural y rojo, explicó Laura Cossio, encargada de producto de Lolita, este invierno pisa fuerte el violeta y los lilas en casi todas sus tonalidades. La compañía propone, además, el verde pistacho para suéters y camisas y no olvida los pasteles –sobre todo el rosa y el celeste– que ya pisaron fuerte en el verano.

A los tejidos más finos como la viscosa y el cashmere se suman los gruesos rompevientos, con apariencia de "tejidos a mano". También para abrigarse, Lolita propone ponchos tejidos en vivos colores, bufandas en todos los tamaños, pashminas y gorros bordados.

En materia de abrigos, la empresa uruguaya ya tiene en varios de sus locales tapados de paño tres cuartos, además de versiones más cortas. Este invierno la novedad serán las camperas largas infladas, así como opciones más finas en matelasé y gabardinas. Además vuelven las parkas, con capuchas obligatorias. El toque de muchas de estas prendas serán los cuellos y puños de piel, que en muchos casos pueden desmontarse.

En materia de pantalones, a la línea clásica de tailleurs se agregan texturas mucho más cómodas, gracias a la inclusión de fibras elastizadas que no apretan pero dan mayor libertad de movimientos. Los tiros van desde los intermedios a los altos y los talles este año se amplían: desde XS al XXXL.

Victoria M. Ortiz. Victoria Ortiz, propietaria y diseñadora de la grifa Victoria M. Ortiz, apostó este invierno a la chaqueta como clave fundamental. "Con cuellos Mao, con solapas enormes, casi siempre cortas, en panas o fantasías, las chaquetas son la mejor apuesta porque permiten cambiar todo un look con una sola prenda", dijo.

Ortiz apostó este año a la gama de los marrones, un color básico que le permite introducir nuevos tonos: rosa lila, amarillo maíz, naranja zapallo y varios tonos de verdes. Además, toda la paleta elegida por la marca uruguaya está pensada para que combine con el jean. "Ahora vamos hasta a una fiesta con algo muy mono arriba, jeans y unos buenos zapatos".

Si de texturas se trata, la diseñadora admite que la que se lleva todos los premios este año es la pana: gruesa, fina, estampada y sobre todo lisa, que asemeja al terciopelo y sirve para definir pantalones, chaquetas y camperas cortas.

También las telas fantasía, tipo tweed y bouclé, tienen un papel importante en la colección, en chaquetas que combinan un color de base con infinidad de hilos multicolores.

A la hora de definir prendas, los pantalones vuelven a la sencillez de otros años, libres de exceso de cierres y bolsillos. Sigue el tiro más bien bajo, aunque no tanto como temporadas anteriores.

Los abrigos más pesados llegan casi siempre hasta la rodilla, como máximo. Victoria M. Ortiz se la jugó por tapados con cinturones de talle bajo, además de abrigos símil gamulán, en los que reemplazó el pesado corderito por un tejido que asemeja la gamuza.

Como siempre, las prendas de punto vienen en todos los colores y variedades, aunque este año las novedades son las flores tejidas en suéters y, sobre todo, los ponchos de colores vivos.

LA TEORIA DEL COLOR

Para la socióloga especializada en moda, Susan Saulquin, los colores del verano serán el berenjena, rosa, celeste, verde y marrón. "Una paleta inspirada en la naturaleza y sus acordes. Ningún tono es sintético. La tendencia global en materia de color quiere destilar optimismo y alegría. El blanco y el crudo también se siguen afianzando en las temporadas frías".

Pero además de la alegría y la naturaleza, la imposición de los tonos en la moda tiene mucho más que ver con motivos comerciales que culturale "Así como las modas vuelven cada 20 años, el ciclo en los colores es de diez, por una cuestión de disponibilidad de pigmentos en el mercado textil", explicó Andrea Suárez, docente de la Universidad de Buenos Aires.

A la hora de hablar de color, varios datos son básicos. Por ejemplo, dijo Suárez, vestirse de un solo color da una imagen mucho más formal que dividir el cuerpo en dos colores contrastantes, porque se asocia con la idea de traje, aunque la ropa sea más informal". Por otra parte, según los pigmentos de cada persona se definen sus tonos ideales y aquellos que nunca debería llevar, por más que esté de rabiosa moda. "Una persona de pelo casi blanco y tez clara se avejenta si se viste toda de negro. A las rubias les sientan los colores que tienen algo de blanco y a las de piel tostada les quedan bárbaros los tonos terrosos".

Lo que sí cambia, año a año, son los creativos nombres con los que la industria bautiza a los colores; en el siglo XVIII fue color limón, amarillo canario a principios del siglo pasado, verano dorado en los años 50, melón en los 60, crema pura en los 70, amarillo bambú y sol en los 80.

La Nación/GDA

EL PODER DE LOS ACCESORIOS

Margara Shaw propone un sinfín de accesorios que van desde carteras de piel a prendedores de todos los tipos y tamaños. En particular se destaca la línea de carteras y cinturones de piel de potro.

La colección apuesta a las pieles –tanto en cuellos como en bufandas y carteras– y sobre todo a los prendedores o broches, adornados con piedras fantasías. Está "permitido" usar incluso más de uno en una gran solapa, dijo Florencia Arrosa, diseñadora de la marca.

Las botas se llevarán en varios modelos: por un lado las de punta y taco chupete y por otro las confortables "camperas" de suela de goma y punta redonda. Como el año pasado, las bufandas de todos los colores y tamaños serán fundamentales para vestir cualquier conjunto, al igual que los ponchos y abrigos de paño (esto últimos hasta la rodilla, como máximo).

Victoria M. Ortiz, en tanto, apuesta a las carteras de todos los tamaños, aunque lo último para el invierno serán las más pequeñas, con prints animales, así como las bandoleras de gamuza. Este año, nuevamente, el complemento perfecto serán las enormes bufandas, que podrán incluso oficiar de abrigo principal.

En el caso de Lolita –que este año incorpora una línea de bijouterie–, la colección incluye juveniles gorros y bufandas bordadas, así como una mayor variedad de pashminas y ponchos tejidos.

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