Una edición de lujo

Milton Fornaro

LO PRIMERO que hay que decir es que este libro, cuidadosamente encuadernado y con tapas duras, de 1249 páginas muy bien impresas, cuesta en librerías 245 pesos. Pocas veces uno se encuentra con una edición tan exquisita desde todo punto de vista, a un precio tan accesible. Los amantes de los libros estarán de parabienes con este Don Quijote de la Mancha preparado por la Real Academia Española y las veintiuna academias asociadas en homenaje al IV centenario de la publicación de la Primera parte de esta novela, datada en 1605 aunque aparecida en España a fines del año anterior. Las características de esta edición fueron definidas en el último congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española (Puerto Rico, 2002) a instancias de la delegación de Honduras.

A cuatro siglos de su aparición nadie puede dudar de la calidad de esta obra que, más allá del placer que proporciona su lectura, los críticos coinciden en que sentó las bases de la novela moderna. De las catorce definiciones del término "clásico" propuestas por Italo Calvino (Por qué leer los clásicos, Tusquets, 1992), la primera dice: "Los clásicos son esos libros de los cuales se suele oír decir: ‘Estoy releyendo...’ y nunca ‘Estoy leyendo...’." Efectivamente esta edición del Quijote alienta a la "relectura" porque allana en gran medida las dificultades con las que podría haberse topado un lector en su primera incursión, principalmente ante el lenguaje utilizado por Cervantes, el del siglo XVI español (el de Lope de Vega, Góngora, Quevedo, Gracián, Calderón). Es necesario aclarar que en esta edición el texto se "presenta sistemáticamente modernizado en cuanto a grafía y puntuación, pero no por eso en desacuerdo con la intención del autor, antes más bien plenamente conforme con ella" como advierte Francisco Rico. Así la lectura se hace más llevadera, siendo de invalorable ayuda las notas al pie de página, así como el Glosario de más de seis mil acepciones, "que registra el significado preciso de voces, frases proverbiales y refranes en la inmortal novela cervantina", tal como señala la Introducción.

Esto en lo que atañe al cuerpo de la obra en sí, pero esta publicación está precedida además de un prólogo de Mario Vargas Llosa, el ensayo "La invención del Quijote" de Francisco Ayala, el difundido estudio de Martín Riquer sobre "Cervantes y el Quijote" y la esclarecedora y erudita "Nota al texto", de Francisco Rico, coordinador además de esta impresión. Como si esto no fuera suficiente, inmediatamente después del texto de la novela, y antes del Glosario, un apéndice titulado "La lengua de Cervantes y el Quijote" reúne cinco trabajos firmados por los académicos José Manuel Blecua, Guillermo Rojo, José Antonio Pascual, Margit Frenk y Claudio Guillén.

PRoLOGO DE DON MARIO. El peruano Mario Vargas Llosa es entre los novelistas contemporáneos uno de los que más se ha dedicado a reflexionar acerca de la novelística en general, y especialmente se ha preocupado por echar luz en torno a los mecanismos de la creación. Así analice Tirant lo Blanc, Madame Bovary, Cien años de Soledad o en este caso Don Quijote, Vargas Llosa indagará sobre el sentido de la ficción y el oficio de escribir, en su afán por desentrañar lo que con precisión él ha caracterizado como "la verdad de las mentiras".

Quienes han seguido la obra teórica de Vargas Llosa no se sorprenderán que el título del prólogo de este libro sea "Una novela para el siglo XXI". El autor sostiene que se trata de un "novela moderna", y su análisis va en esa dirección. Para aclarar los términos, al referirse a la revolución formal que significó el Quijote dice que la novela "ha sido estudiada y analizada desde todos los puntos de vista posibles, y, sin embargo, como ocurre con las obras maestras paradigmáticas, nunca se agota, porque al igual que el Hamlet, o La Divina Comedia, o la Ilíada y la Odisea, ella evoluciona con el paso del tiempo y se recrea a sí misma en función de las estéticas y los valores que cada cultura privilegia, revelando que es una verdadera caverna de Alí Babá, cuyos tesoros nunca se extinguen."

Vargas Llosa hace una lectura moderna de este clásico que tiene cuatrocientos años, como si se tratara de una novela contemporánea. Fiel a su estilo, el peruano es ameno, profundo, revelador y fundamentalmente incitante, para que el lector reflexione, y así, mejor pertrechado, se anime a la "relectura".

CRIATURA INAUDITA. El estudio de Francisco Ayala se centra en la invención del Quijote, particularmente en la creación de los protagonistas, don Quijote y Sancho Panza. Si bien ellos son hoy conocidos, inclusive por quienes nunca leyeron la novela de Cervantes, no ocurría lo mismo para los españoles de principios del siglo XVII. Al contrario de lo que sucedía con los héroes de Homero, Shakespeare, o más concretamente don Juan o Fausto, advierte Ayala, donde creadores y público contaban con un punto de vista externo, ya sea literario, cultural o histórico, "el lector de aquel nuevo libro que en 1605 publicaba Miguel de Cervantes debió enfrentarse con una criatura de ficción inaudita y nunca vista, para cuyo entendimiento no podía asirse a precedente alguno."

Esa invención pura, inédita, ascendió a través de los siglos a la categoría de mito, y durante mucho tiempo se escribió sobre el misterio que encerraría esa creación. Ayala describe el proceso donde tiene cabida la tesis vulgarizada de que el autor del Quijote había sido un pobre hombre, "genio inconsciente sin capacidad para percatarse de la especie de criatura que engendraba". De paso cañazo, el autor de este estudio le cae tardíamente a Miguel de Unamuno, porque en su Vida de don Quijote y Sancho propone "su defensa de don Quijote contra Cervantes". Luego de ese ajuste de cuentas, Francisco Ayala va a lo suyo para demostrar que Cervantes "tenía plena consciencia del sentido de su obra; consciencia profunda y entrañada, ya que ese sentido, siendo el de la situación cultural del conjunto, el de la conexión histórica, era también el de su propia vida individual". Quizás sea este trabajo, junto con los de cuño lingüístico debidos a los cinco académicos antes citados, el más arduo para el lector común.

DIDaCTICO DE RIQUER. El ensayo de Martín de Riquer se presenta en dos partes. La primera aúna la biografía de Cervantes con un pantallazo de la obra restante del autor, la que ha quedado a la sombra de la novela que hizo perdurar su nombre. Aparte de versos en libros de otros autores, en 1585 publicó La Galatea, veinte años después la primera parte del Quijote, y recién a partir de 1613 los editores se animaron con otros títulos. Dejando de lado la primera parte del Quijote, el grueso de su obra fue publicada en los tres últimos años de vida de Cervantes, quien como se sabe murió el 22 de abril de 1616, apenas un día antes de que en Inglaterra expirara William Shakespeare.

La segunda parte del ensayo de Riquer está dedicado a la novela cumbre de Cervantes y su análisis es esclarecedor tanto para el estudioso del Quijote como para el lector que se acerca por primera vez a esta obra imprescindible de la literatura universal.

Los bibliófilos disfrutarán la fruición con que está escrita la "Nota al texto" de Rico, responsable del texto crítico de la obra, "constituido sobre la consulta de cerca de un centenar de ediciones antiguas y modernas y sobre la aplicación de los métodos filológicos mejor contrastados". Es el trabajo de un erudito en el Quijote y a la vez de un diletante conocedor de impresores, imprentas y técnicas de impresión en la España del siglo XVII y posteriores. l

DON QUIJOTE DE LA MANCHA, de Miguel de Cervantes Saavedra, Alfaguara, San Pablo, 2005. Distribuye Santillana. 1.249 páginas.

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