Jorge Boccanera
LA ANTOLOGÍA Popular de la Resistencia, publicada en Chile en 1948, incluye textos de ocho poetas, entre ellos, el Premio Nobel Pablo Neruda. Lo llamativo de esta compilación de poemas de circunstancia contra personeros del gobierno dictatorial de Gabriel González Videla que persiguió a sectores del campo sindical y la izquierda chilena, es que sólo tres de los autores incluídos son verdaderos, siendo, los otros cinco, seudónimos con los que se enmascara el propio Neruda. Dichos textos no han sido recogidos hasta hoy en ningún libro del poeta.
Esta compilación —un cuadernillo abrochado, tipo revista— incluye textos de Neruda, Nicolás Guillén y un poeta popular chileno, Julio Moncada, más los poetas inventados: J. Aguilera, Julio Ruiz, J.A. Carrasco, Pancho Talero y Heriberto Gómez, y es simultáneo en el tiempo a uno de los libros más importantes de Neruda: el Canto General.
Para el poeta son años de intensa actividad política y poética, al punto de fundirse ambas en los discursos en verso que lee en distintos puntos como candidato a senador del Partido Comunista. La gestión del presidente González Videla, en el poder con apoyo de sectores populares —expresamente de los comunistas vernáculos— da un vuelco: una manifestación de trabajadores del salitre es reprimida en forma sangrienta, pide la renuncia de tres ministros comunistas, dicta prisión contra dirigentes de ese sector y pide el desafuero de Neruda como senador. Dista mucho, de ser el político que declaró que no habría "fuerza humana ni divina" que lo separara de los sectores que lo llevaron al poder.
Neruda, que en 1946 trabajó como Jefe de Propaganda del entonces candidato a la presidencia (le había dedicado el poema "El pueblo lo llama Gabriel"), debe pasar en 1948 a la clandestinidad. El primer magistrado perseguía a los comunistas invocando una guerra inminente entre Estados Unidos y la ex Unión Soviética. Neruda, tras su alegato de "Yo acuso" en una última participación parlamentaria, sostiene que va a seguir denunciando al dictador "en el vasto poema Canto General de Chile".
De este modo, mientras da los toques finales del libro y duda entre varios títulos (en 1943 se había impreso un centenar de ejemplares como Canto General de Chile, posteriormente piensa en Canto General de América, y se decide finalmente por Canto General) escribe los textos de Antología Popular de la resistencia; otorga espesor a las voces de supuestos "escritores obreros e intelectuales de la resistencia", según las palabras preliminares. Y a la galería de personajes del Canto, agrega poetas apócrifos e incluye, datos biográficos de uno de ellos, Pancho Talero: "famoso escritor... poeta popular, investigador del folklore del Norte de Chile... minero, explorador, navegante".
En la primera página de la antología bajo el título de "A los combatientes de la resistencia", se explica que no sólo es víctima la clase trabajadora, sino también otros sectores que repudian al gobierno de turno; agrega que esta "primera antología de la protesta clandestina" pretende dar "una muestra del inmenso material que circula en nuestro país y en el extranjero y que de una manera u otra revelan la dignidad y la altivez de nuestro pueblo, surgidas de las mejores tradiciones de lucha por la independencia de la patria". La totalidad de estos textos que apelan a una métrica tradicional (soneto, acróstico, cuarteta, diálogo, etc.), funcionan en forma de diatribas tanto contra González Videla como contra su entorno: varios ministros, un jefe de policía, dos directores de periódicos, personas que azuzaban la campaña contra el poeta.
La edición del diario El Imparcial del 5 de febrero de 1948 dice en letras grandes "Se busca a Neruda en todo el país", y agrega "Será premiado el personal de Investigaciones que dé con su paradero". Por esas fechas, la dirección el Partido Comunista decide que Neruda debe salir de Chile, y malogrado un plan para salir por barco, se piensa una huída por la cordillera. Así, atraviesa penosamente lagos, selvas, caminos inaccesibles, bosques, hasta cruzar la frontera con Argentina y entrar a caballo a San Martín de los Andes con un documento falso a nombre de Antonio Ruiz, el mismo apellido de uno de sus poetas falsos de la Antología Popular de la Resistencia.
LOS "INÉDITOS". En 1989, viviendo en Costa Rica, encontré dicho cuadernillo abrochado, tipo revista, de hojas ajadas y amarillentas; contenía poemas de varios autores, de los cuales reconocí apenas dos nombres: Pablo Neruda y Nicolás Guillén. Me llamó poderosamente la atención, que el cubano Guillén escribiera algo tan puntual sobre la realidad chilena; además, la totalidad de esos poemas de circunstancia parecían atravesados por una misma respiración.
Este cuadernillo estaba en la biblioteca del escritor costarricense Joaquín Gutiérrez, traspapelado entre sus numerosos libros y recuerdos de viajes por todo el mundo: de Nueva York a Samarcanda, de Beijíng a Stratford. Novelista, periodista, poeta y traductor de Shakespeare, Gutiérrez era un sonajero de anécdotas que yo escuchaba hipnotizado. Había vivido muchos años en Chile, donde escribió algunas de sus obras, trabajó en el diario El Siglo junto a Neruda y posteriormente, durante el gobierno de Salvador Allende, dirigió la editorial Quimantú. Finalmente, como muchos, salió del país tras el golpe de Pinochet.
Cuando di con esta compilación, conversé con Gutiérrez acerca del momento en que Neruda, perseguido por González Videla, escribía el Canto General. El escritor costarricense puntualizó: "para la edición se trabajó en forma clandestina, cada pliego que salía de la imprenta era enviado a casas de obreros donde era cosido y encuadernado. Mi mujer Elena, y yo, nos encargamos de la corrección. Alguna vez se nos pidió que lo alojáramos en casa por unos días, no era fácil porque quería salir. Un día me mostró una máscara de chancho de la ópera de Pepino, como de malla metálica, se la probó y dijo que ya podía salir a la calle; al rato un amigo lo vino a buscar en auto y desaparecieron.
Durante años conservé copia de ese cuadernillo que —según mis sospechas—contenía poemas de Neruda adjudicados a poetas inventados. Los nombres de cinco poetas incluídos en la Antología Popular de la Resistencia —Aguilera, Ruiz, Carrasco, Talero y Gómez— se agregan a otros seudónimos y motes de este Neftalí Reyes que fue "El Canilla" para sus amigos de infancia, que fue "Sachka" —nombre de un personaje de Leónidas Andreiev— en algunos de sus primeros escritos, que fue "el tío Pedro" y el ornitólogo Antonio Ruiz cuando lo persiguió González Videla, y adoptó para siempre el nombre de un escritor de lejanas tierras, el checo Jean Neruda.