Novela de la autora argentina

Leticia Martin: escribir para encontrar rescate

Son dos las voces que operan sobre el texto. Una de ellas se pregunta, "¿Se puede salir de la angustia escribiéndola?"

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Leticia Martin

por Gera Ferreira
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Una historia de amor. Una historia de amor y de palabras que María Wolf, su protagonista (madre de tres, empleada pública y escritora part time a punto de separarse de su marido, ese el plot) escribe —o mejor dicho, intenta escribir—, bajo la exigente mirada de Leticia Martin (Buenos Aires, 1975), narradora, poeta y Licenciada en Comunicación (UBA). Entonces, son dos las que operan visiblemente sobre el texto, las que le imprimen su huella y se turnan para decir, aunque disimulen bien sus trazos. Alguien dirá que se trata de la misma voz operando en un desdoble intencionado —estrategia obvia en la autoficción—, pero no es lo que nos quiere decir María cuando cada tanto golpea las paredes del texto: “¿Se puede salir de la angustia escribiéndola?”

En esta novela (o diario novelado, formato cada vez más frecuente), escrita con matices poéticos y agrupada de manera fragmentaria y numerada, cuesta ver los límites entre la ficción y otros yacimientos desde donde se extraen los trozos de la cotidianeidad. Así, los problemas literarios de María se confunden con los personales de Leticia y el texto se nutre de esta sinergia. A su vez, el borramiento sirve para “equilibrar los distintos y varios aspectos de su yo con los múltiples requerimientos de la vida cotidiana” (de ambas), como señala Vanina Arregui en el prólogo, porque además escribir es encontrar, o al menos buscar, un rescate, una idea de salida, perseguir esa ilusión, desearla a toda costa: “Me gustaría ser otra”.

Se trata de pensamientos en fuga con aires de boicot que aparecen en los momentos de la historia en los que María es invadida por distintos ruidos: el zumbido de una abeja, el motor de un auto averiado, las patas de las cucarachas, las teclas de la compu, la lluvia, las intervenciones de su terapeuta, los consejos de Tamara Kamenszain (poeta argentina convertida en personaje con quien María tallerea su novela, las citas de Mario Levrero), y principalmente la presencia de un él que la saca de quicio. Estos ruidos no son otra cosa que el rigor de un “afuera” —de su vida, de su mente, del texto—, y a veces muestran el tejido de subalternidad entre ambas voces que trabajan sobre la novela: “¿Podré irme de casa si termino de escribirla?” Imaginen la respuesta, cuando la lean.

UN RUIDO NUEVO, de Leticia Martin, Banda Oriental, 2021. Montevideo, 157 págs.

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