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Felipe Polleri contra los discursos feministas y políticamente correctos

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Novela del uruguayo

Felipe Polleri pega duro en su nueva novela. Los discursos que dicen hacer el bien, cuando en realidad hacen el mal, lo ponen violento.

El escritor uruguayo Felipe Polleri acaba de publicar una nueva novela, La alegría de las mujeres, y hay que advertir a los lectores: su escritura es violenta, pero no como planchazo punk en plena cabeza, sino como denuncia moral de los discursos militantes feministas o los políticamente correctos, por las paradojas que plantean. Discursos que, en lugar de mejorar la convivencia, no hacen más que crispar.

La alegría de las mujeres se llama la nueva obra y también crispa, pero con la finalidad de ridiculizar. Es una falsa novela policial donde predomina el delirio misógino, como también un constante meter el dedo en la llaga en cuestiones de género. El investigador es un tipo que cree en la bondad de las mujeres, se declara feminista, y también enemigo de los que abusan de ellas. Por otro lado está Gabriel, quien le encarga la investigación del asesinato de una prostituta de nombre Blancanieves. Pero nada es lo que parece. Gabriel es quizá el ser más repugnante que la imaginación literaria pudo haber creado, porque además es el “pobrecito” que anida en toda familia uruguaya, como un depositario del fracaso universal. “Gabrielito” -así lo llaman- delira y proyecta su odio en las arpías, esas míticas mujeres venenosas, castradoras y perversas.

Los personajes se expresan en un fluir de conciencia —si es que la tienen— y lo hacen sin filtro, sin escatimar humor negro o giros aforísticos brillantes. El lector, entonces, es chupado literalmente por una vorágine de pensamientos crudos, grotescos, pulsionales, donde siempre parece que algo más atroz está por venir. ¿Qué pretende Polleri con esto? Al enfrentar violencia con violencia convierte los discursos en caricaturas. Sacude y sacar lo peor del lector, busca ser profiláctico y exponer el lado oscuro de cada uno. Cree que el lenguaje oculta cosas terribles, que la dualidad del bien y el mal es una farsa, y la corrección política una falacia de cartón piedra, pues en nombre del bien se concretan los peores desastres, y sin culpa, porque nadie, luego, se hace cargo del desmadre. “Como dicen los sabios” reflexiona un personaje de la novela, “nada de lo humano debe sernos ajeno, y no hay nada más humano que el Mal y más inhumano que el Bien”.

Lo explica mejor el propio Polleri en su declaración final, la de alguien que no escribe a máquina o computadora sino con birome: “Una birome debe ser un instrumento quirúrgico de extrema precisión. Es que nada hay tan grueso como una hoja de papel en blanco. Se debe clavar la punta de la birome en el borde superior izquierdo de la hoja, agujereando la superficie, y se debe buscar (sinónimos: cavar, rascar, hurgar) como se busca una infección enquistada en un cuerpo enfermo. Al final brota una gota de pus y empieza el trabajo”.

LA ALEGRÍA DE LAS MUJERES, de Felipe Polleri. HUM, 2021. Montevideo, 168 págs.

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