En la encrucijada

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ES SIGNIFICATIVO que el texto de introducción de Cuba. Arte contemporáneo / Contemporary Art se titule "Arte desde el ojo del huracán". Más que a los frecuentes fenómenos climáticos que periódicamente asolan la región, la expresión se refiere explícitamente a la situación política de Cuba, que ha estado aislada de la comunidad de países latinoamericanos debido al bloqueo político, económico y cultural establecido por Estados Unidos hace cinco décadas.

Esas circunstancias significaron que los cubanos sufrieran una serie de dificultades, lo que a su vez despertó la simpatía de extranjeros, principalmente latinoamericanos y europeos, que compararon el conflicto Cuba-Estados Unidos con la lucha entre David y Goliat. Parece ser el caso de Sebastiaan A.C. Berger y Andreas Winkler, que tuvieron la idea, de por sí bastante simple, en que se basó la publicación de Cuba…: un texto de introducción seguido de la presentación de cincuenta artistas cubanos contemporáneos.

Como fundamentación del emprendimiento, Berger y Winkler escribieron: "… casi todas las artes plásticas cubanas contienen un fuerte elemento de expresión crítica, una respuesta al radicalismo de los contextos sociales dentro y fuera de Cuba. Los artistas y pensadores cubanos crean un arte de trascendencia universal, aunque hasta años recientes recibían poco reconocimiento en los circuitos internacionales del arte." Este último punto parece ser de fundamental importancia en el razonamiento.

En un volumen de las características del presente libro (casi trescientas páginas y gran número de reproducciones de alta calidad) se acostumbra presentar los méritos de los autores o editores, aunque en este caso Berger y Winkler sólo escriben en su texto que han vivido y trabajado quince años en Cuba, y que son coleccionistas de arte cubano. Es de notar que los títulos de las obras reproducidas no incluyen datos sobre los acervos de las que provienen, aunque en la lista de instituciones de Cuba y otros países a las que pertenecen están incluidas la colección privada Xantha & Sebastiaan Berger-Van Doorn y la CEIBA Property Corporation (co-editora del libro con Turner), ambas de La Habana.

UNA GENERACIÓN.

Esta conjunción de intereses entronca con el deseo del Estado cubano en promocionar fuera de fronteras una nueva generación de artistas, la de los nacidos entre 1970 y 1980, que participa en eventos internacionales, fundamentalmente en bienales que en las últimas décadas han proliferado en los países de la periferia, de La Habana a Johannesburgo y de Kwangju a Estambul.

La mayoría de los artistas incluidos en Cuba… nacieron durante la década de 1970, aunque también son presentados algunos nacidos en la década anterior, e incluso antes. Las escuetas presentaciones de los artistas revelan que en el conjunto casi no hay autodidactas o formados de manera independiente, por ejemplo en talleres privados. En general han estudiado en instituciones oficiales como la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro, la Escuela Nacional de Arte y el Instituto Superior de Arte, en muchos casos seguidos de estudios a nivel de master, u otras especializaciones, en instituciones de Europa y Estados Unidos.

Berger y Winkler resaltan en su texto tres hechos fundamentales para el desarrollo e inserción internacional de los artistas presentados: la creación de la Bienal de La Habana en 1984, que introdujo a la capital cubana en el circuito de las bienales; la exposición "Kuba O.K." en el Kunsthalle de Düsseldorf (Alemania) en 1991, que difundió el conocimiento del arte cubano contemporáneo en Europa; y el período de distensión de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos durante los ocho años de las presidencias de Bill Clinton (1993-2001), un aflojamiento de las sanciones políticas y económicas que fue abruptamente interrumpido cuando asumió George W. Bush.

Un indicador de los parámetros que rigen el mercado internacional del arte es el hecho de que el coleccionista Peter Ludwig (multimillonario gracias al negocio del chocolate, y con un museo en Colonia, Alemania, que lleva su nombre) compró la casi totalidad de las obras expuestas en Düsseldorf, como antes había comprado masivamente obras de artistas soviéticos. Una combinación de arte, finanzas y política internacional que potenció a los artistas cubanos.

KCHO Y LOS OTROS.

Es prácticamente imposible poder resumir en una crónica el amplio espectro de expresiones que componen la presentación de los cincuenta artistas elegidos para representar el arte cubano contemporáneo. Entre los más reconocidos internacionalmente, y que pueden ser tomados como ejemplo de la orientación artística de su generación, se cuentan Alexis Leyva, Raúl Cordero y Los Carpinteros.

Alexis Leyva, cuyo nombre artístico es "Kcho", nació en Nueva Gerona en 1970 y se graduó de la Escuela Nacional de Arte en 1990. El hecho de que el coleccionista Peter Ludwig comprara la obra La regata en la Quinta Bienal de La Habana en 1994 lanzó a Kcho, según el texto que acompaña su biografía, "al estrellato de una carrera meteórica". La lista de instituciones de todo el mundo a la que pertenecen sus obras es de todas formas extensísima. Figura obligada de las bienales de los 90, Kcho desarrolló el motivo de las pequeñas embarcaciones y los remos, alusiones a un tema cargado de sentido político en Cuba. Un fenómeno condenado dentro del país, fue visto en el exterior, gracias a las alusiones en obras de artistas jóvenes, como un signo de apertura del régimen cubano.

Raúl Cordero (ver El País Cultural, Nº 1131) nació en La Habana en 1971 y estudió en la Academia Nacional de Bellas Artes y el Instituto Superior de Diseño Industrial. Luego se especializó en Holanda y fue profesor en instituciones de Estados Unidos. Su lista de méritos es también muy larga. El arte de Cordero está basado en un distanciamiento en la elección de motivos de las más diversas proveniencias que superpone en obras de gran formato. El artista no ha hecho especial hincapié en su pertenencia a un país o región, sino que prefiere considerarse "internacional".

Los Carpinteros es el nombre de un grupo formado en 1991 por tres jóvenes artistas: Marco Castillo, Dagoberto Rodríguez y Alexandre "Jaca" Arrechea. Este último se separó en 2003, mientras que Castillo (Camagüey, 1971) y Rodríguez (Caibarién, 1969) han seguido trabajando juntos. Ambos son egresados del Instituto Superior de Arte y han tenido exitosas carreras similares a las de los artistas antes mencionados. El arte de Los Carpinteros está ubicado en el límite entre el arte y el diseño, ya que combinan técnicas tradicionales con diseños y acabados de alta tecnología. Castillo y Rodríguez expresan en sus obras un constante interés por la globalización de los procesos económicos y de los fenómenos políticos y culturales.

Un rasgo que Cuba… comparte con otros libros de este tipo, panoramas de un estilo o el arte de un país, es la acumulación de información sin mayor profundización. En este caso el texto de introducción trata de cuestiones generales sobre el arte cubano de las últimas décadas, mientras que en las presentaciones individuales las listas de participación en distintos eventos, así como la pertenencia de las obras a distintos acervos, quita lugar a más extensos análisis de los estilos de las obras. El aspecto más positivo del libro es la cantidad y la calidad de las reproducciones, que permiten al lector acceder visualmente a la materia.

CUBA. ARTE CONTEMPORÁNEO / CONTEMPORARY ART, de varios autores. Ceiba / Turner, 2012. 288 págs. Distribuye Océano.

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