ALEJANDRO JODOROWSKY
Teoría equivocada
UN FILÓSOFO que no podía caminar porque pisaba su barba se cortó los pies.
El investigador
DESDE QUE TIENE uso de razón, comiendo y durmiendo apenas, no cesa de papelear en los archivos. Sabe que sus ancestros han perdido un documento que explica el sentido de la vida. Muere sin encontrarlo y sin haber vivido.
La libertad
EL HOMBRE libre tenía junto a su camino mil otros caminos. Aunque podía elegir cualquiera de ellos, no lo hizo. Siguió por donde iba.
El profeta inculto
EL SALÓN de baile, por haber soportado sin cesar reuniones de gran envergadura, tenía los cimientos gastados. Emitía, de vez en cuando, un crujido que ningún convidado deseaba tomar en cuenta: la idea de derrumbe les parecía pecado y la expulsaban de sus mentes. Un albañil que pasaba por ahí se dio cuenta del problema. Como no lo dejaron entrar, escribió en un papel: "¡Kuidado, ba a kaerse el zalón!" y lanzó su advertencia por una ventana. Los danzantes recogieron el mensaje y estallaron en carcajadas: "¡Escribe cuidado con ka! ¡Va con be larga! ¡Kaerse por caerse! ¡Y salón con zeta! ¡Ja, ja, este necio tiene mala ortografía...!" De pronto cedieron las vigas y el techo cayó sobre amos y criados. El albañil, antes de continuar su camino, con una barra de tiza, escribió en un pedazo de muro: "¡Ze loz adbertí!".
Poseído
EL HOMBRE que se sentía deshabitado acabó por darse cuenta de que estaba habitado por un hombre que se sentía deshabitado.
Un cobarde
PARA ESCONDERSE de su enemigo caminó toda su vida detrás de él.
El fugitivo
CUANDO SE LE ACERCÓ el enorme tiburón blanco, escapó nadando. "¡Socorro, me quiere devorar!" Desde ese día, cada vez que el pescador se lanzó al mar para buscar sus ostras, el animal lo persiguió. Y así durante años, en todos los sitios, a cualquier hora. El pescador envejeció. Una mañana, mientras buceaba, se le acercó nuevamente el monstruo. El anciano gastó sus últimas fuerzas en la huida. Agonizante, viendo que no podía llegar a la playa, flotó de espalda en el agua. El tiburón acercó su horrendo hocico, sacó la lengua y le depositó en el pecho un anillo de oro con una gran perla. Antes de irse le dijo: "El Rey del mar, porque nunca mataste una bestia marina inútilmente, me envió para que te entregara este objeto mágico. Podrás pedirle todo lo que desees y te lo concederá. Lástima que no hayas querido recibirlo antes".
El bufón
EXTRAJO PALOMAS del sombrero de copa sin ser prestidigitador. Al nuevo Mesías, para que no lo asesinaran, le era imposible existir sin hacer milagros, se había disfrazado de mago circense. El público aceptaba que transformara el agua en vino y multiplicara peces y panes, porque creía que eran trucos.
El imposible encuentro
SI CORRE tras la luna, ella se escapa. Si huye de la luna, ella lo persigue. Si se detiene y la mira de frente, ella es él, pero él no es ella.
La ley
PORQUE un ciego intenta ver es asesinado a bastonazos por otros ciegos.
El imitador
UN HOMBRE comienza a perder la vista. Antes de entrar en la sombra memoriza todo lo que hay en su pieza. Estudia los textos, las ilustraciones y la ubicación de los libros en la biblioteca. Cuando ya está ciego, invita gente y haciéndose el que ve les muestra su cuarto. Ofrece sillas, abre tomos, lee en voz alta, describe grabados, fabrica cócteles. Su simulación es perfecta, pero olvida encender la luz y sus visitas asisten a esa comedia en la oscuridad.
El autor
ALEJANDRO JODOROWSKY nació en Tocopilla (Chile) en 1929. Vivió en México y actualmente en París. Es dramaturgo, terapeuta, guionista de historietas, especialista en tarot, director de cine y novelista. Filmó El topo, La montaña sagrada, Santa sangre. Un proyecto frustrado de filmar Duna (novela de Frank Herbert) lo llevó a conocer al dibujante Moebius, con quien hicieron El incal en historieta. En el último par de décadas se dedicó a actividades terapéuticas, con un método que bautizó "psicomagia". Otros títulos: El loro de siete lenguas, Psicomagia, Yo, el Tarot, La danza de la realidad, Donde mejor canta un pájaro, El maestro y las magas, reeditadas en formato de bolsillo. Estos cuentos fueron tomados de El tesoro de la sombra, y de El paso del ganso.