Caballero andante en Japón

Norio Shimizu

CERVANTES NO HACE mención a Japón en el Quijote, aunque sí menciona dos veces a "Asia". El primer encuentro de España con Japón tuvo lugar el 15 de agosto de 1549 con la llegada a las islas de Francisco Javier y unos cuantos españoles, que no llegaban precisamente a difundir el hispanismo o las bellas artes, sino el evangelio. Pero, desde finales del siglo XVI las persecuciones contra el cristianismo en Japón se hacen cada vez más frecuentes hasta la prohibición oficial de 1613.

Con semejante panorama, es lógico que la primera referencia por la que se conoce al autor del Quijote se deba a K. Koga (1816-1884), un profundo conocedor de la cultura china que se interesó en la azarosa vida de Cervantes, más que en su obra. Hacia finales del siglo XIX aparecen tres curiosas traducciones cervantinas: en 1885-86 sale en una revista El casamiento engañoso en japonés, por un traductor desconocido. Al año siguiente se publica La fuerza de la sangre, y también una refundición de la traducción anterior de El casamiento engañoso. Pero se confunden estas novelas ejemplares con el Quijote, y además se las atribuyen a un "escritor francés" llamado Cervanto.

Más tarde ese mismo año aparece una traducción japonesa del Quijote tomada del inglés, realizada por un tal Wa Shi en una revista dirigida por Shujiro Watanabe. Era una traducción parcial, sólo de los primeros veinte capítulos de la novela. En forma parcial se lo siguió publicando hasta que, en 1915, justo 300 años después de completarse el Quijote, se publica la primera traducción japonesa completa en dos volúmenes, hecha por Shimamura y Katakami, seguida en 1927-28 por la de Morita, también en dos volúmenes. Siempre del inglés.

La primera traducción directa del español tuvo que esperar hasta 1948 de la mano de Hirosada Nagata, tarea que completó su discípulo Masatake Takahashi en 1977. Pero antes de terminarla, en 1960-62, el gran hispanista japonés Yu Aida publicó la primera traducción directa y completa del Quijote, traducción que lleva numerosas ediciones hasta la fecha. La última traducción completa la realizó Ushijima (1940-2002) hace pocos años, en un japonés ameno y claro.

Los escritores japoneses no hispanistas han producido en forma esporádica ensayos sobre el Quijote. El primero se debe al novelista, ensayista y dramaturgo Tsubouchi quien, en 1888 y en 1908 habla de la diferencia entre "wit" y "humor", y compara al Quijote con una novela japonesa humorística de comienzos del siglo XIX, Tokaidochu Hizakurige de Jyuppen Shaikku. Por otra parte Uchimura, famoso pensador cristiano japonés, se fija en 1898 en el aspecto trágico del Quijote y declara abiertamente que Cervantes es más importante que Dante.

Por otra parte el poeta y traductor Bin Ueda en un ensayo de 1906 examina los conceptos cómico, irónico, humorístico, satírico, etc. y se fija particularmente en el aspecto cómico del Quijote. No fue el único. El gran novelista Soseki Natsume lo interpreta en 1907 y 1909 como un "funny book", si se usa la expresión de Russell.

A su vez, los dos críticos literarios más destacados del siglo XX tampoco han pasado por alto el Quijote. Hideo Kobayashi compara a Cervantes en varias ocasiones con Dostoievsky, mientras que Mitsuo Nakamura hace unas profundas consideraciones en 1943 sobre el lugar que ocupa el Quijote en la novela moderna europea.

El premio Nobel Kenzaburo Oe, por último, poseedor de una formación humanística extraordinaria, realiza un penetrante análisis en dos libros sobre la novelística (1978 y 1988). l

Norio Shimizu es Doctor en Filosofía y Letras. Vive en Tokio.

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