Zigomicosis en pacientes inmunodeprimidos: síntomas, diagnóstico y tratamientos disponibles

La zigomicosis es una infección fúngica poco frecuente pero grave que afecta principalmente a personas con el sistema inmune comprometido. Conocer sus signos y tratamientos es clave para evitar complicaciones.

Hongos Laboratorio
Laboratorio de Mushlove.
Foto: Freepik.

Redacción El País
La zigomicosis es una infección causada por hongos filamentosos ubicuos, presentes en el ambiente, el suelo y la materia orgánica, como el estiércol.

Estos hongos, pertenecientes a la clase Zigomicetos, se dividen en dos órdenes principales: Mucorales y Entomoftorales. Entre ellos, las infecciones por Mucorales —conocidas como mucormicosis— tienen un desarrollo rápido y agresivo. Aunque la mayoría de las personas sanas pueden defenderse eficazmente contra estos hongos, la enfermedad suele presentarse en quienes tienen el sistema inmunológico debilitado.

¿Cómo se contrae la zigomicosis?

La infección se produce por la inhalación de esporas, por la inoculación directa en heridas o por la ingestión de alimentos contaminados. Los Zigomicetos crecen rápidamente en ambientes húmedos y con temperaturas cercanas a los 27°C, especialmente en alimentos ricos en glucosa. Entre los Mucorales más comunes se encuentran especies como Rhizopus oryzae y Mucor indicus, mientras que los Entomoftorales incluyen hongos como Basidiobolus ranarum.

Tipos y manifestaciones clínicas

Los cuadros más habituales incluyen:

  • Zigomicosis rinocerebral: la forma más frecuente, que comienza en los senos paranasales y puede avanzar hacia el ojo y el cerebro. Los síntomas iniciales son congestión nasal con sangrado, cefalea retroocular y fiebre, pudiendo evolucionar hacia edema en la zona del ojo, visión borrosa o incluso necrosis en el paladar.
  • Zigomicosis pulmonar: frecuente en pacientes con neutropenia, presenta fiebre persistente pese a antibióticos, tos seca, dolor torácico y dificultad respiratoria progresiva.
  • Zigomicosis cutánea: se presenta tras la inoculación del hongo en la piel, con eritema que avanza rápidamente hacia la necrosis y la invasión de tejidos profundos.
  • Zigomicosis gastrointestinal: afecta principalmente a personas con desnutrición severa o enfermedades sistémicas graves, causando dolor y distensión abdominal, náuseas, vómitos con sangre, diarrea sanguinolenta y fiebre. El pronóstico es particularmente reservado.
  • Zigomicosis diseminada: ocurre en pacientes con inmunosupresión severa, donde el hongo puede diseminarse desde pulmones, tracto digestivo, senos paranasales o heridas cutáneas hacia órganos vitales como el cerebro o el corazón.

Factores de riesgo

Entre los principales factores que predisponen a esta infección se encuentran la neutropenia, la hiperglicemia, la acidosis, la hemocromatosis y, en particular, la diabetes no controlada o la cetoacidosis diabética.

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Bacterias y hongos se adaptan y se hacen resistentes a antibióticos, lo cual da lugar a "superbacterias".
Foto: Flickr.

Diagnóstico temprano: fundamental para el manejo efectivo

El diagnóstico se basa en la combinación del examen clínico con estudios microbiológicos y anatomopatológicos. Se analizan muestras de esputo, secreciones nasales, sangre y orina, y en muchos casos se requieren biopsias de tejidos afectados para confirmar la infección. Los cultivos fúngicos suelen necesitar entre 3 y 5 días para crecer.

Tratamiento: una carrera contra el tiempo

El abordaje terapéutico combina la cirugía para remover el tejido necrosado con un tratamiento antifúngico intensivo. El pronóstico depende mucho de la rapidez del diagnóstico, la extensión de la infección y el estado general del paciente. En Uruguay, el acceso a tratamientos específicos y a cirugía oportuna es clave para mejorar las chances de recuperación.

Prevención: la mejor defensa

Para quienes tienen factores de riesgo, es crucial evitar la exposición a esporas mediante el uso de mascarillas, especialmente en ambientes con polvo o materia orgánica. Además, es fundamental proteger cualquier herida o lesión de la piel para impedir la inoculación directa del hongo.

La zigomicosis, aunque poco común, representa una amenaza seria para quienes tienen el sistema inmunológico comprometido. Reconocer sus síntomas y actuar rápidamente puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Por eso, tanto profesionales de la salud como pacientes deben estar alertas para prevenir y tratar a tiempo esta infección.

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