¿Qué tienen en común quienes llegan a cumplir cien años? Dos cosas, descubrió un nuevo estudio

Redacción El País
Científicos estudiaron a más de 4.300 centenarios y descubrieron dos factores en común. La investigación, publicada en la revista eClinical Medicine y liderada por el Karolinska Institutet de Estocolmo, analizó la salud de 4.330 suecos nacidos entre 1920 y 1922 durante un seguimiento de 30 años.

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Según la profesora de epidemiología Karin Modig, autora del artículo, los centenarios no solo desarrollaron menos enfermedades a lo largo de su vida, sino que también las acumularon a un ritmo mucho más lento que el resto de la población.

El estudio comenzó a observar a los participantes desde los 60 años en adelante, y ya en ese momento se identificaron diferencias claras entre quienes llegarían a ser centenarios y quiénes no. Estas diferencias se reflejaron en el número y tipo de enfermedades, así como en algunos biomarcadores de salud.

Aunque no existe una “fórmula secreta” única para alcanzar una vida tan larga, Modig asegura que mantener un sistema cardiovascular saludable y tener una actitud positiva frente a la vida, con sentido de propósito, parecen ser patrones comunes en quienes alcanzan los 100 años.

El estudio también encontró que:

• Las enfermedades cardiovasculares fueron las más comunes en todos los grupos de edad, pero afectaron menos a los centenarios.
• Las condiciones neuropsiquiátricas (como demencia o depresión) fueron significativamente menos frecuentes entre quienes vivieron más de un siglo.
• Los centenarios solían tener menos enfermedades simultáneas y más casos de afecciones aisladas, lo que les permitía mantener una mejor calidad de vida.

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Según Modig, la genética influye en la longevidad, pero menos de lo que se suele creer: apenas un 25%. El resto está relacionado con el estilo de vida (alimentación, actividad física, hábitos saludables) y, en parte, con el azar: una caída, una gripe fuerte o un diagnóstico inesperado pueden cambiar el rumbo de la vida a edades avanzadas.

Finalmente, la investigadora destaca que adoptar hábitos saludables desde etapas tempranas de la vida puede marcar una diferencia importante en la forma en que envejecemos.