Qué plantas deberías alejar de tus pequeños: algunas de las especies que pueden ser peligrosas

En plenas vacaciones y con los niños más tiempo en casa, bien vale conocer qué variedades se consideran tóxicas.

Niños y plantas.
Foto: archivo

Redacción El País
El Potus es una planta fácil de cuidar, crece en tierra o en agua, pero en época de vacaciones y con niños a la vuelta, si tiene alguno, lo mejor es colocarlo en algún estante alto. No es el único ejemplar que está en la mira y seguramente en casa hay más especies que deben reubicarse para evitar que sus hojas terminen en la boca de algún pequeño. “No hay que ser alarmistas con respecto a qué plantaselegir”, señaló Pablo Machado, principal de Jardín Urbano, empresa que dicta cursos y talleres de jardinería desde hace más de 25 años.

El experto pone el énfasis en la educación, en el enseñar y aprender a convivir con plantas sin dañarlas o sin que hagan daño, en compartir tiempo de siembra y cuidados. “Además, la toxicidad también se relaciona con la cantidad de dosis ingerida”, destacó Machado.

Plantas de interior.

En sus hojas, el Potus tiene cristales de oxalato de calcio y si los niños se las llevan a la boca, mastican o comen, su ingesta puede provocar reacciones alérgicas. La misma recomendación vale para las mascotas, así que bastará con dejar la planta fuera del alcance y listo.

Niños y plantas.
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Aunque las intoxicaciones y afecciones causadas por plantas son mínimas y no pasan de algún susto, no está de más elegir cuáles adornarán el hogar y qué ejemplares vigilar si uno convive o recibe la visita de niños de hasta 4 o 5 años.

Además del Potus, una especie que debiera alejarse del alcance de los pequeños es la Dieffenbachia. También bautizada como caña de mudo o caña muda, su nombre advierte qué efecto causa morder sus hojas: irritación en las mucosas que puede generar problemas para hablar.

En sus tejido, la Dieffenbachia tiene abundantes cristales de oxalato de calcio en forma de agujas y puede desencadenar edemas, sensación de ahogo y problemas en la deglución. Náuseas, vómitos, gastroenteritis pueden ser efecto de llevar sus hojas a la boca. En tanto, el contacto con los ojos puede causar congestión intensa y lagrimeo.

Además del Potus (Scindapsus aureus) y la Dieffenbachia, otras especies que también tienen cristales de oxalato de calcio en sus hojas, son las Aráceas y las del género Philodendron que pueden causar dermatitis con el simple contacto.

La Cala o lirio de agua (Zantedeschia aethiopica Spreng) es otra que hay que mantener fuera del alcance de los niños. Puede provocar quemazón y edema de las mucosas y, en algunos casos, obstrucción de las vías respiratorias.

En la lista de las plantas a vigilar también está el Filodendro (Philodendron spp). Ingerir sus hojas o ramas provoca un cuadro de irritación en la faringe.

Otro clásico de las plantas de interior es el Kalanchoe. Su abundante y colorida floración (hay rojas, rosadas, amarillas, blancas y naranjas) y su facilidad de cultivo las transforman en un clásico. En su interior, algunas sustancias que posee son tóxicas para el corazón y también para el sistema digestivo.

En el jardín.

Algunas especies son hermosas y dicen presente en múltiples jardines. La Hortensia, por ejemplo, que regala llamativas flores azules, violetas, rosas. Ideales para darle color a nuestros espacios, se pasa por alto que también son tóxicas. Tienen un principio activo, la hidragina, que al romperse libera cianuro de hidrógeno, lo que la convierte en venenosa. Su ingesta puede causar vómitos y fuertes dolores de estómago.

Una de las variedades más venenosas (y comunes) es la Adelfa o Laurel de jardín (nerium oleander). Tiene varias toxinas peligrosas en sus hojas, entre ellas, quizá la más destacada la oleandrina. Una ingesta en mínimas cantidades puede producir náuseas, vómitos, vértigo, deposiciones, excitación y depresión, convulsiones, arritmias y taquicardias.

La Nerium oleander se considera tan tóxica que en algunos países se restringe su comercialización y uso. Por suerte, es una planta amarga, los niños no llegan a comer hojas enteras y entonces el cuadro no llega a mayores instancias. Esta planta también es peligrosa para animales domésticos.

Con grandes y atractivas hojas, otra las especies que pueden verse en patios es el Rhus. Estos árboles son de un tamaño controlable, tienen grandes y atractivas hojas de un rojo otoñal. Es un familiar cercano de la “hiedra venenosa” (Toxicodendron radicans).

En caso de manipular las hojas de este arbusto, la planta exuda una sustancia que puede causar dermatitis y pueden aparecer edemas uno o dos días después de estar en contacto con ella. Ese líquido es un irritante que contamina también objetos y ropa. La prudencia indica que niños no deberían trepar a los Rhus, ni tampoco jugar con sus horas o ramas.

Otra para tenerle respeto, es el Floripón. La Brugmansia suaveolens es un arbusto bello cuando florece, que además regala su fragancia en noches cálidas. Su lado B, es su alta toxicidad, en especial de la corteza. Es una planta alucinógena y altamente tóxica si se ingiere o se consume de alguna forma.

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