La sífilis congénita es una infección grave, incapacitante y con frecuencia potencialmente mortal que se observa en bebés cuyas madres fueron infectadas y no recibieron tratamiento. Esta infección se puede transmitir por medio de la placenta al bebé que aún no ha nacido.
La sífilis es una enfermedad de transmisión sexual causada por una bacteria. Esta infecta el área genital, los labios, la boca o el ano y puede afectar tanto a los hombres como a las mujeres.
La forma en la que esta infección afecta la salud del recién nacido depende de la cantidad de tiempo que la madre haya tenido sífilis y de cuándo recibió tratamiento para la infección, si es que llegó a recibirlo.
Según la página web ‘Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades’, la sífilis durante el embarazo puede causar:
- Aborto espontáneo.
- Muerte fetal.
- Muerte del bebé poco tiempo después de nacer.
Los síntomas en un bebé pueden ser:
- Deformación de los huesos.
- Anemia grave.
- Agrandamiento del hígado y del bazo.
- Ictericia (coloración amarillenta de la piel o los ojos).
- Problemas con los nervios, como ceguera o sordera.
- Meningitis.
- Sarpullido.
Tratamiento para la sífilis.
Si los resultados de la prueba de detección de sífilis dan positivo, debe obtener un tratamiento inmediatamente. Las mujeres embarazadas que tienen la enfermedad también pueden ser tratadas con antibióticos. Si está en tratamiento, su médico debe hacer pruebas de seguimiento al menos una vez al año para asegurarse de que este haya funcionado bien.
En el caso de los bebés que tengan la infección, necesitan un tratamiento de inmediato con antibióticos en el hospital durante diez días. En algunos casos, la infección podrá curarse con un antibiótico inyectable. Asimismo, el seguimiento en bebés es importante para asegurarse que todo esté funcionando bien.
(Por El Tiempo GDA)