Redacción El País
La agresividad en los gatos no necesariamente es “maldad” ni “mal carácter”. Muchas veces, es una forma de comunicación o defensa. La clave está en entender qué la provoca este comportamiento, y manejar el entorno y las rutinas para que el gato se sienta seguro y no tenga necesidad de reaccionar así.
Antes que nada, hay que descartar razones de salud. Dolor, infecciones urinarias, problemas dentales, tiroides o estrés por parásitos pueden volverlo irritable o agresivo. Por eso, lo primero es llevarlo al veterinario.
Luego hay que observar cuándo y cómo aparece la conducta.
Algunos tipos comunes:
Tipo de agresividad | Cuándo ocurre | Ejemplo típico |
Por miedo | Cuando el gato se siente acorralado o amenazado | Se eriza, bufidos, araña si te acercás |
Por juego | Gatos jóvenes o sin límites al jugar | Salta, muerde manos o pies |
Redirigida | Ve algo que lo altera (otro gato, ruido) y descarga contigo | Estaba mirando por la ventana y te ataca |
Por dolor o enfermedad | Cuando lo tocan en una zona sensible | Gruñe al acariciar el lomo o las patas |
Territorial | Con otros animales o visitas | Marcar, bufar o atacar intrusos |
Creale un entorno seguro y previsible
Los gatos agresivos suelen estar estresados o inseguros.
Algunos consejos prácticos:
- Dale espacios altos (repisas, rascadores tipo torre) donde pueda observar sin sentirse atrapado.
- Zonas de escape: nunca lo acorrales; que siempre tenga salida.
- Enriquecimiento ambiental: juguetes de caza (plumero, pelotitas, circuitos), cajas y escondites.
- Evitá gritos o castigos físicos. Esto solo aumenta el miedo y la agresividad.
- Feromonas felinas (tipo Feliway): ayudan a reducir la tensión y el estrés.
Manejá de otra manera las interacciones
- Si muerde al jugar, no uses las manos ni pies como juguetes. Usá cañas, plumeros o juguetes largos.
- Si ataca sin motivo aparente, no lo enfrentes ni castigues. Salí del lugar tranquilo y dejá que se calme solo.
- Premialo (con golosinas o caricias suaves) solo cuando esté relajado o tenga una conducta tranquila.
Los cambios llevan tiempo
Es importante tener paciencia y ser constante. Un gato agresivo puede mejorar con rutinas estables, juego diario (15–20 minutos dos veces al día) y asociaciones positivas.
Si sigue siendo agresivo después de descartar problemas médicos y mejorar el entorno, lo único que queda es acudir a un etólogo felino o veterinario especializado en comportamiento. A veces se combinan técnicas de modificación conductual con feromonas o medicación suave para reducir la ansiedad.
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