Redacción El País
Con sus colores vibrantes y su apariencia delicada, la flor de pensamiento —también conocida como Viola tricolor— no solo adorna jardines y balcones. En la medicina naturista y tradicional, esta pequeña planta es apreciada por sus múltiples propiedades terapéuticas, en especial para aliviar afecciones de la piel, desinflamar el cuerpo y favorecer el buen funcionamiento del sistema respiratorio y urinario.
Un clásico de la herbolaria con respaldo científico
Esta especie híbrida, que pertenece al género de las violetas, alcanza unos 15 centímetros de altura. Sus pétalos pueden ser violetas, azules, blancos o amarillos, lo que la convierte en una favorita para usos ornamentales. Sin embargo, su valor va mucho más allá de lo estético.
Investigaciones realizadas por la Universidad de Ciencias Médicas de Polonia han identificado que es una planta hermafrodita y autofértil, lo que significa que puede reproducirse por sí sola. Su polinización está a cargo, en gran parte, de las abejas, ayudando así a su dispersión natural y sostenible.
Usos medicinales y beneficios concretos
La flor de pensamiento ha sido utilizada históricamente en la herbolaria y hoy sigue vigente en diversas formas: infusiones, cápsulas, extractos o tinturas. Sus beneficios más destacados incluyen:
- Cuidado de la piel: ayuda a calmar erupciones, infecciones leves, acné y eczemas.
- Acción diurética y depurativa: contribuye a la eliminación de toxinas y es útil en el tratamiento de trastornos urinarios como la cistitis.
- Mejora del tránsito intestinal: actúa como un suave laxante natural.
- Descongestiva: alivia cuadros respiratorios como resfriados, tos, gripe y bronquitis, favoreciendo la eliminación de mucosidad.
- Afecciones del cuero cabelludo: como la seborrea, que puede tratarse con preparados que incluyen esta flor.
Gracias a su versatilidad, también ha comenzado a ganar terreno en la gastronomía, donde algunos chefs la utilizan para sumar propiedades nutricionales y un toque decorativo a sus platos.
Precauciones y cuidados de cultivo
Para aprovechar todas sus propiedades, es importante que la planta crezca en condiciones adecuadas. Necesita un suelo fértil, buena exposición al sol y riego constante, sin encharcarla.
Durante su crecimiento, hay que estar atentos a las plagas más comunes, como los pulgones, que pueden controlarse con preparados caseros. También puede verse afectada por hongos como el oídio, que se manifiesta con un polvo blanco sobre las hojas. En esos casos, suele ser mejor reemplazar la planta antes que usar fungicidas agresivos.
Consultar siempre antes de consumir
Si bien es una planta con un amplio historial de uso medicinal, su consumo debe ser orientado por un profesional de la salud, sobre todo si se está bajo tratamiento o se padecen enfermedades crónicas. Como ocurre con cualquier planta medicinal, su uso indebido o en exceso puede provocar efectos indeseados.
Más allá de su belleza, la flor de pensamiento es una aliada natural que nos recuerda que muchas veces, la salud también florece desde la tierra.
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