El trastorno que puede estar detrás de la incontinencia urinaria: qué es el síndrome de vejiga hiperactiva

La prevalencia aumenta con la edad; qué cambios en el estilo de vida recomiendan los expertos para entrenar la vejiga y reducir la frecuencia urinaria.

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Mujer con incontinencia urinaria.
Foto: Freepik.

El Tiempo/GDA
La vejiga hiperactiva es un trastorno del sistema urinario caracterizado por contracciones involuntarias y repentinas de los músculos de la vejiga. Esto conlleva una urgencia incontrolable de orinar, incluso cuando la vejiga no está llena, a menudo resultando en pérdidas de orina (incontinencia).

De acuerdo con un artículo de la revista Live Med, la prevalencia de esta condición ronda aproximadamente el 20 porciento, aumenta con la edad y aparece más frecuentemente en mujeres.

Sin embargo, a partir de los 65 años, la cifra se iguala en mujeres y varones, siendo el 40% y 35%, respectivamente. Según expertos, llama la atención la escasa demanda que genera este motivo de consulta a pesar de su elevada frecuencia.

Los síntomas de la vejiga hiperactiva incluyen una fuerte sensación de urgencia para orinar, a menudo sin importar cuánta orina haya en la vejiga, una frecuencia urinaria aumentada (orinar con más frecuencia de lo normal) y episodios de incontinencia de urgencia, donde hay pérdidas de orina debido a la necesidad incontrolable de orinar.

Las causas de la vejiga hiperactiva pueden variar y a menudo no están completamente claras. Factores como la edad, cambios hormonales (particularmente en mujeres durante la menopausia), condiciones médicas como la diabetes, y las infecciones del tracto urinario pueden influir en el desarrollo de este trastorno.

El diagnóstico de la vejiga hiperactiva se basa en una evaluación médica completa, que puede incluir un historial clínico detallado, un examen físico y, en algunos casos, pruebas específicas como análisis de orina o pruebas de urodinamia.

El tratamiento puede involucrar cambios en el estilo de vida, como reducir el consumo de cafeína y alcohol, establecer horarios regulares para ir al baño y entrenar la vejiga. Además, la fisioterapia del suelo pélvico, que implica ejercicios para fortalecer los músculos del área pélvica, puede ser beneficiosa.

En casos más graves, pueden recetarse medicamentos o considerarse procedimientos médicos como la estimulación del nervio sacro o inyecciones de toxina botulínica en la vejiga. En situaciones excepcionales, la cirugía puede ser considerada como último recurso.

El ginecólogo Joan Meléndez explica en una entrevista en TopDoctors que existen varias fases o etapas en el tratamiento. "Primero empezaríamos por un tratamiento más conservador, que sería fisioterapia, reeducación vesical, tratar de ir al baño de manera pautada, en horarios fijos para recuperar el control de esta vejiga. El siguiente paso serían medicamentos farmacológicos, pueden ser vía oral o en forma de parches y luego si esto no fuese efectivo podrían valorarse opciones un poco más invasivas, ya sea poner medicación dentro de la vejiga como botox intravesical o trabajar lo que es la inervación de la vejiga", explicó.

Ante la sospecha de tener una vejiga hiperactiva o si se está experimentando síntomas relacionados, es crucial que consulte a un profesional de la salud.

Estos son algunos cambios necesarios en el estilo de vida:

1. Reducción de la ingesta de cafeína y alcohol: Estas sustancias pueden irritar la vejiga y aumentar la frecuencia urinaria. Optar por alternativas sin cafeína y limitar el consumo de alcohol puede ayudar a reducir los síntomas.

2. Establecimiento de horarios regulares para ir al baño: Ir al baño en momentos predefinidos, incluso si no se siente una urgencia inmediata, puede ayudar a entrenar y regular la vejiga.

3. Control de la ingesta de líquidos: Evitar beber grandes cantidades de líquidos de una sola vez y reducir la cantidad de líquidos antes de acostarse puede ayudar a disminuir la frecuencia urinaria durante la noche.

4. Mantenimiento de un peso saludable: El exceso de peso puede ejercer presión sobre la vejiga y empeorar los síntomas. Mantener un peso adecuado a través de una dieta equilibrada y ejercicio regular puede ser beneficioso.

5. Evitación de alimentos irritantes: Algunos alimentos y bebidas, como los picantes, cítricos, tomates y productos con alto contenido de ácido, pueden irritar la vejiga. Evitar o limitar su consumo puede ayudar a reducir los síntomas.

6. Práctica de técnicas de relajación: El estrés y la ansiedad pueden exacerbar los síntomas de la vejiga hiperactiva. Practicar técnicas de relajación, como la respiración profunda, el yoga o la meditación, puede ayudar a reducir la tensión y mejorar el control de la vejiga.

7. Realización de ejercicios del suelo pélvico: Fortalecer los músculos del suelo pélvico a través de ejercicios específicos puede mejorar el control de la vejiga. Estos ejercicios, conocidos como ejercicios de Kegel, son especialmente útiles para las mujeres.

8. Evitar el estreñimiento: El estreñimiento puede aumentar la presión sobre la vejiga y empeorar los síntomas de la vejiga hiperactiva. Mantener una dieta rica en fibra y hábitos intestinales regulares puede ser beneficioso.

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