Ceguera de banner en personas mayores, ¿cómo afecta su navegación digital y qué habilidades necesitan hoy?

La ceguera de banner es cada vez más común en mayores de 60 años. Aunque puede funcionar como defensa ante fraudes y engaños digitales, también los deja fuera de información útil.

Adultos mayores.
Adultos mayores usan tablet.
Foto: Archivo.

Redacción El País
La llamada ceguera de banner —la tendencia a ignorar sin querer los avisos gráficos en una web— se volvió habitual entre los adultos mayores, especialmente en un contexto donde más personas de más de 60 años se conectan a diario.

En entornos donde abundan las estafas y los fraudes digitales, saltarse la publicidad pasa a ser una reacción casi automática, una forma de protegerse y concentrarse en lo que realmente quieren hacer al navegar.

Entre el autocuidado y la pérdida de oportunidades

Para muchos, esquivar banners funciona como un escudo ante promociones falsas, mensajes sospechosos o supuestos premios. Esta actitud, en países con altos niveles de desinformación, puede ayudar a prevenir suplantaciones de identidad, vulneraciones de privacidad y otros riesgos frecuentes en el mundo online. Ignorar lo que parece publicidad se vuelve un mecanismo de autoprotección que mantiene a raya el contenido malicioso.

Pero la otra cara del asunto también pesa. Al evitar de forma automática todo lo que se percibe como anuncio, las personas mayores pueden perder información de valor: servicios sociales, campañas de salud, cursos de aprendizaje, beneficios estatales o incluso alertas relevantes para su bienestar. Esa desconexión involuntaria también puede encerrarlos en una “burbuja digital”, consumiendo solo contenidos familiares y limitando su posibilidad de ampliar horizontes.

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Adulta mayor utiliza un celular, preocupada.
Foto: Freepik.

Nuevos formatos publicitarios y desafíos de lectura

La publicidad online ya no se reduce al clásico banner. Hoy predominan los native ads, que se mimetizan con el contenido para no interrumpir la lectura, y los interstitial ads, que ocupan toda la pantalla y buscan captar la atención de inmediato. A esto se suman estrategias que distribuyen mensajes a lo largo de toda la navegación.

En ese escenario, para que la información sea realmente útil, los contenidos dirigidos a adultos mayores necesitan un diseño claro, tipografías más legibles y un lenguaje sencillo, sin tecnicismos innecesarios. De lo contrario, la experiencia digital se vuelve confusa y termina reforzando la tendencia a saltarse todo lo que se parezca a una publicidad.

Adulto mayor, celular
Adulto mayor usa el celular.
Foto: Freepik.

Alfabetización digital: la herramienta que marca la diferencia

La pregunta central es cómo acompañar a quienes hoy quedan atrapados entre la desconfianza y el exceso de estímulos digitales. La respuesta es la alfabetización digital, no como un gran curso académico, sino como un proceso práctico y accesible. Implica aprender a distinguir publicidad de contenido editorial, identificar señales de riesgo, usar bloqueadores cuando sea necesario y comprender mejor cómo circula la información en los distintos dispositivos.

Estos aprendizajes pueden llegar vía microcontenidos, tutoriales cortos, aplicaciones sencillas o programas de formación específicos. A medida que más personas mayores consumen noticias online y se informan a través del celular, contar con herramientas para navegar de forma segura y autónoma deja de ser un lujo y pasa a ser una necesidad cotidiana.

La mejor estrategia, entonces, no es ignorar toda la publicidad, sino aprender a observar y analizar qué se ve en pantalla, proteger los datos personales y aprovechar la información que realmente pueda sumar calidad de vida, siempre en función de los intereses y necesidades de cada adulto mayor.

En base a El Tiempo/GDA

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