Redacción El País
En el mundo de las recetas caseras, pocas mezclas generan tanta confianza como la del bicarbonato de sodio y las hojas de laurel. Son dos productos fáciles de conseguir, económicos y con una larga tradición en el mantenimiento del hogar. Usados de forma correcta, pueden servir para eliminar olores, limpiar superficies, aromatizar ambientes y hasta repeler insectos, sin recurrir a químicos agresivos.
La clave de su efectividad está en las propiedades complementarias de ambos ingredientes. El bicarbonato, o carbonato ácido de sodio, es conocido por su poder neutralizador de olores y su leve acción abrasiva, ideal para remover grasa o suciedad sin dañar las superficies. Por su parte, el laurel —Laurus nobilis— contiene aceites esenciales como el cineol y el eugenol, responsables de su perfume característico y de sus cualidades antibacterianas y desinfectantes.
Al combinarse, estos dos componentes generan una mezcla que limpia, desodoriza y deja un aroma fresco y natural.
Cómo preparar la mezcla
Existen varias formas de aprovechar la combinación según el objetivo, desde limpiar hasta perfumar espacios. A continuación, las opciones más prácticas para usarla en el día a día.
1. Neutralizador de olores.
Ideal para heladeras, armarios o contenedores de basura.
Preparación: triturar 4 o 5 hojas de laurel secas hasta convertirlas en polvo y mezclarlas con tres cucharadas de bicarbonato.
Uso: colocar la mezcla en un frasco abierto o dentro de un saquito de tela. Reemplazar cada tres o cuatro semanas, cuando pierda su aroma.
2. Limpiador suave de superficies
Perfecto para mesadas, azulejos o piletas de cocina.
Preparación: usar la mezcla en polvo o formar una pasta con un poco de agua.
Uso: aplicar sobre la superficie, frotar con un paño húmedo, dejar actuar algunos minutos y enjuagar. Es recomendable probar antes en un sector poco visible.
3. Revitalizador de ropa oscura
Un truco poco conocido que ayuda a recuperar el color de las prendas.
Preparación: hervir un litro de agua con un puñado de hojas de laurel, dejar enfriar y colar. Agregar dos cucharadas de bicarbonato.
Uso: dejar en remojo las prendas durante varias horas (o toda la noche) y luego lavar normalmente, preferiblemente con agua fría.
4. Aromatizador y repelente natural
Los saquitos con la mezcla de laurel y bicarbonato pueden colocarse en roperos, cajones o alacenas para mantener la ropa y los alimentos frescos y libres de olores. Aunque la evidencia científica es más sólida respecto a los aceites esenciales concentrados, las hojas secas también ayudan a mantener alejados insectos como polillas o gorgojos, de forma natural y sin químicos.
Una alternativa natural y económica
El bicarbonato y el laurel son un ejemplo de cómo los recursos simples pueden tener múltiples usos si se aplican con conocimiento. Esta preparación no solo aporta eficacia y ahorro, sino que además evita el uso de productos de limpieza industriales con compuestos sintéticos.
En base a El Tiempo/GDA
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