Redacción El País
Investigadores de la Universidad del País Vasco identificaron que los hábitos dañinos —como mala alimentación, sedentarismo, consumo de alcohol y tabaco— suelen consolidarse alrededor de los 16 años. El estudio advierte que intervenir después de esta edad resulta menos efectivo, por lo que recomienda iniciar la prevención antes de los 13 años.
¿Cuándo aparecen las consecuencias?
Aunque en la juventud los excesos parecen inofensivos, una investigación finlandesa publicada en Annals of Medicine determinó que sus efectos negativos se manifiestan claramente a partir de los 36 años. Entre los principales impactos destacan:
- Mayor riesgo metabólico: obesidad, resistencia a la insulina y colesterol alto.
- Deterioro cognitivo: menor rendimiento mental en la mediana edad.
- Salud mental afectada: síntomas depresivos, ansiedad y menor sensación de bienestar.

Los participantes que mantuvieron hábitos como fumar, beber alcohol en exceso y llevar una vida sedentaria presentaron los peores resultados de salud a largo plazo.
El sedentarismo: un enemigo silencioso
La falta de actividad física, especialmente de ejercicios de fuerza, acelera la pérdida de masa muscular a partir de los 30 años, aumentando el riesgo de:
- Lesiones articulares y musculares.
- Inflamación crónica, vinculada a enfermedades cardiovasculares y metabólicas.
¿Cuál es el peor hábito?

La Dra. Tiia Kekäläinen, autora principal del estudio finlandés, explica que cada conducta tiene impactos distintos:
- Tabaquismo: afecta más la salud mental.
- Sedentarismo: daña principalmente la salud física.
- Consumo habitual de alcohol: perjudica ambos aspectos.
Por su parte, el Dr. David Cutler (Centro de Salud Providence Saint John) señala que, aunque todos son peligrosos, el tabaco y la inactividad física son las principales causas de muerte prevenible.
Cómo prevenir los daños a futuro
Basándose en la evidencia científica, los expertos recomiendan:
- Educación temprana: Enseñar hábitos saludables desde la infancia.
- Ejercicio regular: Mínimo 3 veces por semana.
- Sueño reparador: Dormir 7-8 horas diarias.
- Dieta equilibrada: Rica en frutas, verduras y granos enteros.
- Evitar excesos: Reducir alcohol, tabaco y comida ultraprocesada.
- Apoyo psicológico: Fortalecer la salud mental y la autoestima.
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