Descubrí las propiedades de la cáscara de pepino y cómo incorporarla a tu dieta para mejorar la salud

La cáscara del pepino es rica en fibra, antioxidantes y minerales clave. Sumala a tus comidas para mejorar la digestión, cuidar la piel y ayudar a controlar el azúcar en sangre.

Pepino

Redacción El País
Aunque muchas veces se pela por costumbre o para mejorar la textura en ciertos platos, la cáscara del pepino concentra una variedad de nutrientes que pueden aportar beneficios reales a la salud. En vez de tirarla, conviene conocer qué ofrece y cómo aprovecharla de forma segura.

Uno de los principales aportes de la cáscara de pepino es su contenido en fibra dietética. Esta ayuda a regular el tránsito intestinal, previene el estreñimiento y contribuye a una mayor sensación de saciedad, lo que puede ser útil si se busca mantener un peso saludable.

Además, es rica en antioxidantes como la vitamina C y los betacarotenos, que protegen las células del cuerpo frente al desgaste natural y los efectos del estrés oxidativo. Estos compuestos están asociados a un menor riesgo de enfermedades crónicas y a un envejecimiento más saludable.

En lo que refiere a minerales, aporta potasio, magnesio y silicio. El potasio colabora en el control de la presión arterial, el magnesio interviene en el funcionamiento muscular y del sistema nervioso, y el silicio favorece la salud de la piel, el cabello y las uñas.

Efecto antiinflamatorio y metabólico

La cáscara del pepino también contiene flavonoides y taninos, sustancias con acción antiinflamatoria que pueden contribuir a reducir molestias en el cuerpo y reforzar la respuesta del sistema inmune.

Pepino

Algunos estudios apuntan a que sus compuestos activos podrían tener un efecto positivo en el metabolismo y ayudar a reducir los niveles de glucosa en sangre, aunque estos beneficios aún se siguen investigando.

Cómo incorporarla a las comidas

Para consumirla con seguridad, es fundamental lavar bien el pepino, especialmente si no es de producción orgánica, ya que su piel puede retener restos de pesticidas. Si tenés la posibilidad, optá por productos orgánicos o agroecológicos.

La cáscara se puede consumir cruda, en rodajas o en tiras finas, y sumar a ensaladas, licuados verdes, aguas saborizadas o salsas. También puede usarse como decoración o topping crocante en algunos platos.

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