Redacción El País
En un contexto donde cada vez más personas buscan alimentarse mejor, las espinacas se han ganado un lugar destacado por su notable aporte de vitaminas y minerales.
Este vegetal, común en muchas cocinas del país, ofrece una concentración de nutrientes que favorece el buen funcionamiento del organismo y contribuye a mantener una alimentación equilibrada sin necesidad de grandes complicaciones.
Ricas en vitaminas que fortalecen la piel y la visión
Uno de los valores más destacados de las espinacas es su contenido en folatos, vitamina C y vitamina A, tal como indica la Fundación Española de Nutrición (FEN). Los folatos cumplen una función clave en la formación de células sanguíneas y en la síntesis del ADN, algo especialmente importante para mujeres embarazadas o en etapa fértil. Su presencia natural las convierte en un alimento ideal para quienes buscan cuidar su salud desde la mesa.
La vitamina C y la vitamina E, presentes en cantidades destacables en estas hojas verdes, funcionan como antioxidantes que ayudan a proteger a las células del daño oxidativo. De esta manera, contribuyen a frenar el deterioro asociado al envejecimiento y a reducir el riesgo de enfermedades crónicas. La vitamina A, por su parte, favorece el mantenimiento de la piel, las mucosas y la visión, reforzando el rol integral de esta verdura en el cuidado cotidiano.
Además, las espinacas aportan β-carotenos, que el organismo convierte en vitamina A según sus necesidades. Pero no son los únicos compuestos interesantes: también contienen luteína y zeaxantina, carotenoides que se acumulan en la retina y que diversos estudios relacionan con la reducción del riesgo de degeneración macular asociada a la edad, una de las principales causas de pérdida de visión en adultos mayores.
Minerales, fibra y otros beneficios para el organismo
Más allá de su aporte vitamínico, las espinacas también ofrecen hierro y potasio, minerales esenciales para múltiples funciones del cuerpo. El hierro presente es del tipo no hemo, de menor absorción que el de origen animal, pero su aprovechamiento mejora gracias a la vitamina C natural de la propia verdura, una combinación que ayuda a combatir estados como la anemia de forma más eficiente.
Este vegetal también se destaca por su contenido de fibra soluble e insoluble, que favorece el tránsito intestinal, contribuye al equilibrio de la microbiota y ayuda a generar mayor saciedad. Por este motivo, suele ser un alimento recomendado en planes de descenso de peso y en dietas orientadas a mejorar el bienestar digestivo.
Sin embargo, como todo alimento, conviene tener algunas consideraciones. Las espinacas contienen ácido oxálico, compuesto que puede unirse al calcio, hierro o magnesio y formar oxalatos. En personas con antecedentes de cálculos renales por esta causa puede ser recomendable consultar con un especialista para moderar su consumo, evaluando una estrategia personalizada.
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